El cáncer de mama es tan heterogéneo como las pacientes afectadas. La previsión varía en consecuencia. En la actualidad, varios análisis han investigado qué efectos tienen, por ejemplo, las enfermedades autoinmunes o el estatus socioeconómico en la supervivencia global. Además, se investigaron la supervivencia sin progresión y el tiempo hasta la siguiente línea de terapia en condiciones reales.
Las pacientes con enfermedades autoinmunes -especialmente lupus eritematoso sistémico (LES), artritis reumatoide (AR) y síndrome de Sjogren- tienen un riesgo menor de desarrollar cáncer de mama que las pacientes sin antecedentes de enfermedad autoinmune. Por ello, se ha prestado poca atención a esta clientela y se sabe poco sobre la supervivencia de las pacientes con enfermedad autoinmune y cáncer de mama concurrentes. Por ello, en un análisis retrospectivo se compararon los resultados en pacientes con cáncer de mama con y sin enfermedad autoinmune [1]. Los datos se basan en las bases de datos SEER-Medicare de 2007-2014 con cáncer de mama. Los pacientes con antecedentes de enfermedad autoinmune se identificaron mediante códigos CIE-9. Los efectos de la enfermedad autoinmune sobre la supervivencia global (SG) y la supervivencia específica del cáncer (SCE) se estimaron mediante regresión multivariable de Cox y el método de Gray, respectivamente, controlando los efectos de la edad, la raza y la enfermedad renal crónica (ERC). Se estimó la CSS acumulada, teniendo en cuenta la muerte como riesgo competitivo.
La prevalencia global de las enfermedades autoinmunes estudiadas entre las 137.324 pacientes con cáncer de mama fue del 26,69%. Las enfermedades autoinmunes identificadas con mayor frecuencia fueron la AR (23,35%), la psoriasis (2,41%) y el LES (1,12%). En las pacientes con cáncer de mama en estadio IV, la SG y la ESC fueron significativamente superiores en las pacientes con enfermedad autoinmune (valores p <0,0001), con una mediana de SG de 36 meses en comparación con los 30 meses de las pacientes sin enfermedad autoinmune. Tras ajustar los efectos de la edad, la raza y la ERC, la enfermedad autoinmunitaria siguió siendo predictiva de una mayor SG (CRI: 1,46; IC 95%: 1,37-1,57; p<0,0001) y de una mayor CCS (CRI: 1,39; IC 95%: 1,29-1,5; p<0,0001). Las pacientes con enfermedades autoinmunes y cáncer de mama en estadio I-III tuvieron una SG inferior (p<0,0001, p<0,0001 y p=0,026, respectivamente) en comparación con las pacientes sin enfermedades autoinmunes.
Los investigadores hallaron una mayor prevalencia de AR, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa y LES en pacientes con cáncer de mama en comparación con cohortes de grupos de edad similares de la población general. Los antecedentes de enfermedad autoinmune mejoraron significativamente la SG y la ESC en pacientes con cáncer de mama en estadio IV, incluso tras ajustar por edad, raza y ERC en esta cohorte previa a la inmunoterapia. Estos resultados sugieren que la inmunidad antitumoral desempeña un papel importante en el cáncer de mama en fase avanzada y podría utilizarse potencialmente para mejorar la eficacia de la inmunoterapia. Está justificado seguir investigando la relación entre autoinmunidad y cáncer de mama.
Dime de dónde vienes
El estatus socioeconómico (SES) y el origen étnico son determinantes importantes de los resultados sanitarios, especialmente en Estados Unidos. Por ello, se examinaron con más detalle los efectos del NSE, medido por el Índice de Privación de Vecindario (IDV), y de la raza en los resultados del tratamiento de las pacientes con cáncer de mama metastásico [2]. Para ello, se obtuvieron las puntuaciones del IDN de 1246 pacientes con cáncer de mama metastásico entre 2000 y 2017 a partir del Atlas de Vecindario basándose en su código postal. Los grupos de NSE se definieron como de privación baja con una puntuación del IDN en el tercil inferior y de privación alta con un IDN en el tercil superior o medio. Se compararon las características basales entre los grupos SES tras la corrección de Bonferroni. Se realizaron análisis de supervivencia univariantes y multivariantes con los paquetes R “survival” y “survminer”. Se observó que la raza era la única característica de referencia que difería significativamente entre los grupos de NSE. En el grupo de privación alta, la proporción de afroamericanos (10,5%) era mayor que en el grupo de privación baja (3,7%). En el análisis univariante de supervivencia de Kaplan-Meier, tanto el estatus social como la raza tuvieron un impacto significativo en la supervivencia global, de forma que el grupo de alta privación tuvo una supervivencia peor que el grupo de baja privación y los afroamericanos tuvieron una supervivencia peor que los caucásicos. En el modelo multivariante de riesgos proporcionales de Cox, el estatus social, pero no la raza, tuvo un impacto significativo en la supervivencia global. La supervivencia libre de progresión tras la quimioterapia de primera línea no difirió entre los grupos socioeconómicos o raciales tanto en el análisis univariante como en el multivariante.
El estudio actual muestra que las pacientes del grupo de alta privación (es decir, bajo NSE) tienen una peor supervivencia en el cáncer de mama metastásico. La raza dejó de ser un factor predictivo significativo de la supervivencia cuando se incluyó el SES en el análisis. Esto sugiere posiblemente que las peores tasas de supervivencia en la población afroamericana se explican por la asociación entre un NSE bajo y la raza afroamericana, señalaron los expertos.
Centrarse en puntos finales del mundo real
La supervivencia sin progresión en el mundo real (SLPr) y el tiempo hasta la siguiente línea de tratamiento (TTNT) son dos criterios de valoración de interés clínico en pacientes con cáncer de mama metastásico (CMM). Sin embargo, su validación como criterios de valoración intermedios para la supervivencia global (SG) en un entorno real aún no se ha aclarado del todo. Por lo tanto, se realizó un estudio de cohortes retrospectivo utilizando la base de datos Flatiron Health desidentificada a escala nacional de EE.UU. derivada de los historiales médicos electrónicos [3]. La población del estudio incluyó a pacientes diagnosticadas de CMB entre el 1 de enero de 2011 y el 30 de febrero de 2021. La SLPr se definió como el tiempo transcurrido desde el inicio de la terapia sistémica de primera línea para el CMB hasta la progresión de la enfermedad o la muerte. El TTNT se definió como el tiempo transcurrido desde el inicio de la terapia sistémica de primera línea hasta el inicio de la siguiente línea de terapia.
Se incluyó a un total de 9770 pacientes con CMB. La enfermedad HR+/HER2 fue el subtipo de CMB más frecuente (64,4%), seguido de la enfermedad HER2+ (21,5%) y la enfermedad triple negativa (14,2%). La mediana de la SG en la población general fue de 32,4 meses. La mediana de la SLPr fue de 11,5 meses y la de la TTNT de 11,1 meses. En el conjunto de la población, la correlación entre la SLPr y la SG fue de 0,54 (IC 95%: 0,53-0,56), mientras que la correlación entre la TTNT y la SG fue de 0,47 (IC 95%: 0,46-0,48). Los investigadores concluyen que la SLPr y la TTNT pueden representar criterios de valoración intermedios significativos para la SG en pacientes con CMB en general y dentro de los diferentes subgrupos de la enfermedad (Fig. 1).
Congreso: Reunión anual de la ASCO
Literatura:
- Dedousis D, Zhang A, Vassiliou A, et al: Supervivencia en pacientes con cáncer de mama y antecedentes de enfermedad autoinmune. J Clin Oncol 40, 2022 (suppl 16; abstr 1020).
- Puthanmadhom Narayana S, Rosenzweig MQ, Ren D, et al: Efecto del estatus socioeconómico medido por el índice de privación vecinal sobre la supervivencia en el cáncer de mama metastásico. J Clin Oncol 40, 2022 (suppl 16; abstr 1013).
- Labaki C, Bakouny Z, Sanglier T, et al: Real-world progression-free survival (rwPFS) and time to next line of therapy (TTNT) as intermediate endpoints for survival in metastatic breast cancer: A real-world experience. J Clin Oncol 40, 2022 (suppl 16; abstr 6520).
InFo ONCOLOGY & HEMATOLOGY 2022; 10(3): 22-23 (publicado el 20.6.22, antes de impresión).