En septiembre de 2014 se celebró en Washington la Conferencia sobre Terapéutica Cardiovascular Transcatéter. El Dr. Samir Kapadia, de la Clínica Cleveland, EE.UU., presentó los resultados a 5 años del estudio PARTNER en nombre de los expertos participantes en el estudio. La conclusión resumida: la TAVI puede prolongar la vida y reducir la frecuencia de las hospitalizaciones.
(ee) El estudio PARTNER (Placement of AoRtic TraNscathetER Valves) lleva cinco años investigando cómo afecta la implantación de válvulas aórticas transcatéter (TAVI) a los pacientes con estenosis aórtica grave y sintomática en los que no es posible la sustitución valvular quirúrgica debido al elevado riesgo quirúrgico. Hasta ahora, la TAVI se había recomendado para la estenosis aórtica grave y la inoperabilidad, pero no había datos sobre el beneficio a largo plazo para los pacientes ni sobre el rendimiento a largo plazo de las válvulas utilizadas.
En el estudio participaron 358 pacientes. La edad media era de 83 años y cerca del 92% tenía una cardiopatía de grado III o IV de la NYHA. Los participantes en el estudio fueron distribuidos aleatoriamente en dos grupos: Una (n=179) recibió tratamiento farmacológico estándar y la otra (n=179) fue tratada con TAVI (sistema valvular Sapien). El criterio de valoración principal del estudio fue la mortalidad por cualquier causa.
Vida más larga para los pacientes con TAVI
Los pacientes del grupo TAVI vivieron una mediana de 29,7 meses tras la intervención, mientras que los pacientes con terapia estándar vivieron sólo 11,1 meses. En los pacientes que seguían vivos dos años después del inicio del estudio, el grupo TAVI mostró una reducción continuada de la mortalidad: durante los tres años siguientes, la mortalidad fue significativamente menor en los pacientes TAVI (38,9%) que en los pacientes con terapia estándar (66,7%). E incluso cinco años después del inicio del estudio, la ventaja de supervivencia para los pacientes con TAVI era evidente. En su grupo, 51 personas (de 179 originalmente) seguían vivas, en el grupo con terapia estándar, seis personas (de 179) seguían vivas. La tasa de mortalidad en ese momento fue del 71,8% en el grupo de TAVI y del 93,6% en el grupo de terapia estándar.
Los análisis de subgrupos mostraron que todos los pacientes del grupo TAVI se beneficiaron de una reducción de la mortalidad, independientemente de las características de los pacientes como el sexo, la edad, el IMC, la fracción de eyección, la hipertensión pulmonar o la cirugía cardiovascular previa. Sólo en los pacientes que recibieron oxigenoterapia para la EPOC no se observó una disminución significativa de la mortalidad. Los pacientes que fallecieron en los primeros cinco años tras el inicio del estudio mostraron diferentes tasas de mortalidad cardiovascular: ésta fue significativamente mayor en el grupo de terapia estándar que en el de TAVI (85,9 frente a 57,3%).
Menos hospitalizaciones en el grupo TAVI
Un factor importante que repercute negativamente en la calidad de vida es la hospitalización. En los primeros cinco años del estudio, un número significativamente menor de pacientes del grupo TAVI ingresaron de nuevo en el hospital por motivos cardiovasculares que los del grupo de control (48 frente a 87%). Análisis anteriores ya habían demostrado que el riesgo de ictus paraintervencional aumenta en pacientes con TAVI. Sin embargo, en los años posteriores a la intervención, no hubo mayor riesgo de ictus que en el grupo con terapia estándar.
Al principio del estudio, también se planteó la cuestión de cuánto “durarían” las válvulas artificiales. Por lo tanto, la función de las válvulas protésicas se comprobó ecocardiográficamente una vez al año en todos los participantes del estudio. Demostró que la función no se deterioró en los primeros cinco años. La buena durabilidad de las válvulas implantadas también se ve respaldada por el hecho de que en cinco años no se produjo ni un aumento relevante del gradiente de presión transvalvular ni una contracción del área valvular.
Fuente: Kapadia S, et al.: PARTNER I: Five-Years Results from a Prospective Randomized Trial of Transcatheter Aortic Valve Replacement with a Balloon-expanding Device versus Conservative Care in Extremely High-Risk Patients with Aortic Stenosis. Conferencia sobre Terapéutica Cardiovascular Transcatéter 2014, Sesión plenaria V: Ensayos clínicos de última hora 1.
PRÁCTICA GP 2015; 10(1): 27-28
CARDIOVASC 2015; 14(1): 31-31