Una paciente de 35 años presenta síntomas de reflujo “típicos” que no responden al tratamiento con inhibidores de la bomba de protones.
Antecedentes: Una paciente de 34 años acudió al médico de cabecera por ardor retroesternal y dolor al tragar.
El tratamiento inicial fue con 40 mg de un inhibidor de la bomba de protones una vez al día durante 2 semanas.
Sin embargo, las quejas apenas mejoraron como consecuencia de ello.
A continuación se realizó una gastroscopia para aclarar los síntomas persistentes. Se encontraron signos de esofagitis por reflujo, que correspondían al grado A según la clasificación de Los-Angeles. Además, se tomó una muestra de tejido del esófago distal, en la que pudieron detectarse células eosinófilas (>20/facialfield). Histológicamente, se hace el diagnóstico de esofagitis por reflujo.
Por ello, se trata a la paciente con una terapia de inhibidores de la bomba de protones a dosis altas (2x 40 mg/día) durante 4 semanas más. Sin embargo, esto volvió a mejorar las quejas sólo de forma insignificante.
Anamnesis y diagnóstico: La paciente fue remitida a otro gastroenterólogo para una segunda opinión con el fin de obtener más aclaraciones. El paciente refiere dolor retroesternal, ardor de estómago, comida que se atasca en el esófago y disfagia. El paciente declaró que tiene que comer muy despacio y beber regularmente entre horas debido a sus dolencias. El historial médico complementario también reveló que la paciente había tenido dolor epigástrico inespecífico desde la infancia y padecía neurodermatitis.
Para establecer el diagnóstico, se tomaron más muestras de tejido mediante gastroscopia, esta vez del esófago proximal y distal. También se encontraron signos clásicos de esofagitis eosinofílica en el esófago proximal. Esto era coherente con el historial médico de la paciente. Por ejemplo, las enfermedades atópicas, como la neurodermatitis, y la esofagitis eosinofílica suelen darse en combinación.
Terapia: A continuación se trató a la paciente con esteroides tópicos. Estos combaten la reacción inflamatoria que subyace a la esofagitis eosinofílica. Con este tratamiento, las dolencias mejoraron rápidamente. Sin embargo, dado que aún no es posible curar la enfermedad, en caso necesario debe administrarse una terapia renovada.
Comentario del Prof. Stephan Vavricka, MD:
El presente caso demuestra que no todos los pacientes con molestias de reflujo aparentemente típicas padecen en realidad una enfermedad por reflujo.
Si un intento de terapia con inhibidores de la bomba de protones no conduce a una mejora de los síntomas, es necesario realizar un diagnóstico más profundo. Esto permite identificar otras causas de las dolencias e iniciar el tratamiento adecuado.