Cuando una persona pierde la mano en un accidente y se somete a un trasplante, tiene que aceptar que dependerá de inmunosupresores el resto de su vida. Estos agentes no sólo evitan el rechazo de los miembros extraños, sino que también debilitan gravemente el sistema inmunológico del paciente, haciéndolo más susceptible a las enfermedades infecciosas y al cáncer. Los riñones y el hígado también pueden resultar dañados por los efectos secundarios.
Alcance local para remediar la situación
Así pues, los métodos que permiten utilizar inmunosupresores a nivel local y hacer que la terapia con comprimidos sea más rápida están muy solicitados. El Departamento de Cirugía de la Mano del Inselspital y el Departamento de Investigación Clínica de la Universidad de Berna han desarrollado ahora un enfoque de este tipo en colaboración con el Brigham and Women’s Hospital de Boston y el Instituto de Biología de Células Madre y Medicina Regenerativa de Bangalore. Con este nuevo método sólo se tratan los miembros trasplantados. Un sistema de gel especialmente desarrollado para esta indicación sólo libera la sustancia inmunosupresora cuando se produce realmente una reacción inflamatoria y, por tanto, un rechazo. Los experimentos con ratas mostraron un éxito asombroso del enfoque: un único tratamiento impidió el rechazo por completo y durante más de 100 días. Ahora se va a seguir desarrollando la aplicación para su uso en humanos. Esto mejoraría significativamente la calidad de vida del paciente tras un trasplante de mano. En última instancia, esto significaría que más personas también podrían ser tratadas con un trasplante.
Es al menos concebible que el gel también pueda ser útil para otras reacciones inflamatorias. Las dolencias reumáticas podrían reducirse o aliviarse con él.
Fuente: Comunicado de prensa del 19 de agosto de 2014.
PRÁCTICA GP 2014; 9(11): 4