No fue suficiente para ganar la Copa del Mundo, pero el entusiasmo de los suizos durante el Mundial demostró claramente la importancia del deporte rey. Las estadísticas nacionales sobre lesiones deportivas también demuestran esta preferencia, ya que las lesiones en el fútbol representan casi una cuarta parte (24%) de todas las lesiones deportivas nacionales. Los futbolistas lesionados son, por tanto, algo habitual en la consulta del médico de cabecera.
Las estadísticas del Seguro Social Suizo de Accidentes (SSUV) muestran qué partes del cuerpo se ven afectadas con más frecuencia al dar una patada: Piernas, tobillos y pies (40%), rodillas (18%), muñecas y manos (11%) y torso y espalda (6,7%). El tipo de lesión es mayoritariamente esguinces y distensiones (36,2%), seguidos de lesiones superficiales y contusiones (24,5%) y lesiones musculares y tendinosas (13,9%).
Futbolista profesional: una profesión de alto riesgo
Las estadísticas de accidentes de los futbolistas profesionales son algo diferentes. Una encuesta realizada exclusivamente en el fútbol de alto nivel europeo (UEFA, clubes de la Liga de Campeones durante 12 años) muestra que las lesiones musculares son la mayor amenaza para los profesionales. Las lesiones musculares suelen subestimarse en la medicina “normal”, aunque pueden causar ausencias muy prolongadas en los deportes de competición (de seis a ocho semanas). ¡Shaquiri y Barnetta pueden contarle un par de cosas al respecto! Un análisis aún más detallado de la encuesta de la UEFA también revela algo preocupante: la tasa de lesiones en el fútbol profesional es casi 1.000 veces superior a la de las actividades de alto riesgo en la industria. Cabe mencionar aquí que en nuestro país estos “trabajadores” del fútbol también están cubiertos por el seguro UVG.
El “tobillo de futbolista
El fútbol se juega principalmente con los pies, por lo que cuando se producen lesiones, suelen verse afectados los pies y los tobillos. Además de la distorsión “clásica” del tobillo, existen otros trastornos específicos del fútbol, que incluso pueden encontrarse en la literatura bajo el término “tobillo de futbolista” o “tobillo de futbolista” (respectivamente, síndrome de pinzamiento anterior y posterior).
- En la forma ventral, los osteofitos tibiotarsianos se desarrollan en respuesta a los múltiples microtraumatismos y son responsables de los síntomas. El diagnóstico es clínico, la radiografía es normal. El tratamiento consiste inicialmente en reposo, pero a menudo es necesaria la ablación (artroscópica).
- La forma dorsal implica el processus posterior tali y/o un os trigonum. Las flexiones plantares repetidas, es decir, cada vez que se patea el balón, provocan irritación y, en consecuencia, dolor en la zona. De nuevo, el diagnóstico es clínico: una flexión plantar manual brusca por parte del médico desencadena el dolor. Una radiografía lateral y, si es necesario, una resonancia magnética o una gammagrafía, confirmarán el diagnóstico. La terapia consiste en vendajes para restringir la flexión plantar, infiltraciones y revisión quirúrgica. La experiencia demuestra que se necesitan al menos dos meses antes de poder reanudar plenamente las actividades deportivas.
Distensión inguinal
Otro trastorno de salud casi exclusivo del fútbol es la llamada distensión inguinal. Una distensión inguinal aguda suele estar causada por un desgarro de fibras musculares de los músculos aductores, en adolescentes también por un desgarro óseo en la pelvis en la base de uno de los extensores fuertes de la rodilla. Sin embargo, mucho más comunes son los síntomas insidiosos de sobrecarga en la zona inguinal (pubalgia), que son bastante difíciles de diagnosticar con precisión. Es un verdadero reto para el médico tratante encontrar la causa correcta del dolor inguinal, porque la lista de diagnósticos diferenciales es larga (Tab. 1). Por lo tanto, es importante tener una buena idea de la anatomía local (compleja), realizar una anamnesis muy cuidadosa, llevar a cabo un examen meticuloso y utilizar exámenes auxiliares específicos (radiografía, resonancia magnética, ecografía). A menudo el curso es extremadamente difícil y las quejas mejoran sólo lentamente.
Desgarros de fibras musculares
Los desgarros de fibras musculares son fáciles de diagnosticar – a menudo lo hace el propio atleta – pero la prevención, el diagnóstico fino y la terapia son bastante difíciles. El estiramiento no tiene ningún efecto demostrado y hasta ahora no se han encontrado factores de riesgo para una lesión de este tipo. La ecografía es una buena herramienta para definir la extensión del desgarro y estimar su curso. Lo mejor es que el médico que le atienda pueda hacer él mismo esta aclaración. La intervención quirúrgica rara vez es necesaria en la terapia. No se ha demostrado científicamente de forma concluyente si las medidas fisioterapéuticas o las inyecciones de PRP (sangre autóloga centrifugada con un alto contenido en factores de crecimiento procedentes de las plaquetas) funcionan realmente. Sin embargo, la tendencia a la regeneración de los músculos es de seis a ocho semanas. Durante este tiempo, la formación de los sustitutos es esencial.
La FIFA: una asociación modelo en materia de medicina deportiva
Por último, una observación: a menudo se critica a la FIFA con bastante dureza, pero cuando se trata de medicina deportiva, es la asociación modelo por excelencia. Proporciona recursos humanos y financieros para promover la investigación específica del fútbol. Esto da lugar a resultados relevantes en la práctica (por ejemplo, cambios en las reglas del juego) que también benefician a otros deportes.
PRÁCTICA GP 2014; 9 (9): 7-8