La importancia de la carencia de hierro en pacientes con insuficiencia cardiaca es cada vez más objeto de atención científica. Porque los efectos pueden ser considerables. Por lo tanto, las directrices actuales de la ESC recomiendan comprobar el estado del hierro en todos los pacientes con insuficiencia cardiaca, independientemente de la presencia de anemia. Dado que la terapia con hierro oral no suele ser suficiente para reponer las reservas de hierro, la sustitución debe hacerse por vía intravenosa.
Uno de cada dos pacientes con insuficiencia cardiaca sufre también una carencia de hierro [1]. Esto tiene un impacto significativo en la hospitalización y la mortalidad. Esto se debe a que el hierro desempeña un papel central en la regulación de la función cardiaca y de los músculos periféricos. La anemia crónica, por ejemplo, puede desencadenar un auténtico círculo vicioso de vasodilatación periférica, descenso de la presión arterial y activación de neurohormonas. Pero no hace falta llegar tan lejos para empeorar el pronóstico de los pacientes con insuficiencia cardiaca. Incluso una deficiencia de hierro es suficiente para aumentar los síntomas y la mortalidad, entre otras cosas, así como
reducir el rendimiento físico y la calidad de vida. La carencia de hierro se desencadena por pérdidas de sangre gastrointestinales, trastornos de malabsorción y malnutrición y, sobre todo, por procesos inflamatorios [1].
La carencia de hierro se define como una reducción del hierro corporal total. Se diferencia en tres estadios en función de la gravedad [2]:
- Deficiencia de hierro no anémica
Hb y MCV normales, ferritina disminuida; sin efecto sobre la hematopoyesis. - Deficiencia de hierro no anémica con microcitosis y/o hipocromía
Hb normal, ferritina, MCV y MCH disminuidos; la hematopoyesis y los procesos metabólicos dependientes del hierro pueden estar alterados. - Anemia ferropénica
Hb <12 g/dl (mujeres) o <13 g/dl (hombres), VCM, HCM y recuento eritrocitario reducidos.
Centrarse en la sustitución del hierro
En vista de la experiencia relativa a la morbilidad y la hospitalización, se investigó por tanto hasta qué punto una terapia de la carencia de hierro podría tener también un efecto sobre la insuficiencia cardiaca. Ya en 2009, un estudio demostró que la sustitución de hierro i.v. tenía efectos positivos sobre el rendimiento, las quejas y la calidad de vida, con una reducción de las tasas de hospitalización y sin efectos secundarios graves [3]. Asimismo, los pacientes podrían clasificarse más abajo en la clasificación de la NYHA. Entretanto, estos resultados han sido corroborados en otros estudios. Por ejemplo, 1132 pacientes que tuvieron que ser tratados en el hospital por insuficiencia cardíaca aguda y a los que se diagnosticó una carencia de hierro recibieron al menos dos inyecciones de hierro carboximaltosa o placebo [4]. El criterio de valoración primario combinado fue la hospitalización por insuficiencia cardiaca y muerte cardiovascular. En el transcurso de 52 semanas, la terapia con hierro lo redujo en un 21%.
Las directrices recomiendan la sustitución del hierro i.v.
Los resultados positivos han llevado al grupo de expertos de las directrices a revisar la recomendación anterior. Desde 2016, debe considerarse la administración i.v. de carboximaltosa de hierro en pacientes sintomáticos (ferritina sérica <100 µg/L o ferritina: 100-299 µg/L y saturación de transferrina <20%) (recomendación de clase IIa A). Las directrices de la ESC actualizadas en 2021 lo presentan ahora de forma más diferenciada [5]:
- El estado del hierro debe comprobarse regularmente en todos los pacientes con insuficiencia cardiaca.
- En pacientes con insuficiencia cardíaca sintomática (FEVI <45%) con deficiencia de hierro, debe considerarse la terapia con hierro para aliviar los síntomas de la insuficiencia cardíaca y mejorar el rendimiento físico y la calidad de vida.
- En pacientes sintomáticos con IH (FEVI <50%) con deficiencia de hierro que hayan sido hospitalizados recientemente por insuficiencia cardíaca, debe considerarse la posibilidad de un tratamiento para reducir el riesgo de hospitalizaciones relacionadas con la insuficiencia cardíaca.
Sin embargo, dado que existen pruebas clínicas limitadas procedentes de ensayos clínicos aleatorizados que han investigado el uso de hierro oral en esta clientela y que estos resultados no mejoraron el rendimiento físico ni mostraron una reposición suficiente de las reservas de hierro, la terapia con hierro oral no se considera eficaz. Más bien debe recurrirse a la sustitución del hierro i.v. por carboximaltosa de hierro.
Literatura:
- www.universimed.com/ch/article/kardiologie-gefaessmedizin/herzinsuffizienz-und-eisenmangel-2108123 (fecha de acceso: 10.02.2022)
- www.medix.ch/wissen/guidelines/blutkrankheiten/eisenmangel/ (fecha de acceso: 10.02.2022)
- www.pressebox.de/inaktiv/galenica-ag/Ferinject-FAIR-HF-Studie-erreicht-primaere-Endpunkte-bei-Patienten-mit-Eisenmangel-und-Chronischer-Herzinsuffizienz/boxid/293385 (fecha de acceso: 10.02.2022)
- www.kardiologie.org/herzinsuffizienz/aha-kongress-2020/herzinsuffizienz–wie-wirkt-sich-eisengabe-auf-die-prognose-aus-/18584112 (fecha de acceso: 10.02.2022)
- https://academic.oup.com/eurheartj/article/42/36/3599/6358045 (fecha de acceso: 10.02.2022)
CARDIOVASC 2022; 21(1): 22