La fascia plantar es una hebra de tejido conjuntivo que va desde el hueso inferior del talón hasta la articulación metatarsofalángica. La inflamación de la placa tendinosa de la planta del pie a nivel de la inserción del tendón en el hueso del talón puede provocar dolor, que aparece sobre todo con la presión y el esfuerzo. La fascitis plantar suele ser autolimitada pero puede ser duradera. Las técnicas de imagen se utilizan para la sospecha diagnóstica o para la evaluación diagnóstica diferencial.
La fascitis plantar es una reacción inflamatoria relativamente frecuente de la fascia plantar que es dolorosa y limita la movilidad y el soporte de peso [4]. Deben considerarse varios diagnósticos diferenciales [1] (resumen 1) .
La realización de un historial médico puede al menos excluir causas traumáticas relevantes de los síntomas del talón. El estrés inusual a corto plazo [2] también debe registrarse como causa de la reacción inflamatoria plantar. Los estudios de IRM también han demostrado la influencia de los cambios musculares adyacentes en el desarrollo de la fascitis plantar [3,5,6]. Éstas se enumeran en el resumen 2. Los síntomas son similares a los de los espolones calcáneos plantares: dolor punzante al pisar, dolor sordo e irregular en la zona del talón incluso sin soportar peso, normalmente también dolor de arranque sobre todo a primera hora de la mañana, sensibilidad en la inserción del tendón [9].
Desde el punto de vista terapéutico, se dispone inicialmente de una amplia gama de medidas conservadoras (resumen 3).
El tratamiento quirúrgico sólo debe llevarse a cabo una vez agotado el tratamiento conservador.
Las radiografías en proyección lateral no pueden captar la reacción inflamatoria de la fascia plantar. Si un espolón plantar del talón es visible, la gente tiende a pensar que es la causa de los síntomas. Sin embargo, es importante recordar que la fascitis y los espolones pueden aparecer simultáneamente. Si no se reconoce ningún espolón calcáneo, puede sospecharse de una fascitis plantar como desencadenante de las molestias dependientes de la carga, a menudo también en combinación con una fibroostitis calcánea poco frecuente. Las calcificaciones en la zona de la fascia plantar indican un curso inflamatorio crónico (Fig. 1).
Ecográficamente, la fascia plantar puede delinearse en la zona de inserción en el calcáneo como una línea doble de 4 mm de grosor como máximo, más rica en ecos que el músculo. La inflamación provoca un engrosamiento y una reducción de la ecogenicidad [7]. Las acumulaciones de líquido circundante suelen ser detectables en casos de inflamación pronunciada.
Los exámenes por tomografía computerizada pueden visualizar muy bien los cambios óseos asociados, como el espolón calcáneo plantar y las calcificaciones de la fascia plantar (Fig. 3A), pero la extensión de la inflamación de la propia aponeurosis es difícil de evaluar.
Las imágenes de resonancia magnética ya muestran la fascitis plantar (Fig. 3B) en secuencias nativas, sobre todo con supresión de grasa [8]. La detección y evaluación de los cambios inflamatorios adyacentes de los tejidos blandos y óseos es aún mejor con el apoyo del contraste.
Estudios de caso
En el caso 1, la radiografía lateral del talón derecho muestra una entesiopatía compleja en una paciente de 70 años con dolor dependiente de la carga en la zona plantar y dorsal del talón, así como en la zona del tarso con artrosis. Los espolones plantares y dorsales del talón, así como las calcificaciones de la fascia plantar y en la base del tendón de Aquiles son indicios de cambios degenerativos inflamatorios crónicos.
En el caso 2, el alto contraste de los tejidos blandos de la RM y la inyección intravenosa de medio de contraste (Gd-DTPA) permiten detectar con fiabilidad la inflamación florida de la fascia plantar (Fig. 2) . La paciente, de 67 años, presentaba un dolor plantar dependiente de la carga que limitaba su movilidad.
El caso 3 demuestra en un hombre de 48 años (estado postoperatorio tras fractura de calcáneo), además de considerables cambios artrósicos secundarios del tobillo y el tarso en la TC (Fig. 3A), también un espolón calcáneo plantar hipertrófico. La fascitis plantar sólo puede confirmarse mediante RM asistida por KM (Fig. 3B).
Literatura:
- Agyekum EK, Ma K: Dolor en el talón: una revisión sistemática. Chin J Traumatol 2015; 18(3): 164-169.
- Best N, Smolenski UC: ¿Fascitis plantar debida a las clases de conducir? Lesiones deportivas Lesiones deportivas 2012; 26(2): 121-123.
- Chundru U, et al: La fascitis plantar y la formación de espolón calcáneo se asocian a la atrofia del abductor digiti minimi en la resonancia magnética del pie. Radiología esquelética 2008; 37(6): 505-510.
- Cutts S, Obi N, Pasapula C, Chan W: Fascitis plantar. Ann R Coll Surg Engl 2012; 94(8): 539-542.
- Huerta JP: El efecto del gastrocnemio sobre la fascia plantar. Foot Ankle Clin 2014; 19(4): 701-718.
- Nakale N, Strydom A, Saragas NP, Ferrao PN: Asociación entre la fascitis plantar y la tensión aislada del gastrocnemio. Foot Ankle Int 2018; 39(3): 271-277.
- Schueller-Weidekamm C. Sonografía del sistema musculoesquelético. Radiología up2date 1; 2009: 15-29.
- Weishaupt D, Zanetti M. Diagnóstico radiológico del pie. Radiology up2date 2; 2002: 237-257.
- Cirugía ortopédica, Rolf F. Oetiker, MD, www.orthozentrum.ch/de/Fuss-Sprunggelenk/Fersensporn-Fasziitis-plantaris (última consulta: 17.05.2021)
PRÁCTICA GP 2021; 16(6): 32-33