La vitamina D modula las funciones inmunitarias a través de sus efectos sobre el sistema inmunitario innato y adquirido y desempeña un papel en diversas enfermedades dermatológicas. En un estudio publicado recientemente, se encontraron niveles de vitamina D significativamente reducidos en pacientes con acné en comparación con un grupo de control sano.
El acné suele ir acompañado de una gran carga psicológica para los afectados. La carencia de vitamina D está muy extendida y tiene un impacto negativo en la salud de las personas afectadas. La vitamina D desempeña un papel en diversas enfermedades de la piel, aunque aún quedan muchas preguntas sin respuesta en relación con el acné. Para investigar si los niveles de vitamina D difieren entre los enfermos de acné y los individuos con una piel sana, se compararon los niveles séricos de 25-hidroxivitamina D de 68 enfermos de acné con un grupo de control emparejado de 50 individuos sanos. Los criterios de exclusión incluían la administración de suplementos de vitamina D antes del estudio. Se observó que los pacientes con acné vulgar tenían niveles séricos de 25-hidroxivitamina D más bajos que los controles sanos, con una diferencia significativa (p=0,003). Estos efectos se produjeron independientemente de la edad y el sexo. Una conclusión de los autores es que los pacientes con acné deberían someterse a pruebas de detección de la deficiencia de vitamina D. La vitamina D modula las funciones inmunitarias a través de sus efectos sobre el sistema inmunitario innato y adquirido y desempeña un papel en diversas enfermedades dermatológicas como la psoriasis o la dermatitis atópica. La carencia de vitamina D está muy extendida, y el riesgo de sufrir un déficit aumenta especialmente en los meses de invierno, por lo que a menudo se recomienda tomar suplementos durante esta época. La formación de vitamina D propia del organismo en la piel a través de la luz solar (rayos UVB) depende de varios factores. Aunque es posible alcanzar una concentración sérica de calcidiol de 50 nmol/l en los meses de verano mediante la producción propia del organismo, la exposición al sol en Europa Central no es suficiente en el periodo de octubre a marzo.
Fuente: Clin Cosmet Investig Dermatol 2020; 13: 759-765.
PRÁCTICA DERMATOLÓGICA 2020; 30(6): 21