A diferencia de la diabetes tipo 1, la diabetes tipo 2 y la diabetes gestacional, las formas especiales de enfermedades diabéticas son mucho menos conocidas. No es infrecuente que los errores de diagnóstico conduzcan a un tratamiento inadecuado con consecuencias negativas para todos los implicados.
Los niveles desregulados de glucosa en sangre que requieren tratamiento son una característica clínica común de todos los subtipos de diabetes. Sin embargo, las medidas respectivas difieren en función de la etiología subyacente, afirma la presidenta del DDG, la profesora Monika Kellerer. Entre otros, también existen síntomas diabéticos provocados iatrogénicamente.
Síntomas diabéticos inducidos por la cortisona: ¿evitables?
Los síntomas diabéticos como efecto secundario indeseable del tratamiento con cortisona son frecuentes y pueden darse, por ejemplo, en el contexto de terapias para el reumatismo, el asma, la enfermedad de Crohn y otras enfermedades inflamatorias u oncológicas. La diabetes puede desaparecer por completo si se interrumpe la cortisona, explica el Prof. Kellerer. “Los pacientes deben aclarar con sus médicos tratantes si es posible un cambio de medicación”. El riesgo de desarrollar diabetes aumenta con el incremento de las dosis de cortisona y la duración de la terapia. Los pacientes obesos con antecedentes familiares o con un valor de glucemia HbA1c a largo plazo superior al 5,7% corren un riesgo especial. Si no es posible suspender la cortisona o si los niveles de glucosa en sangre no se normalizan tras reducirlos, las primeras medidas terapéuticas deben ser cambios en la dieta y ejercicio, recomienda el Prof. Kellerer. En un paso posterior, se puede considerar el uso de fármacos antidiabéticos orales y, si esto no ayuda, se debe considerar la terapia con insulina.
La fibrosis quística se asocia a menudo con la diabetes
Las formas especiales de diabetes también incluyen un metabolismo alterado de la glucosa que se desarrolla como resultado de la enfermedad hereditaria fibrosis quística. Uno de cada dos pacientes con fibrosis quística mayores de 26 años desarrolla diabetes comórbida, las mujeres mucho antes y con más frecuencia que los hombres. “Entonces, la esperanza de vida también depende del tratamiento de la diabetes”, explica el Dr. Andreas Neu, vicepresidente del DDG. La diabetes suele ser asintomática en las personas con fibrosis quística. Por lo tanto, los pacientes deben someterse a un cribado anual de la diabetes (determinación de la glucosa en ayunas y del nivel de HbA1c) a partir de los diez años de edad.
Una dieta equilibrada como medida importante del estilo de vida
Hay que tener en cuenta algunas características especiales a la hora de tratar a pacientes con fibrosis quística. En general, el riesgo de diabetes aumenta cuanto más bajo es el peso de la persona. “Por eso es beneficioso ayudar a los pacientes con fibrosis quística a alcanzar un índice de masa corporal más elevado”, explica el Dr. Neu. Una dieta completa que incluya una ingesta suficiente de sales y carbohidratos es extremadamente importante. “En muchas consultas se sigue clasificando a los pacientes como de tipo 2 y luego se les enseña a seguir una dieta baja en calorías”, dice el Dr. Neu. Esto es extremadamente problemático para los pacientes con una función pancreática deteriorada y un peso bajo en términos de esperanza de vida. Según la directriz, los pacientes de fibrosis quística con diabetes deben recibir insulina. Sin embargo, hasta ahora esto sólo ocurre en tres cuartas partes de los pacientes. “El resto se trata con dieta o antidiabéticos orales”, explica el Dr. Neu. Sin embargo, las directrices desaconsejan las pastillas debido a su menor eficacia. A diferencia de los pacientes con diabetes de tipo 1, los pacientes con fibrosis quística pueden arreglárselas durante mucho tiempo sólo con insulina en las comidas. A menudo sólo necesitaban insulina basal adicional al cabo de los años.
Diabetes MODY: también determinada genéticamente
Los llamados tipos de diabetes MODY (“Diabetes de inicio en la madurez del joven”) también pertenecen a las formas especiales más frecuentes de diabetes. La disposición genética es un factor etiológico central y se transmite de generación en generación. Los defectos genéticos provocan que las células beta del páncreas dejen de funcionar correctamente y, en consecuencia, se restringe la producción de insulina. “Los pacientes suelen tener un peso normal, por lo que a veces se les diagnostica erróneamente diabetes de tipo 1”, afirma el experto en DDG, el doctor Dirk Müller-Wieland. Para el diagnóstico, las pruebas genéticas pueden ser informativas y también sirven para excluir los anticuerpos específicos del tipo 1. Esto tiene importantes implicaciones para la terapia. Si se trata de diabetes MODY, el ejercicio y una dieta rica en fibra pueden ser medidas de intervención suficientes en primer lugar. Si esto no aporta el éxito deseado, pueden utilizarse fármacos antidiabéticos orales. La terapia con insulina sólo es necesaria en fases avanzadas.
Pancreatitis e infecciones víricas como causa
Aparte de lo anterior, existen otras posibles etiologías. Por ejemplo, las infecciones víricas pueden provocar síntomas diabéticos. Otros factores desencadenantes son las disfunciones del sistema inmunitario, los trastornos hormonales o el síndrome de Down. La inflamación aguda del páncreas conduce a una diabetes permanente del tercer grupo en el 15% de los casos. “Si los cálculos biliares son la causa de la inflamación, la diabetes puede desaparecer tras su extirpación”, explica el Dr. Baptist Gallwitz. La inflamación crónica del páncreas, muy a menudo provocada por el abuso del alcohol, desencadena la diabetes en aproximadamente la mitad de los casos.
Fuente: Sociedad Alemana de Diabetes (DDG)
PRÁCTICA GP 2019; 14(11): 20
CARDIOVASC 2019; 18(6): 32