Las pruebas sobre el papel causal del alcohol en el cáncer son cada vez mayores: nuevos estudios aportan más datos que corroboran las pruebas epidemiológicas. En el Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, se analizaron y resumieron los estudios epidemiológicos actuales.
Según la investigadora Jennie Connor, los datos son suficientes para poder establecer una relación causal definitiva entre el consumo de alcohol y el cáncer. Cita datos de estudios realizados por el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer, el Instituto Americano de Investigación sobre el Cáncer, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer y el Grupo de la Carga Mundial de Morbilidad por Alcohol. Para Connor, está claro que el alcohol es la causa directa de la aparición de los siete tipos de cáncer siguientes: carcinoma de orofaringe y laringe, esófago, hígado, colon y recto, y carcinoma de mama.
Expresión fuerte para cavidad oral, faringe y esófago
El alcance de la conexión depende de la localización: es fuerte para el tracto gastrointestinal superior, con un aumento relativo del riesgo de cuatro a siete veces con un consumo de 50 g de alcohol al día, en comparación con un no bebedor. La asociación es menos pronunciada para el colon, el recto, el hígado y la mama femenina. Allí, el factor de riesgo relativo es de aproximadamente 1,5 con 50 g de alcohol o más al día. Connor supone que el 5,8% de las muertes por cáncer de los tumores mencionados en todo el mundo pueden atribuirse al alcohol.
Indicios de posible reversibilidad
Además, los análisis mostraron que existe un principio dosis-respuesta con un mayor riesgo al aumentar el consumo. No se puede nombrar aquí un valor umbral, el riesgo resultó ser considerable incluso con un consumo de alcohol bajo y moderado. Otro resultado es que el riesgo de cáncer atribuido al alcohol vuelve a disminuir cuando se reduce su consumo. Aunque el riesgo de carcinoma esofágico y de carcinoma de cabeza y cuello aumenta con los años de consumo, vuelve a disminuir con la abstinencia. Después de unos 20 años, vuelve a estar al nivel de un no bebedor. En cuanto al hígado, hay datos que también apuntan a una posible reversibilidad: El riesgo de carcinoma hepatocelular disminuye un 6-7% anualmente con la abstinencia y vuelve al nivel de un no bebedor al cabo de unos 23 años.
Causalidad no segura (aún)
Aunque los mecanismos biológicos siguen sin estar claros en gran medida, el científico subraya la conexión causal: Además del principio dosis-efecto, también lo respalda el hecho de que el riesgo de cáncer vuelve a disminuir cuando se reduce el consumo de alcohol. Otra confirmación es el hecho de que la correlación encontrada sólo se aplica específicamente a algunos tipos de cáncer. Para Connor, las pruebas epidemiológicas son suficientes para establecer una relación causal. Y ello a pesar de que los resultados proceden de estudios de cohortes, que están sujetos a ciertas limitaciones. A lo sumo, podrían hacer que los efectos fueran más fuertes o más débiles de lo que se estima actualmente. Pero es poco probable que exista una diferencia cualitativa.
Literatura:
- Connor J: El consumo de alcohol como causa de cáncer. Adicción 2016, en línea el 21 de julio; DOI: 10.1111/add.13477
InFo ONCOLOGÍA Y HEMATOLOGÍA 2016; 4(6): 3