En la reunión anual de las Sociedades Alemana, Austriaca y Suiza de Hematología y Oncología Médica (DGHO) se debatieron de forma controvertida diversas cuestiones relativas al cuidado de los pacientes con linfoma de Hodgkin. ¿Cuál es la situación de la tomografía por emisión de positrones, qué pacientes necesitan radiación y cuál es la mejor forma de evitar las recidivas y los efectos secundarios tardíos de la terapia?
(as) Las buenas noticias primero: el linfoma de Hodgkin, uno de los cánceres más frecuentes en la edad adulta joven, puede curarse en muchos casos hoy en día. Con unas tasas de supervivencia a 5 años superiores al 80%, el linfoma de Hodgkin tiene un buen pronóstico. La instauración de la quimioterapia combinada, así como de la radioterapia ya en fases tempranas, contribuye a las altas posibilidades de curación.
La estadificación de los linfomas de Hodgkin se basa en la clasificación modificada de Ann Arbor, así como en factores clínicos y bioquímicos de laboratorio, informó el Prof. Thomas Cerny, MD, Jefe de Oncología/Hematología del Hospital Cantonal de St. Para evaluar el pronóstico se utiliza el Sistema Internacional de Pronóstico (IPS), que tiene en cuenta seis factores. Los análisis inmunohistoquímicos, así como las investigaciones de la expresión génica del linfoma, también son cada vez más importantes para el pronóstico. La tomografía por emisión de positrones (PET) ya forma parte integrante de la exploración diagnóstica. Una PET provisional después de dos a cuatro ciclos de quimioterapia para comprobar la respuesta temprana a la terapia y el cambio en el algoritmo terapéutico basado en ello optimizará la terapia en el futuro de modo que puedan evitarse ciclos innecesarios de quimioterapia y radioterapia. A la inversa, el examen también identifica los tumores refractarios a la terapia en una fase temprana.
Los mundos de Hodgkin se separan en el Océano Atlántico
En función del estadio y de otros factores de riesgo, el linfoma de Hodgkin se divide en estadio inicial, intermedio y avanzado. Los pacientes son tratados en función de su riesgo. Para los pacientes en estadios iniciales, la terapia estándar actual consiste en quimioterapia según el régimen ABVD (Adriamicina, Bleomicina, Vinblastina, Dacarbazina) seguida de radioterapia. Actualmente, las directrices recomiendan de dos a tres ciclos de quimioterapia y 20 Gy de radiación. El uso de la PET permite mejorar la capacidad de pronóstico y la planificación de la terapia.
Actualmente se está debatiendo si puede omitirse la radioterapia en los pacientes con PET negativo, informó el Prof. Dr. med. Andreas Lohri, del Hospital Cantonal de Baselland, Liestal, y del Hospital Universitario Médico de Basilea. En particular, existen diferentes puntos de vista a este lado y al otro lado del Atlántico. “La terapia correcta es cuestión de gustos”, cita Lohri de un estudio publicado recientemente [1]. En este estudio, los pacientes con linfoma de Hodgkin en estadio inicial que no habían recibido radioterapia presentaron más recidivas que los del grupo de tratamiento estándar. El estudio, que se interrumpió prematuramente, no permite pronunciarse sobre la mortalidad global.
En Alemania, la radioterapia sigue siendo una parte indispensable de la terapia del linfoma de Hodgkin, “lo que, sin embargo, podría deberse también a la obstinada actitud de los pagadores respecto a la cobertura de las PET provisionales”, afirma el Prof. Peter Borchmann, MD, del Hospital Universitario de Colonia. En Canadá, por ejemplo, se realiza una PET provisional tras dos ciclos de quimioterapia, y los pacientes con PET negativo reciben sólo dos ciclos más de ABVD. Los pacientes con TEP positivo completan la quimioterapia y también reciben radioterapia. Los datos del registro de la Columbia Británica de 215 pacientes de Hodgkin en fase inicial se habían mostrado en la conferencia de la EHA de 2014 en Milán. Los datos muestran resultados idénticos para los pacientes con o sin radioterapia. Los expertos canadienses en torno al Prof. Joseph. M. Por ello, Connors de Vancouver aboga por que los hallazgos de la PET se incluyan en la decisión terapéutica. De este modo, se pueden evitar los daños tardíos que resultan de la radioterapia pero que sólo se manifiestan diez o más años después de finalizarla. Actualmente se están realizando más estudios para demostrar si se puede omitir la radiación tras dos o tres ciclos de quimioterapia en pacientes con TEP negativo sin que ello afecte al pronóstico.
Nueva opción terapéutica para pacientes en estadios avanzados
El Prof. Borchmann también habló sobre la integración de nuevas terapias en estadios avanzados de Hodgkin. El régimen de terapia escalonada BEACOPP (bleomicina, etopósido, adriamicina, ciclofosfamida, procarbazina, prednisolona) se considera actualmente el estándar en los países de habla alemana con seis ciclos de terapia. En todo el mundo, este sistema tiene poca aceptación debido a la complejidad de los requisitos, así como a su elevada toxicidad, afirma Borchmann.
Como parte de un nuevo régimen de tratamiento, se está considerando el conjugado anticuerpo-fármaco dirigido brentuximab vedotin. Consiste en el anticuerpo monoclonal Brentuximab, dirigido específicamente contra el anticuerpo CD30, y el fármaco citostático monometil auristatina E (MMAE), unido al anticuerpo por un enlazador. El CD30 es un receptor del factor de necrosis tumoral que se expresa cada vez más en las células de Reed-Sternberg del linfoma de Hodgkin y en las células de algunos linfomas no hodgkinianos. El brentuximab se une específicamente a la célula portadora del CD30, que introduce el conjugado en las células. El enlazador es escindido por enzimas lisosomales, lo que libera el fármaco citostático. Esto destruye el aparato fusiforme, inhibiendo así la división celular y provocando la apoptosis. “Se consigue una alta concentración del fármaco citostático en la célula tumoral sin los correspondientes efectos secundarios sistémicos graves”, informa el experto. En un ensayo en curso, el brentuximab se está probando como parte de un régimen de quimioterapia modificado, el BrECADD. Contiene brentuximab, etopósido, ciclofosfamida, adriamicina, dacarbazina y dexametasona.
Fuente: Formación avanzada en linfoma de Hodgkin, Reunión anual de las sociedades alemana, austriaca y suiza de hematología y oncología médica (DGHO),
12 de octubre de 2014, Hamburgo (D)
Literatura:
- Raemaekers JM, et al: La omisión de la radioterapia en el linfoma de Hodgkin en estadio I/II negativo a la tomografía por emisión de positrones se asocia a un mayor riesgo de recaída precoz: Resultados clínicos del análisis provisional preplanificado del ensayo aleatorizado EORTC/LYSA/FIL H10. J Clin Oncol 2014 abr 20; 32(12): 1188-1194.
InFo ONCOLOGÍA Y HEMATOLOGÍA 2014; 2(10): 29-30