Una paciente de 54 años presenta tos crónica, pero no está causada por una enfermedad pulmonar u ORL.
Antecedentes: Una paciente de 54 años acude a su médico de familia con tos crónica. No era fumadora ni bebedora y, a excepción de la obesidad (IMC de 31), no se le conocían problemas médicos. En un interrogatorio cuidadoso, la paciente declaró que la tos era particularmente desagradable después de comer. Del mismo modo, habría acidez ocasional y regurgitación ácida, especialmente durante la actividad física y a veces durante la noche. Estos síntomas de reflujo han permanecido sin tratar hasta ahora. Los exámenes previos realizados por el neumólogo y el otorrinolaringólogo no habían revelado asma bronquial ni otras enfermedades respiratorias.
La paciente fue remitida para la investigación de un posible reflujo laringofaríngeo. Una gastroscopia no reveló signos de esofagitis por reflujo, pero sí una pequeña hernia hiatal (<3 cm). A continuación, se trató a la paciente con una terapia de inhibidores de la bomba de protones (2×20 mg/día) durante 2 semanas. Sin embargo, las quejas mejoraron sólo de forma insignificante como resultado.
Anamnesis y diagnóstico: Para mayor aclaración, la paciente fue remitida a otro gastroenterólogo para una segunda opinión. Se realizó una manometría de alta resolución y una pH-metría de impedancia de 24 horas para establecer el diagnóstico. El examen fisiológico reveló una barrera de reflujo mecánicamente insuficiente, una exposición ácida patológica leve del esófago distal y una asociación estadísticamente significativa entre un evento de reflujo y los síntomas del paciente, incluida la tos.
Terapia: A continuación se trató a la paciente durante 8 semanas con una terapia de altas dosis de inhibidores de la bomba de protones (Nexium® 2x40mg/d) combinada con un preparado de alginato (Gaviscon® 5ml después de las comidas y antes de acostarse). Bajo esta terapia antirreflujo óptima y farmacológica, los síntomas mejoraron lentamente hasta que finalmente fue posible pasar a un tratamiento con inhibidores de la bomba de protones en dosis más bajas y alginato después de las comidas y cuando fuera necesario.
Comentario del Prof. Mark Fox, MD
y el Prof. Radu Tutuian, MD:
No todos los pacientes con enfermedad por reflujo muestran la típica acidez o regurgitación ácida. La enfermedad por reflujo laringofaríngeo es una causa frecuente de tos crónica, alteración de la voz u otras molestias inespecíficas. Si un intento de terapia con inhibidores de la bomba de protones no conduce a una mejora de los síntomas, la tos puede estar causada por un reflujo no ácido en lugar de por reflujo ácido. La laringoscopia y la gastroscopia rara vez muestran una inflamación grave en la garganta o el esófago. Por lo tanto, para confirmar el diagnóstico es necesario realizar un diagnóstico adicional mediante una pH-metría de impedancia de 24 horas, que detecta el reflujo ácido y no ácido. Un enfoque terapéutico con dosis altas de inhibidores de la bomba de protones durante varias semanas es útil porque las estructuras laringofaríngeas tardan en recuperarse del contacto con el ácido. Además, la administración regular de Gaviscon® es útil porque el preparado forma una capa calmante sobre la mucosa y flota sobre el contenido del estómago como una balsa, lo que suprime tanto el reflujo ácido como el no ácido.