Los quistes cervicales suelen presentarse de forma unilateral y, en raras ocasiones, bilateral. En particular, si la inflamación cervical persiste durante más de 4 semanas, está indicada una aclaración adicional con técnicas de imagen (ecografía, TAC o IRM).
En los últimos meses ya se han publicado numerosos artículos sobre el tema de la “disfagia”, que muestran lo diversas que son las causas de esta sintomatología y qué medidas diagnósticas pueden ser necesarias para identificar la enfermedad subyacente. La casuística presentada también demostró el esfuerzo que a veces se hace y que el resultado del diagnóstico no siempre es claro. El caso práctico de hoy, en cambio, es una de las alteraciones más sencillas y diagnosticables con mayor fiabilidad que pueden causar disfagia: el quiste cervical. Los quistes cervicales son residuos de los conductos branquiales y, por tanto, anomalías congénitas. De las anomalías de la región del cuello, representan alrededor del 30% y, dependiendo del tamaño y la localización, son asintomáticas en la mayoría de los casos [1,2]. Pueden aparecer medial o lateralmente en la región del cuello y en el 2-3% de los casos de forma bilateral. Alrededor del 20% de los quistes de cuello se diagnostican en niños y adolescentes cuando hay hinchazón en la zona del cuello, y en cerca del 75% de los pacientes de entre 20 y 40 años. La mayoría de los quistes del cuello son asintomáticos. Sin embargo, el dolor local, la sensación de presión y la flema con disfagia también pueden determinar el cuadro clínico. Es posible la formación de fístulas, principalmente en la fosa amigdalina o caudalmente hasta el cutis, extendiéndose hasta la periclavicular. Las complicaciones inflamatorias importantes ocurren en raras ocasiones, pero entonces pueden dar lugar a una sintomatología grave caracterizada por la inflamación. Como consecuencia, se requiere entonces un cambio de la posición de control a una terapia mínimamente invasiva o microquirúrgica.
Las radiografías no desempeñan ningún papel en el diagnóstico de los quistes de cuello. Aunque los quistes grandes y localizados superficialmente pueden causar un sombreado denso de los tejidos blandos y, especialmente en la proyección a.p., una asimetría en la representación del cuello, no es posible una asignación diagnóstica exacta con el bajo contraste de los tejidos blandos del examen radiográfico.
Desde el punto de vista ecográfico, los quistes localizados superficialmente en particular son fáciles de detectar [2].
Los exámenes por tomografía computarizada pueden delinear procesos quísticos de los tejidos blandos del cuello. El quiste no complicado es una estructura fluido-equivalente suavemente confinada con una cápsula delicada [4]. Si se sospecha una complicación inflamatoria, el engrosamiento de la pared del quiste con realce puede demostrarse mediante la aplicación de contraste intravenoso, y la formación de fístulas también puede demostrarse bien mediante tomografía computarizada con sondaje de la abertura de la fístula y contraste del tracto fistuloso [3].
La resonancia magn ética también muestra una estructura equivalente al fluido en las secuencias correspondientes. Si el contenido proteínico del fluido es elevado, la señal de la secuencia T1w puede ser de intermedia a hiperintensa, en caso contrario, hipointensa [5]. Al igual que en el diagnóstico por TC, si se sospecha una complicación inflamatoria del quiste del cuello, la administración intravenosa de medio de contraste provoca un aumento de la señal de la pared y, si la inflamación se abre paso, también del tejido blando adyacente.
Estudio de caso
El primer informe de caso muestra a una paciente de 41 años con un quiste cervical mediano (Fig. 1A a C), que provocó una inflamación creciente de la laringe con una sensación local de presión y abultamiento en 6 meses.
Un hombre de 62 años, en el caso 2, se quejaba de dolor recurrente y episodios de fiebre en un corto periodo de tiempo con hinchazón progresiva en la región cervical caudal al ángulo mandibular izquierdo (Fig. 2A a C) . Los signos de inflamación fueron positivos en el laboratorio. La ecografía primaria no mostró más cambios inflamatorios, salvo una pequeña cantidad de lodo en el quiste lateral del cuello. La tomografía computarizada realizada días después demostró un proceso quístico ocupante de espacio de paredes gruesas sin infiltración circundante, compatible con un quiste cervical lateral complicado.
Mensajes para llevarse a casa
- Los quistes cervicales son relictos embrionarios de los arcos branquiales.
- Pueden estar situados medial o lateralmente en el cuello. Ocasionalmente pueden aparecer quistes bilaterales en el cuello.
- El pico de edad principal se sitúa entre los 20 y los 40 años.
- Si los quistes del cuello son asintomáticos, está justificado el seguimiento por imagen.
- La progresión del tamaño, los síntomas neurológicos o funcionales, la inflamación o las fístulas son motivos de rehabilitación quirúrgica.
- El diagnóstico por imagen se realiza mediante ecografía, tomografía computerizada o resonancia magnética.
Literatura:
- Thiel HJ: Anomalías y variantes de la norma. Cambios en los tejidos blandos 5.2: Quiste lateral del cuello. Deutscher Ärzteverlag. Diálogo MTA 2019; 20(3): 14-16.
- Bocchialini G, et al: Desarrollo inusualmente rápido de una masa lateral del cuello: Diagnóstico y tratamiento de un quiste de la hendidura branquial. Informe de un caso. Int J Surg Case Rep 2017; 41: 383-386.
- Goff CJ, Allred C, Glade RS: Tratamiento actual de los quistes, senos y fístulas de hendidura branquial congénita. Curr Opin Otolaryngol Head Neck Surg 2012; 20(6): 533-539.
- Alyono JC, et al: Segunda anomalía de la hendidura braquial con un diente ectópico: informe de un caso. Otorrinolaringología J 2014; 93(9): E1-3.
- Burgener FA, Meyers SP, Tan RK, Zaunbauer W: Diagnóstico diferencial en resonancia magnética. Stuttgart Nueva York: Georg Thieme Verlag 2002; 248-249.
PRÁCTICA GP 2022; 17(11): 30-31