El sistema musculoesquelético es el punto de partida más frecuente del dolor crónico; el desgaste degenerativo está en primer plano. Si la fisioterapia, los masajes y toda la gama de medidas conservadoras no muestran ningún efecto duradero, debe asumirse que la causa del dolor se genera por el desgaste de las articulaciones intervertebrales en aproximadamente el 60% de los casos. Los enfoques terapéuticos son múltiples: endurecimiento quirúrgico de las articulaciones, inyección de cortisona en las articulaciones intervertebrales, obliteración (lesión por radiofrecuencia) de las ramas nerviosas o tratamiento del dolor con medicamentos. A continuación se explica brevemente el método de lesión por radiofrecuencia (RF).
Avance en 1996
La lesión por radiofrecuencia (RF) se utiliza para tratar el dolor de espalda crónico desde mediados de los años setenta. Aquí, bajo control de rayos X con imágenes en tiempo real, se dirige una aguja especial a través de la piel por punción (intervención mínimamente invasiva) hasta el nervio objetivo, donde se trata con calor (aprox. 80 °C) está específicamente esclerosada. La fluoroscopia, como en el cateterismo cardiaco, es la única técnica de imagen con visualización en tiempo real; la tomografía computerizada es inadecuada para llevar a cabo el tratamiento. No fue hasta 1996 cuando se demostró por primera vez que es esencial para el éxito del tratamiento que la punta de la aguja se coloque paralela al nervio para crear la mayor superficie de contacto posible. De lo contrario, no se puede lograr una escleroterapia suficiente y el procedimiento fracasa. Así pues, está claro que sólo una técnica meticulosamente precisa aplicada por un especialista experimentado puede tener éxito. Se considera que una articulación facetaria está completamente denervada y libre de dolor cuando las ramas mediales se han obliterado por completo.
RF en la articulación de transición a la derecha entre la columna torácica y lumbar. La aguja larga de radiofrecuencia se sitúa paralela al curso del nervio, la aguja corta de bloqueo en ángulo recto al curso del nervio, como en la prueba diagnóstica.
Requisito:diagnóstico confirmado
Un prerrequisito indispensable para un beneficio significativo para el paciente es el diagnóstico subyacente confirmado. Entre los expertos, esto sólo se considera seguro si dos bloqueos de prueba de las ramas nerviosas en cuestión, independientes entre sí en términos de tiempo, han conducido a una liberación lo más completa posible del dolor mediante inyecciones dirigidas. Todas las demás medidas diagnósticas, especialmente el diagnóstico por imagen o incluso el examen clínico, pueden dar indicios de la presencia de dolor en la articulación facetaria, pero se correlacionan poco con los hallazgos reales. Tampoco permiten sacar conclusiones a la hora de determinar los niveles en cuestión.
Deben cumplirse las siguientes condiciones para que el tratamiento con radiofrecuencia tenga un éxito duradero:
- el diagnóstico debe ser correcto;
- los segmentos vertebrales afectados deben estar correctamente definidos;
- la lesión por radiofrecuencia debe realizarse de forma técnicamente impecable; y
- Tras la intervención finalizada, la musculatura regional debe aflojarse y fortalecerse con una fisioterapia específica y profesional, ya que ésta se endurece cada vez más como consecuencia del estado de dolor crónico y empieza a hacerse daño a sí misma.
Una vez finalizada la terapia de intervención, la tarea de la fisioterapia consiste en optimizar la secuencia de movimientos de los pares articulares implicados con técnicas de agarre específicas y corregir el desequilibrio entre los músculos estabilizadores y movilizadores mediante una selección de ejercicios específicos para permitir el fortalecimiento de los músculos del tronco.
Sin embargo, si se cumplen todas estas condiciones, la terapia de radiofrecuencia es una buena forma de terapia para muchos pacientes.
Dr. Andreas Bätscher