Una paciente de 55 años se queja de sintomatología por reflujo que, sin embargo, se manifiesta principalmente por una disnea postprandial atípica con dolor retroesternal acompañado de náuseas.
Antecedentes: Una paciente de 55 años se queja de sintomatología por reflujo, pero se manifiesta principalmente como disnea postprandial atípica con dolor retroesternal acompañado de náuseas.
Historia y diagnóstico: La paciente acudió al gastroenterólogo por síntomas de reflujo con dolor retroesternal. Afirmó que las quejas se producían principalmente después de las comidas. El historial médico complementario también reveló una dependencia de la nicotina y una diabetes mellitus de tipo 2. También hay que mencionar una operación de Lichtenstein en la región inguinal derecha hace unos años. La paciente ya recibía tratamiento conservador con Pantozol 40 mg dos veces al día. Se realizaron endoscopia, manometría esofágica y TC (torácica) para establecer el diagnóstico. Éstas revelaron un estómago invertido completo con vólvulo y una motilidad esofágica aceptable.
Terapia: Después de que la terapia conservadora no aportara el éxito deseado, se realizó una movilización transhiatal del estómago y el esófago, así como una crurorrafia posterior y anterior con fundoplicatura de Nissen. Esto mejoró rápidamente los síntomas y entonces fue posible cambiar al tratamiento con un alginato si era necesario.
Comentario del Dr. med. Yves Borbély: El caso muestra de forma impresionante la presentación o la sintomatología. Así pues, la disnea postprandial como expresión de la distensión gástrica no es una sintomatología clásica del reflujo. Seguir con la terapia conservadora no habría tenido sentido, ya que el problema principal es estructural y, por lo tanto, también debe tratarse quirúrgicamente. Si no hay una carga elevada de comorbilidades, se da la indicación de cirugía en tal situación. Las posibles complicaciones con una terapia conservadora posterior son disfagia/afagia con vólvulo progresivo, dolor o atrapamiento con necrosis.
Para el paciente, esto significa que sigue existiendo un cierto riesgo de recidiva. Además, los antecedentes de cirugía de hernia inguinal sugieren una debilidad generalizada del tejido conjuntivo. La funduplicatura puede provocar temporalmente cierta gastroparesia. En relación con una mejora de la ingesta de alimentos, tanto cuantitativa como cualitativamente, las molestias por reflujo siguen siendo posibles de forma intermitente con los alimentos grasos. Pueden aliviarse con IBP o un alginato.