Los meniscos son componentes de las articulaciones y están formados por tejido cartilaginoso. Una función importante del menisco de la rodilla es la estabilización secundaria de la articulación de la rodilla. El menisco discal es una desviación de la norma anatómica, por lo que se distinguen diferentes subtipos en función de criterios morfológicos.
El menisco normal, que tiene forma de media luna en vista en planta, funciona como un absorbedor de presión entre el fémur y la tibia en el eje de la pierna y está formado principalmente por material colágeno de tipo 1 [1]. Iguala el espacio entre las superficies articulares de diferente forma del cóndilo femoral y la cabeza tibial y, por tanto, también estabiliza secundariamente la articulación de la rodilla. El menisco medial tiene más forma de C que el menisco lateral y está en contacto con la cápsula articular. El menisco lateral se mueve con mayor libertad [14].
Un menisco discal es un menisco agrandado en forma de disco [2,10,11]. La tabla 1 resume los criterios morfológicos de imagen que pueden indicar un menisco discal [13]. Es diez veces más frecuente en el compartimento articular lateral de la rodilla que en el medial, pero también puede darse lateral y medialmente, y de forma unilateral o bilateral. Según los informes, la incidencia es del 3 al 5% de la población. Existen publicaciones sobre meniscos discales bilaterales, mediales y laterales [6], pero estas constelaciones son muy raras. Principalmente asintomática, pero existe una mayor predisposición a la degeneración, ruptura y formación de ganglios. Otro síntoma típico es el “síndrome de la rodilla chasqueante”, audiblemente perceptible durante un movimiento fuerte. Según Watanabe [7], se distinguen tres tipos de menisco discal (Tab. 2).
Los meniscos discales son más frecuentes en los asiáticos que en el mundo occidental [8], incluida la anomalía bilateral. En relación con el desarrollo de la anomalía meniscal, también se han descrito variantes óseas acompañantes de la articulación de la rodilla, que afectan a la formación de las formas de los contornos articulares o a la posición entre ellos [3]. Los meniscos discales pueden aparecer junto con la acondroplasia, la displasia esquelética más común [5]. La causa es una mutación en el gen del receptor 3 del factor de crecimiento de fibroblastos (FGFR3). El diagnóstico suele realizarse en la infancia en meniscos discales sintomáticos, que pueden causar bloqueos, dolor e hinchazón articular [9]. Sin embargo, un menisco discal suele permanecer clínicamente silente durante mucho tiempo.
La consecuencia terapéutica depende del tipo de anomalía, la edad del paciente, los síntomas o la estabilidad articular y la presencia de una rotura de menisco. Es más probable que los síntomas aparezcan con anomalías bilaterales, y los niños con menisco discal bilateral tratados quirúrgicamente son de media más jóvenes que aquellos con hallazgos unilaterales [4,12]. El perfeccionamiento de las técnicas artroscópicas también ha permitido mejorar los resultados quirúrgicos y la evolución postoperatoria. Cada vez se presta más atención a la integridad del contorno meniscal mediante la meniscectomía parcial y, tras la reducción del volumen, también a las medidas reparadoras de los desgarros.
Los exámenes tomográficos computerizados no son muy útiles como exámenes de la articulación nativa en el diagnóstico del menisco discal; sólo en combinación con una aplicación intraarticular de medio de contraste análoga a la artrografía radiográfica anterior puede hacerse una afirmación correspondiente con la reconstrucción multiplanar.
La resonancia magnética (RM) sugiere un menisco discal cuando la estructura meniscal hipointensa es detectable en exploraciones sagitales en más de 3 a 5 capas de espesor y el cuerno anterior y posterior del menisco sólo están presentes en una o dos capas sagitales cercanas a la fosa intercondílea [2]. La configuración cónica central está ausente y la altura del menisco discal suele estar entre 1 y 2 mm por encima del menisco contralateral normal.
Estudios de caso
El caso 1 muestra un menisco discal lateral (fig. 1 A-D, flechas) en un hombre de 38 años que refería dolor de rodilla dependiente de la carga y recurrente en ambos lados desde hacía varios años. Había un menisco discal lateral bilateral.
Mensajes para llevarse a casa
- El menisco discal es una variante normal y se da con más frecuencia en asiáticos.
- El menisco discal lateral es diez veces más frecuente que el medial, pero también puede producirse medial y lateralmente, así como bilateralmente.
- Las formas asintomáticas no tienen consecuencias; si se presentan síntomas clínicos, está indicado el tratamiento artroscópico.
- Pueden producirse anomalías óseas acompañantes en la articulación de la rodilla, incluida la acondroplasia.
Literatura:
- Birchard Z, Tuck JA: Menisco discoide [Updated 2019 Dec 12]. En: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2019 Ene. Disponible en: www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK470370/
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