La situación social de los desempleados se caracteriza por los siguientes factores: Objetivamente, es la pérdida de las funciones psicosociales del trabajo; subjetivamente, la situación depende de la actitud ante el trabajo, la orientación laboral/ocupacional, los valores propios, la definición subjetiva del papel de género/familiar, así como la vulnerabilidad personal debida a circunstancias vitales estresantes. Desde los estudios sobre el desempleo de los años 30 existe un modelo de desempleo de larga duración con cuatro fases, pero sólo se confirma parcialmente en estudios más recientes: 1. alivio, 2. revuelta, 3. desesperación, 4. apatía. Si no existen deficiencias mentales graves en los pacientes afectados por el desempleo, el asesoramiento psicosocial puede ser suficiente. Esto tiene las siguientes tareas: Evitar el estrés, apoyar las estrategias de afrontamiento, compensar las funciones laborales, tener en cuenta la fase de procesamiento, comprobar el apoyo con medicación si es necesario (riesgo de depresión), recomendar apoyo psicoterapéutico en casos graves.
El desempleo es un problema sociopolítico. Para hacerlos desaparecer o al menos reducirlos, hay que encontrar soluciones causales a nivel económico y político. Para el individuo afectado, el desempleo involuntario de larga duración puede acarrear graves consecuencias psicológicas. Para responder a la pregunta de cómo pueden explicarse los cambios en el bienestar físico y psicológico que acompañan al desempleo involuntario, deben tenerse en cuenta ambos niveles, el social y el personal. En consecuencia, las siguientes explicaciones se centrarán en la interacción entre la situación social y los factores intrapsíquicos y mostrarán cómo pueden entenderse las alteraciones del bienestar mental debidas a factores sociales y subjetivos. Por último, se explican las tareas del médico de familia en el trato con los pacientes afectados por el desempleo.
Consecuencias psicológicas del desempleo
La Sra. K., de 58 años, trabajó como técnica de laboratorio durante 30 años, los últimos 20 en puestos directivos. Nunca tuvo una asociación a largo plazo. Su propósito en la vida hasta su despido era su trabajo. Tuvo que dejarlo debido a dolencias físicas. Tras fracasar en varias solicitudes de empleo, sufrió una crisis mental. “He perdido 6 kg de peso. De repente estaba colgando en el aire. Sin trabajo, sin trabajo al que aferrarme, y tampoco nada en mi tiempo libre”. Acudió a su médico de cabecera, que le recetó antidepresivos y tranquilizantes y la derivó a tratamiento psicológico.
La Sra. K. no es un caso aislado. Aunque el psicólogo laboral Ivar Udris subraya en 2005 [1] que la investigación ha arrojado un gran número de resultados muy diferentes sobre las consecuencias psicológicas y sanitarias del desempleo, el estudio clásico de Jahoda en los años 30 [2] ya demostró las consecuencias psicológicas y sociales negativas del desempleo. Los síntomas que pueden acompañar al desempleo son:
- Desesperanza
- Experiencia de ansiedad y estrés
- Incertidumbre
- Tensión interior
- Sensación de agotamiento.
Los desempleados tienen graves problemas de autoestima que pueden desembocar en una depresión grave. Aumentan las dolencias psicosomáticas como los trastornos del sueño, los trastornos estomacales, los trastornos de concentración o los trastornos alimentarios. La situación social asociada al desempleo puede tener un efecto traumatizante en algunos de los afectados [3]. El hecho de que los desempleados presenten tasas más elevadas de enfermedad en comparación con los empleados, tanto en sus manifestaciones psicológicas como psicosomáticas y físicas, ha quedado demostrado en varios estudios.
Además, el desempleo también tiene un impacto negativo en las personas indirectamente implicadas, como los niños cuyos padres tienen experiencia de desempleo.
Características de la situación social de los desempleados
El desempleo genera estrés. En la escala de estrés según Holmes y Rahe 1967 [4], el desempleo ocupa el octavo lugar entre 43 situaciones estresantes. Para ilustrar por qué el desempleo se vive como algo estresante o incluso puede tener un efecto traumatizante, en la siguiente sección se destacarán los factores que caracterizan la situación social de los desempleados.
Factores situacionales objetivos: Las características situacionales objetivas incluyen la eliminación de las funciones psicosociales del trabajo. El trabajo cumple ciertas tareas:
- Conduce a la actividad y permite mostrar y desarrollar la competencia. Al dominar las tareas laborales, adquirimos habilidades y conocimientos, es decir, un sentimiento de competencia para actuar.
- Nos proporciona una estructura temporal fija por la que orientarnos.
- El entorno profesional es un campo esencial de contacto social. La mayoría de las tareas profesionales sólo pueden llevarse a cabo en cooperación con otras personas.
- El trabajo da reconocimiento social y la sensación de ser necesario y útil a la sociedad.
- El trabajo también tiene un significado esencial para nuestra identidad personal. El papel y las tareas del trabajo, así como la experiencia de poseer los conocimientos y habilidades necesarios para dominar el trabajo, constituyen una base esencial para el desarrollo de la identidad y la autoestima.
Factores subjetivos: Además de los factores situacionales objetivos mencionados anteriormente, también deben tenerse en cuenta los factores subjetivos que influyen: las actitudes hacia el trabajo, la orientación laboral y profesional, los valores propios (que se recompense la diligencia y la fiabilidad, por ejemplo), la definición subjetiva de los roles de género y familiares, así como la vulnerabilidad personal debida a circunstancias vitales estresantes. La forma en que los afectados experimentan el desempleo a corto y largo plazo viene determinada en parte por sus experiencias vitales y sus tendencias conflictivas típicas de su personalidad. Además, el trabajo puede cumplir una función compensatoria. Los conflictos no resueltos pueden evitarse o compensarse con actividades laborales y roles profesionales, por ejemplo, sentimientos de inferioridad debido al éxito y al estatus en el trabajo. Con la interrupción del trabajo, esta función también deja de existir.
Modelo de fases para el desempleo de larga duración
En el caso del desempleo de larga duración, existen cargas adicionales: restricciones financieras, incertidumbre a menudo total sobre el propio futuro y rechazo y discriminación social recurrentes. El desempleo de larga duración no es un estado para los afectados por él, sino un proceso, un proceso que puede variar en función del tiempo sin empleo y de otros factores de la situación vital. Desde los estudios sobre el desempleo de los años 30, existe un modelo con cuatro fases, pero los estudios más recientes sólo lo confirman parcialmente: Al principio, el desempleo puede experimentarse efectivamente como un alivio porque, por ejemplo, uno ya no tiene que exponerse a las condiciones estresantes del trabajo, pero al cabo de unos meses el estado de ánimo suele cambiar. Le sigue una fase de rebelión en la que se alternan sentimientos de impotencia, depresión e ira. Rabia porque todos los esfuerzos son inútiles e inútiles. En la tercera fase, la desesperación se extiende gradualmente y los afectados se deslizan hacia la cuarta fase de apatía, en la que todo parece volverse indiferente para ellos. La duración de las secciones individuales y la intensidad de los sentimientos descritos varían bastante de una persona a otra.
Función del médico generalista con los pacientes afectados por el desempleo
Si las tensiones del desempleo provocan dolencias físicas y psicológicas, el médico de familia suele ser el primer punto de contacto. Si no hay deficiencias mentales graves, el asesoramiento psicosocial puede ser suficiente. En este tipo de asesoramiento, deben considerarse en particular las siguientes áreas problemáticas:
Tensiones/estrategias de afrontamiento: Deben evitarse las tensiones adicionales y apoyarse los intentos de afrontamiento que las personas afectadas hayan experimentado como alivio.
Funciones laborales: Las funciones que cumple el trabajo deben ser compensadas. Por ello, los desempleados suelen necesitar ayuda para organizar su situación de vida actual. Durante las sesiones de asesoramiento se deben encontrar soluciones a las siguientes preguntas: ¿Se ha establecido una estructura diaria? ¿Es adecuado para la persona afectada? ¿Hay contactos sociales disponibles o existe el riesgo de que el paciente se aísle socialmente cada vez más con el desempleo? ¿Cómo se hace posible el reconocimiento social, por ejemplo, a través de aficiones, cursos o trabajos esporádicos?
La Sra. K., mencionada al principio, por ejemplo, consiguió reinterpretar su situación de forma positiva: “Veo el desempleo como una jubilación anticipada”, ella misma expresó este proceso interior. Se involucró en un centro de jubilados y de ocio, se hizo cargo de la organización de la biblioteca del lugar y consiguió así nuevos contactos sociales y organizó una estructura diaria para sí misma.
En el caso de los desempleados, el asesoramiento también tiene la tarea de desarrollar habilidades de las que antes no se disponía, ya que el desempleo requiere habilidades que no se suelen exigir a las personas en la vida cotidiana normal. Por ejemplo, puede ser necesario animar a las personas afectadas a participar en actividades que desempeñaron un papel en su profesión. También son útiles los cursos de perfeccionamiento. Se puede comprobar si las aficiones son adecuadas para el trabajo.
Procesamiento: La fase de procesamiento también debe tenerse en cuenta en el asesoramiento, ya que los síntomas de la traumatización acumulada pueden aparecer tras un desempleo prolongado.
Medicación: Dado que el riesgo de caer en la depresión es relativamente alto con el desempleo prolongado, también debe considerarse la medicación en caso necesario. El factor decisivo para dispensar la medicación debe ser la gravedad de los síntomas.
Psicoterapia: Si en el transcurso del asesoramiento se pone de manifiesto que las habilidades de afrontamiento del individuo no son suficientes para hacer frente a las consecuencias psicológicas del desempleo, debe recomendarse un apoyo psicoterapéutico. Al igual que en el asesoramiento, el primer paso en el trabajo terapéutico con los desempleados es aliviar las tensiones del desempleo y buscar formas de compensar las funciones del trabajo. Una vez lograda la estabilización, abordar los conflictos específicos asociados al desempleo de los afectados puede evitar un desarrollo maligno. El vínculo con la traumatización anterior sirve para comprender la experiencia de la situación actual.
Literatura:
- Udris I: Los costes del desempleo – sanitarios, psicológicos, sociales, societarios. Revista de psicotraumatología y medicina psicológica 2005; 4: 13-30.
- Jahoda M, Lazarsfeld PF, Zeisel H: Los parados de Marienthal. Suhrkamp, 3ª edición, Fráncfort 1980.
- Barwinski R: El desempleo como experiencia traumática. Asanger, Kröning 2011.
- Holmes T, Rahe RH: La escala de valoración de la readaptación social. J Psychosom Res 1967; 11 (2): 213-218.
Para saber más:
- Barwinski R: Desempleo. Reactivación de traumas o conflictos. Foro de Psicoanálisis 1992; 8: 311-326.
- Barwinski R: Desempleo: ¿tiempo muerto, tiempo muerto, tiempo de pensar? En: Academia de Humanidades y Ciencias Sociales (ed.): El futuro de la reflexión. Reflexionar ante la presión de los plazos, la avalancha de información y la pérdida de perspectivas personales. Berna 2000; 31-47.
- Barwinski R: Consecuencias psicológicas del desempleo de larga duración: conceptos explicativos e indicaciones para el asesoramiento y la terapia. Revista de psicotraumatología y medicina psicológica 2005; 4: 65-75.
- Jahoda M: ¿Cuánto trabajo necesita el hombre? Trabajo y desempleo en el siglo XX. Weinheim, Basilea 1983.
- Mohr G: Desempleo, inseguridad laboral y bienestar psicológico. Lang, Fráncfort 1997.
- Mosetter K, Mosetter R: Trastornos físicos y mentales en personas mayores cuando pierden su empleo y ocupación. En: Barwinski R. (ed.): El desempleo como experiencia traumática. Asanger, Kröning 2011; 129-150.
PRÁCTICA GP 2015; 10(9): 12-14