“¡Viva el deporte!” – El título de este honesto pero también irónico éxito de los 80 lo resume perfectamente: el deporte (no sólo el fútbol) es probablemente para muchos el pasatiempo más bello del mundo, pero también tiene sus peligros. En Suiza, las lesiones deportivas no han dejado de aumentar en los últimos años, aunque muy raramente provocan víctimas mortales. La mayoría de los acontecimientos mortales en el deporte están relacionados con el corazón.
Este hecho inquietante dio lugar al concepto de “paradoja del deporte”: por un lado, las propiedades preventivas y promotoras de la salud del entrenamiento físico regular son indiscutibles, pero por otro, el deporte también se ha identificado como un “desencadenante” de paradas cardiacas súbitas y muerte cardiaca. Esto es especialmente cierto en el caso de una enfermedad cardiovascular subyacente, que puede multiplicar por 100 el riesgo de un incidente cardiaco mortal asociado al deporte. El objetivo final es, por tanto, un cribado cardiaco adecuado, que además debe llegar al mayor número posible de atletas.
Sin embargo, hoy en día se niega el cribado a muchos atletas, especialmente en los llamados “deportes populares y de aficionados”, e incluso un cribado realizado adecuadamente según las últimas directrices nunca podrá evitar todos los acontecimientos mortales. Si en estos casos aparecen síntomas clínicos típicos como el dolor torácico, es importante tomar las medidas adecuadas sin demora. En este número de CARDIOVASC se ofrece una guía práctica.
La ateromatosis, que a menudo se desarrolla de forma insidiosa y asintomática y puede acabar provocando una rotura de la placa potencialmente letal incluso en una forma menos pronunciada (especialmente durante la práctica deportiva), es una enfermedad sistémica. Un interesante artículo CME de este número trata además de un problema venoso relevante y, por tanto, de otro aspecto importante de las enfermedades vasculares: la úlcera venosa crónica y los escollos de su tratamiento, con los que desgraciadamente estamos demasiado familiarizados en la práctica diaria.
Así que anime a sus pacientes (y por supuesto a su entorno privado y a usted mismo) a hacer ejercicio con regularidad. Las medidas preventivas en el sentido de una reducción de los factores de riesgo cardiovascular, un cribado adecuado y un programa de entrenamiento a medida pueden invalidar definitivamente la “paradoja del deporte”. ¡Viva el deporte!
Dr. Christian Marc Schmied