La posible asociación entre el cáncer de mama y el de tiroides ha sido un tema de investigación durante varias décadas. Para su metaanálisis, un equipo de médicos de Chicago pudo recurrir a los datos de un buen millón de mujeres con cáncer de mama primario y de unas 45.000 pacientes con carcinoma primario de tiroides. ¿Aumenta realmente la probabilidad de un segundo tumor correspondiente? Y si es así, ¿por qué?
Se ha observado en varias ocasiones que las mujeres con antecedentes de cáncer de mama tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de tiroides. Al mismo tiempo, la tasa de cáncer de mama también aumenta en pacientes con carcinoma primario de tiroides. El llamado sesgo de detección se mencionó a menudo como explicación. De hecho, la probabilidad de detectar un segundo tumor parece ser mayor si una paciente se somete a un seguimiento regular de su tumor primario y, por tanto, está en contacto más estrecho con el sistema médico que la población general. No obstante, no puede excluirse que la predisposición genética, los efectos del tratamiento o los factores de riesgo hormonales comunes también influyan en la génesis de una neoplasia secundaria.
¿Necesitan los médicos considerar específicamente esta asociación y tenerla más en cuenta en vista del creciente número de supervivientes de tumores? Sí, es la respuesta, si se creen los resultados de un metaanálisis a gran escala de EE.UU., que también tuvo en cuenta datos de Europa.
El riesgo aumenta hasta un 55
En total, los investigadores evaluaron 19 estudios sobre cáncer de mama primario y 18 estudios sobre cáncer de tiroides primario. Se encontraron periodos de seguimiento medios de hasta 15 años. El resultado fue una clara correlación entre los dos tipos de tumores:
- Las mujeres con cáncer de mama primario tenían un riesgo un 55% mayor de padecer posteriormente cáncer de tiroides (cociente de probabilidades 1,55; IC 95%: 1,44-1,67).
- A su vez, las mujeres con cáncer primario de tiroides tenían un riesgo un 18% mayor de padecer cáncer de mama posteriormente (cociente de probabilidades 1,18; IC 95%: 1,09-1,26).
¿Por qué?
Los autores consideran más probables las explicaciones fisiopatológicas que los efectos de sesgo como causa. Tanto los estrógenos como la hormona estimulante del tiroides (TSH) se discuten como causas comunes. Otro factor de carcinogénesis podría ser la obesidad, que provoca un aumento de los niveles de estrógenos. Según los autores, esto se traduce en un llamamiento a los médicos tratantes para que señalen el mayor riesgo de cáncer de tiroides a las pacientes obesas con cáncer de mama en particular y las animen a perder peso. Por el contrario, en las mujeres con antecedentes de carcinoma de tiroides pero sin otros factores de riesgo, se discute un inicio más temprano del cribado del carcinoma de mama.
Además, cabe suponer que futuros hallazgos sobre mutaciones genéticas fisiopatológicamente relevantes arrojarán más luz sobre esta conexión.
Fuente: Nielsen SM, et al: La relación entre el cáncer de mama y el de tiroides: Una revisión sistemática y un metaanálisis. Epidemiología, biomarcadores y prevención del cáncer 2016; 25(2): 231-238.
InFo ONCOLOGÍA Y HEMATOLOGÍA 2016; 4(4): 2