El objetivo de un reciente metaanálisis de la Colaboración Cochrane era comparar once sustancias utilizadas en la esclerosis múltiple remitente-recurrente (EMRR) en términos de reducción de las tasas de recaída, progresión de la discapacidad y relación beneficio-riesgo. A veces se encontraron diferencias en la eficacia: el interferón beta-1a inyectado por vía subcutánea (Rebif®), por ejemplo, es más eficaz que el interferón beta-1a administrado por vía intramuscular.
El metaanálisis comparó 44 ensayos controlados aleatorizados (hasta 2010) con un total de 17 401 pacientes con EM. De ellos, 9026 pacientes (23 ensayos) tenían EMRR, 7726 pacientes tenían EM secundaria progresiva (EMSP, 18 ensayos) y 579 pacientes tenían EMRR más progresión (3 ensayos). La duración media del tratamiento fue de 24 meses.
Según este análisis, el natalizumab fue el más eficaz para reducir la tasa de recaída (en un 68%, odds ratio de 0,32), con el interferón beta-1a s.c. en segundo lugar con un 55%. Le siguieron el acetato de glatiramero (51%), el interferón beta 1b y la mitoxantrona (45% cada uno) y el interferón beta 1a i.m. con un 17% (n.s.). Se observaron diferencias significativas (verum frente a placebo) para el retraso en la progresión de la discapacidad, con buenas pruebas para el natalizumab (odds ratio 0,56) y para el interferón beta 1a s.c. (odds ratio 0,71).
En cuanto a la reducción de la actividad de recaída, el interferón beta-1a s.c. y el natalizumab tienen la mayor eficacia con la mayor evidencia. El mayor beneficio para retrasar la progresión de la discapacidad en pacientes con EMRR y EMPS también se ha encontrado para estos dos fármacos, con la segunda mayor evidencia. La odds ratio para el natalizumab fue de 0,56, para el interferón beta 1a s.c. de 0,71. Sin embargo, en lo que respecta al natalizumab, hay que señalar, según los autores, el riesgo de inducir leucoencefalopatías multifocales progresivas, sobre todo cuando se utiliza durante más de 24 meses. El natalizumab está aprobado para la terapia de intensificación, pero no para la terapia básica de la EMRR y la EMPS. Las diferencias entre las terapéuticas comparadas para la EM son clínicamente relevantes y deben tenerse en cuenta en futuras decisiones sobre terapéutica básica. La Colaboración Cochrane no pudo pronunciarse sobre la eficacia y el perfil de riesgos y beneficios de las sustancias estudiadas para su uso durante más de dos años, por lo que se recomienda realizar estudios a largo plazo.
Se dispone de datos del análisis post-hoc PRISMS-15 en el curso a largo plazo para pacientes con EMRR para una dosis de interferón beta-1a s.c. conforme a las directrices. Tras un uso muy frecuente de la dosis recomendada (44 μg tres veces por semana) durante quince años, nueve de cada diez pacientes seguían siendo ambulatorios (puntuación EDSS <6). Otro estudio (IMPROVE) muestra una reducción significativa de la inflamación en el cerebro en la EMRR tan pronto como cuatro semanas después de iniciar la terapia. Rebif® es, por tanto, el patrón oro para la terapia básica de la EMRR. La eficacia tiene una importancia crucial, junto con la tolerabilidad, la adherencia y el buen manejo.
Fuente: Filippini G, Del Giovane C, et al: Immunomodulators and immunosuppressants for multiple sclerosis: a network meta-analysis. La Colaboración Cochrane 2013.