El deterioro cognitivo subjetivo (DSC) es un importante factor predictivo del deterioro de la memoria en la vejez. Existen pruebas de que el DSC puede ser la primera manifestación sintomática de la enfermedad de Alzheimer (EA), pero también es una afección común en la vejez de forma independiente. Dado el aumento proporcional del envejecimiento de la población, esto representa un reto importante para el sistema sanitario actual. Por ello, existe un interés creciente por las sustancias que mejoran la función cognitiva.
El SCD se ha identificado como precursor del deterioro cognitivo leve (DCL) y puede representar la manifestación clínica más temprana de la enfermedad de Alzheimer. La ECF puede considerarse una fase temprana de la demencia, seguida de un largo proceso evolutivo que puede prolongarse durante más de una década. Aunque no todas las personas con ECF muestran progresión, las personas con ECF son candidatas ideales para medidas preventivas destinadas a retrasar y/o prevenir la aparición de la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, a pesar de su valor clínico, la investigación sobre la ECF sigue presentando importantes limitaciones debido a la heterogeneidad de las definiciones y a los distintos enfoques para medir la ECF.
Ginkgo biloba como fuente de muchos ingredientes
El Ginkgo biloba L., también conocido como árbol del culantrillo, se utiliza en China como remedio tradicional para diversas enfermedades. Los productos de Ginkgo biloba están disponibles en varias especificaciones. En Europa, el extracto estandarizado de hojas de Ginkgo biloba (GBE) es un medicamento a base de plantas para el tratamiento sintomático del deterioro cognitivo relacionado con la edad, que incluye problemas de memoria y concentración, así como acúfenos, mareos y claudicación intermitente. En Suiza, GBE está disponible como medicamento autorizado por el Servicio Suizo de Salud y es reembolsado por el seguro básico de enfermedad.
Según la Farmacopea de la UE, el extracto seco de la hoja de ginkgo está estandarizado en un 22-27% de flavonoides, expresados como glucósidos de flavona, un 2,6-3,2% de bilobálidos, un 2,8-3,4% de ginkgólidos A, B y C y un contenido de ácidos ginkgólicos inferior a 5 ppm. El mecanismo de acción está vinculado a los distintos componentes del extracto. Estos constituyentes intervienen en el restablecimiento de la función mitocondrial deteriorada mejorando el suministro de energía neuronal, reduciendo la cantidad de radicales libres de oxígeno denominados especies reactivas de oxígeno (ROS), inhibiendo la agregación de la proteína amiloide-β (Aβ) y su toxicidad, y mejorando la función sináptica y la plasticidad. Sólo unos pocos efectos parecen ser independientes de la mejora de la función mitocondrial, como el aumento del flujo sanguíneo cerebral local, la reducción de la viscosidad sanguínea y la modificación de los sistemas neurotransmisores. Por lo tanto, el GBE puede considerarse un fármaco multiobjetivo.
En la actualidad, la mayoría de los artículos de revisión disponibles se centran en los efectos de la EGB sobre el DCL y la demencia, pero no sobre la ECF y sus efectos cognitivos específicos. El Dr. Jörg Grünwald, de Analyze & Realize GmbH, Berlín, y sus colegas de la Universidad de Basilea llevaron a cabo una revisión de la información sobre la eficacia de la GBE estandarizada para la ECF [1]. Los investigadores recopilaron datos clínicos sobre los efectos de la EGB estandarizada en las primeras fases del deterioro cognitivo en adultos de mediana edad. La búsqueda se basó en la bibliografía disponible de los principales ensayos clínicos aleatorizados (ECA), revisiones sistemáticas y metaanálisis sobre la EGB estandarizada en personas con deterioro cognitivo. Además, se obtuvo información de los estudios seleccionados sobre la duración del tratamiento, la dosis diaria de GBE utilizada, la edad media de los participantes y los parámetros evaluados en cada ensayo clínico.
El número de estudios de EGB disponibles sobre la ECF es reducido, tal y como demostró la revisión. Los autores hacen hincapié en que, desde que se describió por primera vez la ECF hace más de 20 años, se han utilizado diferentes terminologías en los estudios clínicos, por ejemplo, deterioro cognitivo subjetivo, pérdida de memoria subjetiva, quejas de memoria. Por lo tanto, la selección de estudios para esta revisión fue todo un reto. La comparación entre los estudios también fue difícil, ya que éstos diferían en cuanto a las dosis utilizadas, los criterios, la duración y los resultados medidos.
Mensajes para llevar a casa |
A pesar de las limitaciones relativas a los criterios de inclusión para el SCD, la revisión proporciona una hipótesis sobre el efecto del ginkgo en estas fases tempranas del deterioro cognitivo: |
Una dosis de 240 mg diarios parece ser óptima y ha demostrado ser segura y bien tolerada. |
Puede ser necesario un tratamiento a largo plazo de al menos 6 meses para conseguir efectos cognitivos positivos de la EGB estandarizada en personas con ECF. La EGB estandarizada mostró efectos positivos sobre la flexibilidad cognitiva y la mejora de la atención y la memoria (verbal y no verbal) y el bienestar general en personas con ECF, con efectos más fuertes en los individuos “más jóvenes” (de 45 a 65 años). |
Se necesitan ECA más amplios y bien definidos con criterios de ECF para seguir demostrando este efecto en los pacientes con ECF. |
240 mg GBE/día podrían ser beneficiosos para la ECF
De los 8 ensayos clínicos aleatorizados, 6 estudios aportaron pruebas de la eficacia de la EGB en el tratamiento de la ECF en relación con al menos un parámetro cognitivo. Un estudio no fue concluyente, pero un análisis post hoc mostró eficacia en la prevención de la enfermedad de Alzheimer cuando se tomó durante 4 años.
La mitad de los estudios incluidos utilizaron una GBE específica estandarizada a una dosis de 240 mg/día, pero la duración del tratamiento osciló entre semanas y años. Cuando se administró GBE a personas con ECF durante un breve periodo de tiempo (de 3 semanas a 2 meses), mostró efectos positivos sobre la flexibilidad cognitiva.
El extracto mejoró la flexibilidad cognitiva sin cambios significativos en la activación cerebral, lo que implica que no hubo un mayor reclutamiento de sistemas y/o recursos neuronales. Además, se observó una tendencia a la compensación entre velocidad y precisión en la tarea Go/NoGo. Según los autores, la EGB puede inducir una leve potenciación dopaminérgica prefrontal, pero se necesitan más pruebas adicionales para evaluar este efecto sobre los sistemas dopaminérgicos. A dosis más altas, la misma GBE normalizada (320 y 600 mg/día) mejoró la velocidad de procesamiento de la información en los ancianos. El tratamiento a medio plazo (de 3 a 6 meses) con GBE normalizada a una dosis de 240 mg/día también produjo mejoras en dominios cognitivos como la concentración, la memoria visual y verbal y aspectos del bienestar subjetivo (salud física) en adultos de mediana edad (de 45 a 65 años).
En cuanto a los aspectos de seguridad de la GBE estandarizada, no se observaron efectos secundarios graves. El tratamiento con dosis de hasta 240 mg/día demostró ser seguro y bien tolerado y produjo una mejora de las capacidades cognitivas y de las actividades cotidianas. En todos los estudios, los extractos tuvieron el mismo perfil de seguridad que los tratamientos con placebo. Incluso la administración a largo plazo de GBE estandarizado (240 mg diarios) no tuvo ningún efecto sobre los signos vitales ni sobre la función física o neurológica. Así pues, el uso de GBE estandarizado es seguro y bien tolerado incluso durante largos periodos de tiempo. Los resultados también mostraron que se requería una dosis de más de 200 mg/día de GBE durante un periodo de al menos 5 meses para mantener los efectos beneficiosos en personas con demencia.
La edad de los participantes también podría influir en los resultados de los estudios clínicos. Según los autores, los resultados sugieren que la EGB puede tener un efecto positivo a la hora de prevenir, mejorar o retrasar la ECF en la generación de 50 años o más. Dos estudios informaron de una mejora de la función cognitiva y de aspectos del bienestar subjetivo en participantes con ECF del grupo de edad de 45 a 65 años. En ambos estudios, se utilizó la misma dosis de GBE (240 mg/día) para tratamientos a corto y medio plazo (de 2 a 3 meses). También se observaron efectos cognitivos positivos en los participantes con una edad media de 69 años (55-86 años), incluyendo la memoria visual a corto plazo y la mejora de la velocidad de información. Sin embargo, los estudios utilizaron diferentes GBE estandarizados (320 y 600 mg/día) y dosis bajas para los tratamientos a corto y medio plazo (3 semanas y 6 meses, respectivamente). Como Grünwald et al. subrayan que, por lo tanto, se necesitan ECA más amplios y bien definidos con criterios de ECF para corroborar aún más este efecto en pacientes con ECF.
Literatura:
- Grünwald J, et al: Los efectos de los extractos estandarizados de Ginkgo Biloba (GBE) sobre el deterioro cognitivo subjetivo (DSC) en adultos de mediana edad: una revisión. Avances en la investigación sobre el envejecimiento 2020; 9: 45-65; doi: 10.4236/aar.2020.93005.
HAUSARZT PRAXIS 2024; 19(8): 42-43 InFo NEUROLOGÍA Y PSIQUIATRÍA 2024; 36-37