En vista del fuerte aumento de pacientes de COVID-19 con cursos graves de la enfermedad, los médicos de urgencias y de cuidados intensivos, así como otras disciplinas del sistema sanitario, se enfrentan actualmente a decisiones difíciles: ¿Cómo deben distribuirse los recursos disponibles de forma que se beneficie el mayor número posible de pacientes necesitados? Ahora que están surgiendo nuevos aspectos en el debate, sobre todo como consecuencia de la vacunación, expertos de siete sociedades profesionales han actualizado la “Guía sobre priorización y triaje en situaciones de escasez aguda de recursos” publicada en la primavera de 2020.
Los puntos más importantes se refieren a la igualdad de trato de los pacientes vacunados y no vacunados en la atención sanitaria, así como a la observancia del principio de igualdad a la hora de aumentar los recursos en favor de la atención de los pacientes con COVID-19.
La falta de vacunación no es motivo para limitar la asistencia sanitaria
En el debate público de las últimas semanas, se ha propuesto repetidamente utilizar el estado de vacunación como criterio de decisión para establecer prioridades cuando los fondos son escasos. La frustración de que algunas personas renuncien a una vacunación eficaz es comprensible, sobre todo por la enorme carga que supone para quienes trabajan en el sistema sanitario, afirma el profesor Uwe Janssens, ex presidente de la DIVI y jefe del grupo de trabajo sobre ética. Sin embargo, las sociedades profesionales han aclarado en la directriz actualizada que la falta de vacunación no puede ser un criterio legítimo para las decisiones de triaje.
“El deber de socorro en el sistema sanitario existe en caso de enfermedades potencialmente mortales, independientemente del desencadenante o del comportamiento precedente del paciente necesitado”, resume Janssens la posición de la directriz.
El profesor Georg Marckmann, especialista en ética médica y presidente de la Academia de Ética Médica, añade que el derecho a las prestaciones en nuestro sistema sanitario solidario no se hace depender de criterios como la “autoculpabilidad” o la “responsabilidad personal” por buenas razones éticas. En primer lugar, en los casos individuales no suele ser posible demostrar con suficiente certeza que la enfermedad se debe causalmente a un comportamiento del paciente perjudicial para la salud. En segundo lugar, el comportamiento no suele basarse en una decisión libre, autodeterminada y, por tanto, responsable. En tercer lugar, faltan normas generalmente aceptadas sobre las acciones autoinfligidas y libremente elegidas que ponen en peligro la salud de las que el individuo debe responsabilizarse y en qué medida. Esto se aplica no sólo a la obesidad, el tabaquismo o los deportes de riesgo, sino también a la decisión de no vacunarse contra el SRAS-CoV-2. Por lo tanto, priorizar los escasos recursos médicos agudos en función del estado de vacunación no es aceptable.
Crear recursos para los pacientes COVID-19, garantizar la igualdad de trato a los demás pacientes
El segundo cambio importante de la directriz pretende abordar la base ética clínica de la asignación de recursos a la luz de la mayor necesidad de pacientes con COVID-19. Si se pone de manifiesto una escasez de recursos, los hospitales deben reducir las operaciones regulares para proporcionar capacidad al creciente número de pacientes en estado crítico con COVID-19. Para ello, primero deben posponerse los tratamientos cuando no quepa esperar un deterioro del pronóstico, daños irreversibles para la salud o incluso la muerte prematura debido al retraso.
En caso de que también sea necesaria una mayor ampliación de las capacidades de tratamiento para los pacientes con COVID-19, debe tenerse en cuenta que los pacientes con otras enfermedades no se vean perjudicados en comparación con los pacientes con COVID-19, subraya el médico y especialista en ética médica, el Prof. Schildmann, coautor de la directriz. Debe garantizarse la igualdad de trato a todos los pacientes que deban ser atendidos, incluso en caso de escasez de recursos. Los efectos negativos para la salud debidos a las restricciones deben reducirse al mínimo. Los pacientes y sus familiares serán informados de forma transparente sobre las razones de cualquier limitación en la asistencia y los efectos sobre la salud que puedan estar asociados a ellas.
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https://www.divi.de/presse/pressemeldungen/pm-intensiv-und-notfallmediziner-aktu…