Si un cálculo penetra en el uréter y provoca una retención urinaria, pueden producirse cólicos extremadamente dolorosos. El diagnóstico se basa en pruebas de imagen, sangre y orina. El tratamiento de urgencia incluye el alivio del dolor y el restablecimiento del flujo de orina.
La urolitiasis se refiere a la formación y existencia de concreciones en las distintas partes del tracto urinario. La clasificación en los 4 compartimentos del sistema urinario se muestra en la Tabla 1 [2]. La prevalencia en los países occidentales se sitúa entre el 6% y el 10%, según el estudio, y es mayor en las zonas secas y cálidas y menor en los países más pobres. La urolitiasis se ve favorecida por una dieta rica en proteínas. La edad principal de aparición es entre los 30 y los 60 años, y los hombres se ven afectados con más frecuencia que las mujeres. Sin embargo, la nefro y la ureterolitiasis también pueden aparecer en la infancia y la adolescencia [4]. Ya se informó de la fisiopatología de la urolitiasis en el número anterior de HAUSARZT PRAXIS (“Nefrolitiasis“).
Además de las influencias externas, sobre todo alimentarias (alimentos ricos en proteínas, ingesta insuficiente de líquidos), las infecciones urinarias y la inmovilización, las anomalías anatómicas de los riñones y de las vías urinarias de drenaje también desempeñan su papel en la formación de las concreciones. Éstas se enumeran en el Panorama 1.
Mientras los cálculos urinarios no provoquen la obstrucción de las vías urinarias, son asintomáticos. El principal síntoma del cálculo movilizado es el cólico ureteral [3], caracterizado por un dolor intenso, de tipo laboral, en la parte baja del abdomen con irradiación a la espalda y los genitales externos. Los síntomas clínicos pueden indicar la localización del cálculo en el uréter (tabla 2). Los vómitos dolorosos, el subileus reflejo y la oliguria son posibles como síntomas acompañantes. La hematuria debe aclararse más en términos de diagnóstico diferencial. Las impurezas de la sangre son muy bien detectables en el laboratorio. Sin embargo, los cristales visibles en el sedimento urinario también pueden presentarse sin urolitiasis y, por lo tanto, no pueden clasificarse con certeza en términos de diagnóstico diferencial. Para los cálculos que se han desprendido, si se recogen, la espectroscopia infrarroja es útil para el diagnóstico bioquímico.
Los cálculos urinarios con un diámetro inferior a 5 mm suelen desaparecer espontáneamente. El cólico ureteral se trata sintomáticamente con analgésicos y espasmolíticos. Muchos líquidos y un tratamiento térmico pueden ayudar a que los cálculos desciendan. Debe planificarse una terapia invasiva en caso de fiebre o anuria. La inserción de catéteres (DJ) o la nefrostomía percutánea pueden proporcionar un alivio agudo. La litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC) y la ureterorenoscopia se han convertido en el tratamiento de elección para la nefrolitiasis y los cálculos ureterales intermedios y distales [1].
Las complicaciones pueden provocar una sintomatología considerable y daños consecuentes (resumen 2).
Los exámenes radiográficos pueden proporcionar pruebas concretas en condiciones óptimas de imagen (poca superposición con el aire y el contenido intestinal). En última instancia, sin embargo, los hallazgos negativos de la imagen no conducen a la exclusión definitiva de un cálculo.
La ecografía puede delimitar los cálculos renales y de la vejiga urinaria como estructuras anecoicas con sombras sónicas. La detección de concreciones en los uréteres puede ser problemática. Dependiendo de la extensión del aire y del contenido del intestino, el curso de los uréteres puede ser difícil de seguir. La dilatación del sistema hueco del tracto urinario proximal a un cálculo oclusivo puede evaluarse como un indicio de obstrucción del flujo de salida, que, sin embargo, también puede ser consecuencia de un proceso inflamatorio o tumoral.
La tomografía computarizada se ha convertido en una valiosa herramienta para el diagnóstico de cálculos. Los modernos escáneres multilínea proporcionan una visión completa de los riñones y las vías urinarias de drenaje en poco tiempo, pueden localizar con precisión las concreciones calcificadas y detectar cualquier retención urinaria. Al mismo tiempo, también se registran y pueden evaluarse los demás órganos abdominales [5].
La IRM tiene problemas para detectar pequeños cálculos calcificados del aparato urinario. El calcio es pobre en señales y difícil de visualizar en la IRM. Pueden detectarse cálculos de mayor tamaño en el sistema de la cavidad renal o en la vejiga urinaria. Por otra parte, las complicaciones de los cálculos ureterales pueden documentarse muy bien mediante tomografía por resonancia magnética.
Estudio de caso
En el caso clínico 1 (figs. 1A a 1C), a una paciente de 45 años se le diagnosticó un cólico ureteral en el lado derecho mediante tomografía computarizada. Se detectó una concreción calcificada en el tercio medio del uréter con congestión consecutiva del riñón derecho y del uréter proximal.
El caso 2 muestra el control morfológico de la imagen en una paciente de 51 años que había sido tratada con una férula en J doble un año antes por nefrolitiasis (Fig. 2A) . Tras otro cólico ureteral a la izquierda (Fig . 2B) , la TC mostró una concreción prevesical y una pequeña congestión en el riñón (Fig. 2C).
El caso 3 muestra un cálculo ureteral derecho prevesical en una paciente de 48 años con cólicos continuos que condujo a la extracción quirúrgica del cálculo (fig. 3).
Mensajes para llevarse a casa
- La nefrolitiasis y la ureterolitiasis están estrechamente relacionadas.
- El síntoma principal de la concreción movilizada son los cólicos.
- Los síntomas irradiados pueden ser un indicio de la localización del cálculo ureteral.
- Además de la anamnesis, el examen clínico y de laboratorio (especialmente los hallazgos en orina), el diagnóstico por imagen es importante para la localización de los cálculos y el diagnóstico diferencial.
- El método de elección para detectar la ureterolitiasis en particular es la tomografía computarizada nativa.
- Si las medidas terapéuticas sintomáticas conservadoras no aportan mejoría, existen métodos mínimamente invasivos.
Literatura:
- Bader MJ, et al: Tratamiento contemporáneo de los cálculos ureterales. Eur Urol 2012; 61(4): 764-772.
- “Urolitiasis”, https://flexikon.doccheck.com/de/Urolithiasis,(última consulta: 25.04.2023)
- Manski D: Urologiebuch.de, www.urologielehrbuch.de/harnleitersteine.html,(última consulta: 25.04.2023)
- Toole KP, et al: Ureterolitiasis en adolescentes: informe de un caso. J Pediatr Health Care 2021; 35(3): 327-331.
- Zahid M, et al: Imagen del uréter: manual para el radiólogo de urgencias. Emerg Radiol 2021; 28(4): 815-837.
PRÁCTICA GP 2023; 18(6): 46-48