Los estudios epidemiológicos sobre la relación entre la alopecia androgenética y el riesgo de cáncer de próstata son contradictorios. Ahora se ha vuelto a demostrar: La pérdida de cabello masculina no es adecuada como marcador de riesgo. Para ello, parece que influye el hecho de que el hombre tenga una vida sexual activa y, por tanto, muchas parejas diferentes: según un estudio, los hombres sexualmente activos contraen cáncer de próstata con menos frecuencia que los hombres con un estilo de vida abstinente.
La caída del cabello y el cáncer de próstata coinciden en muchos aspectos en lo que respecta a sus mecanismos fisiopatológicos. Por un lado, está el aspecto hormonal: el andrógeno dihidrotestosterona (DHT) provoca la caída del cabello en los hombres con alopecia androgenética – además, unos niveles elevados de andrógenos favorecen el riesgo de cáncer de próstata. Además, los factores hereditarios y el avance de la edad desempeñan un papel decisivo en ambas afecciones. ¿Podría ser, por tanto, la caída precoz del cabello un marcador que anuncie un tumor de próstata inminente?
Los investigadores del Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. [1] querían saberlo con exactitud y siguieron a 32.583 hombres de entre 50 y 76 años en un estudio de cohortes durante una mediana de nueve años sin diagnóstico previo de cáncer (excepción: cáncer de piel no melanocítico). La extensión de la alopecia se evaluó mediante un cuestionario: Los hombres observaron tres imágenes de diferentes etapas de caída del cabello y tuvieron que indicar cuál se aplicaba más a ellos mismos y cuándo. La pérdida de cabello a los 30 y 45 años de edad y al inicio del estudio se utilizó para calcular el cociente de riesgo de cáncer de próstata.
Durante el estudio se diagnosticaron 2306 nuevos carcinomas de próstata. No se asociaron con la calvicie en ningún punto temporal (30 y 45 años, línea de base). Tampoco influyeron el grado o el tipo de pérdida de cabello. Y la agresividad de los tumores tampoco fue significativamente diferente en los hombres con una cabeza llena de pelo en comparación con los hombres calvos. Sin embargo, los autores señalan que sus cuestionarios no diferenciaban lo suficiente entre las distintas formas de pérdida de cabello. Estudios anteriores habían demostrado que sólo formas muy específicas de alopecia podían desempeñar un papel.
¿Más parejas, menos cáncer?
Un estudio de casos y controles, cuyos participantes procedían principalmente de la parte francófona de Canadá, investigó la influencia de la vida sexual en el riesgo de cáncer de próstata utilizando 1590 casos de cáncer de próstata confirmados histológicamente y 1618 controles emparejados [2]. ¿Importa tener muchas parejas sexuales diferentes y hasta qué punto importa su sexo? Las cifras en resumen (cociente de probabilidades para el cáncer de próstata):
- Los hombres con más de 20 parejas sexuales a lo largo de su vida tenían un riesgo 22% menor de padecer cáncer de próstata (OR 0,78; IC 95%: 0,61-1,00). El riesgo era especialmente bajo entre los hombres que habían dormido exclusivamente con mujeres (OR 0,72; IC del 95%: 0,56-0,94), es decir, una reducción del 28%.
- Las parejas sexuales masculinas, por otro lado, tendían a aumentar el riesgo (pero no de forma significativa).
- También se encontró un aumento del riesgo en los hombres sin contactos sexuales previos, pero el número de casos fue claramente demasiado pequeño para una afirmación bien fundamentada.
- No hubo asociación entre los antecedentes de ETS y el riesgo de cáncer de próstata. Esto contradice la situación del estudio actual, pero probablemente se deba a que el número de ETS en el presente estudio fue muy bajo.
El análisis tuvo en cuenta factores importantes como la edad, el origen, los antecedentes familiares de cáncer de próstata y los resultados de cribados anteriores.
En definitiva, los resultados dejan claro que aún queda mucho camino por recorrer para aclarar la conexión entre el contacto sexual y el cáncer de próstata, pero que sin duda merece la pena seguir investigando en este sentido. El número de parejas sexuales resp. -los socios son sólo una pieza del rompecabezas. Algunos estudios anteriores habían señalado el efecto positivo de las eyaculaciones frecuentes (que los autores del presente estudio también discuten como posible causa), otros encontraron justo la correlación contraria entre la vida sexual activa y el riesgo de cáncer.
Literatura:
- Zhou CK, et al.: Calvicie de patrón masculino en relación con los riesgos de cáncer de próstata: Un análisis en el estudio de cohortes VITamins and lifestyle (VITAL). Próstata 2015; 75: 415-423.
- Spence AR, Rousseau MC, Parent ME: Parejas sexuales, infecciones de transmisión sexual y riesgo de cáncer de próstata. Cancer Epidemiol 2014; 38(6): 700-707.
InFo ONCOLOGÍA Y HEMATOLOGÍA 2015; 3(5): 4