La prevención de las enfermedades secundarias relacionadas con la hipertensión ocupa un lugar central en la nueva directriz sobre hipertensión de la ESH (Sociedad Europea de Hipertensión ). Se hace especial hincapié en la prevención secundaria en relación con la enfermedad renal crónica (ERC). La directriz recomienda que la tasa de filtración glomerular y -esto es nuevo- la albuminuria también se midan cuando se diagnostique por primera vez la hipertensión.
La hipertensión arterial es una causa frecuente y prevenible de infarto de miocardio, derrame cerebral, insuficiencia renal y muerte. Entre los factores de riesgo de la hipertensión arterial se encuentran la obesidad, la mala alimentación, la falta de ejercicio y el estrés [1]. “Si tenemos en cuenta que la hipertensión es la causa más común de enfermedad renal crónica después de la diabetes mellitus y que alrededor de un tercio de todos los casos de diálisis se deben a la hipertensión, resulta evidente el potencial de la prevención secundaria mediante la detección precoz y el tratamiento oportuno de la hipertensión”, explicó el Prof. Markus van der Giet, MD, Presidente de la Liga Alemana de Hipertensión [2]. “Es bueno que la directriz haya integrado ahora firmemente la evaluación de los parámetros renales en la exploración del paciente con hipertensión”, afirma el experto [2].
La ERC se presenta con una TFGe <60 ml/min/1,73m2 y/o albuminuria >30 mg/d. En el caso de la ERC manifiesta, las nuevas directrices de la ESH recomiendan intentar reducir la presión arterial por debajo de 130/80 mmHg si existe albuminuria. En los pacientes con ERC sin albuminuria, la tensión arterial debe reducirse al intervalo 130/70-139/79 mmHg. |
La TFGe y el aumento de la albuminuria como factores de riesgo independientes
“Las nuevas directrices suponen un hito en términos de prevención secundaria y contribuirán a garantizar que menos personas desarrollen una enfermedad renal grave como consecuencia de su hipertensión y requieran terapia renal sustitutiva”, resumió el Prof. van der Giet [2]. Las nuevas directrices recomiendan la evaluación de la función renal (eGFR según la fórmula EPI-CKD), una ecografía renal y la determinación de la pérdida de albúmina por vía renal en la orina matinal espontánea cuando se diagnostica por primera vez la hipertensión [3]. La Prof. Dra. Julia Weinmann-Menke, portavoz de la Sociedad Alemana de Nefrología (DGfN), está especialmente satisfecha con la recomendación sobre los análisis de orina: “La directriz subraya que el FGe y el cociente albúmina-creatinina son dos factores de riesgo independientes. Anteriormente, el cociente albúmina-creatinina en orina sólo se analizaba si el FGe ya estaba reducido y los riñones ya estaban dañados. Sin embargo, un aumento de la albuminuria indica daño renal en una fase temprana e independientemente del FGe, por lo que es un auténtico marcador de detección precoz. La DGfN lleva años haciendo campaña para que se integre este marcador en los reconocimientos médicos generales, hasta ahora en vano. Consideramos que la directriz actual señala por fin un cambio de paradigma” [2].
¿Qué intervalos de cribado elegir? |
Para los pacientes hipertensos que no presentan daños orgánicos asociados a la hipertensión en el momento del diagnóstico inicial, las directrices recomiendan que se midan el FGe y el cociente albúmina-creatinina cada tres años. |
Los pacientes con daño renal preexistente deben someterse a pruebas de detección con mayor frecuencia, por ejemplo anualmente. Ésta es la única forma de garantizar que no se pierda la oportunidad de utilizar fármacos modernos como los inhibidores de SGLT-2, que pueden detener eficazmente la pérdida de función renal. Esto se debe a que estos fármacos sólo pueden prescribirse inicialmente si la TFGe aún no es inferior a 25 ml/min/1,73m2. |
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¿Cuál es el criterio para remitir a un especialista?
Tanto el profesor Weinmann-Menke como el profesor van der Giet subrayan que el tratamiento de la enfermedad renal crónica incipiente asociada a la hipertensión puede llevarse a cabo en la consulta del médico de cabecera [2]. “Bajar la tensión arterial sólo con medicación suele ser suficiente para detener la progresión del daño renal”. Según ambos, sólo se recomienda remitir al paciente a un nefrólogo si la función renal es inferior a 60 ml/min/1,73 m2 o hay sangre en la orina que no puede explicarse por una enfermedad urológica, hay cantidades importantes de proteínas en la orina, la tensión arterial no puede controlarse ni siquiera con tres medicamentos, la función renal está disminuyendo rápidamente o existe la sospecha fundada de una enfermedad renal específica (por ejemplo, poliquistosis renal).
Literatura:
- «European Society of Hypertension announces comprehensive new Guidelines for the Management of Arterial Hypertension», European Society of Hypertension, 28.06.2023.
- «Neue ESH-Leitlinie: Bei Hochdruckpatientinnen und -patienten muss regelmässig die Albumin-Kreatinin-Ratio erhoben werden», Deutsche Hochdruckliga, 27.06.2023.
- Mancia G, et al.: Authors/Task Force Members:. 2023 ESH Guidelines for the management of arterial hypertension The Task Force for the management of arterial hypertension of the European Society of Hypertension Endorsed by the International Society of Hypertension (ISH) and the European Renal Association (ERA). J Hypertens. 2023 Jun 21. doi: 10.1097/HJH.0000000000003480. Epub ahead of print. PMID: 37345492.
HAUSARZT PRAXIS 2023; 18(11): 21