El aliso púrpura adorna nuestro paisaje urbano cotidiano, pero su verde esplendor también puede desencadenar alergias en invierno, según han descubierto investigadores suizos.
Son un cambio bienvenido en la gris cotidianidad del invierno: alisos en flor en pleno diciembre en las ciudades suizas. Hasta ahora, no sólo los transeúntes, sino también los urbanistas se han quedado prendados de los grandes árboles, ya que los consideran robustos y poco exigentes. Pero investigadores suizos han descubierto ahora una característica del aliso púrpura que está dañando la reputación del árbol. El árbol parece desencadenar alergias y provocar la fiebre del heno invernal.
Cooperación interdisciplinar
En el pueblo de Grabs, cerca de Buchs, en el este de Suiza, el alergólogo Dr. Markus Gassner observó por primera vez el fenómeno de la “fiebre del heno invernal”. Las narices rojas corredoras no son nada inusual en invierno, pero la evaluación de sus datos recogidos durante décadas le puso sobre la pista del aliso púrpura. La razón por la que aumenta la frecuencia de los síntomas alérgicos en diciembre parece ser la vegetación urbana, según sospecha el grupo de investigación suizo formado por los alergólogos Dr. med. Markus Gassner y Prof. Dr. med. Peter Schmid-Grendelmeier y la meteoróloga Dra. Regula Gehrig.
Décadas de recopilación de datos en
De 1983 a 2007, el Dr. Gassner, como médico de la escuela de Grabs, probó la sensibilidad al polen de alumnos voluntarios de 15 años y midió los anticuerpos IgE en la sangre, así como otros 103 alérgenos moleculares. Los resultados de sus datos recogidos mostraron una evolución alarmante: mientras que en 1986 (n=54) ni uno solo de los escolares analizados tenía anticuerpos IgE contra el polen de aliso, en 2006 (n=46) la cifra era del 10,9%. En el caso de otros pólenes de árboles como el abedul, el avellano o el sicomoro, no pudo observarse esta tendencia de aumento de la frecuencia.
Doce de los jóvenes de 15 años que ya se habían sometido a las pruebas en 1986 se sometieron a otro examen alergológico en 2010, entonces a la edad de 39 años. También en este caso se observó una frecuencia creciente de sensibilidad al polen de aliso: en tres de los sujetos examinados (25%) se detectaron anticuerpos IgE en el suero en el segundo examen, 24 años después.
El estudio de los investigadores suizos muestra así, por una parte, que más de uno de cada diez de los adolescentes sometidos a la prueba es alérgico al polen y, por otra, que la hipersensibilidad creciente sólo se observó con el polen de aliso.
Peligrosa belleza invernal
En el municipio de Buchs se plantaron casi 100 alisos nuevos a finales de los años noventa. Sin embargo, no se trata de una especie autóctona, sino de un cruce entre un aliso caucásico y uno siberiano, el llamado aliso púrpura. El Alnus x spaethii, como se llama en latín, está acostumbrado al frío y empieza a florecer antes que las especies autóctonas en el invierno comparativamente suave de Suiza. Según el Dr. Gehrig, los árboles plantados en Buchs producen unas 10 toneladas de polen por temporada, como sabe el meteorólogo por las mediciones que realiza regularmente. Junto con las observaciones médicas del Dr. Gassner, se puede concluir que lo más probable es que el árbol exótico sea el responsable de los mocos en invierno. La floración más temprana del aliso púrpura prolonga la temporada de alergias: las reacciones alérgicas pueden producirse ya en diciembre, dos meses antes de la temporada normal de polen en Suiza. Otro factor negativo del árbol es que el polen del aliso contiene alérgenos más potentes que en el caso de otros árboles. Es más probable que provoque alergias que otras especies. Las alergias cruzadas también son más frecuentes, como en todas las floraciones tempranas.
Importancia para el médico generalista
A pesar del reducido número de casos de la investigación, es probable que la labor de los suizos también repercuta en el trabajo diario de los médicos de cabecera. Una alergia se manifiesta normalmente a través de ojos rojos, secreción nasal y ataques de estornudos. Así, mientras que un resfriado puede ser el diagnóstico inicial en invierno, una alergia al polen bien podría considerarse la causa en el futuro. Una prueba de alergia adicional aporta claridad y permite un tratamiento adecuado.
Fuente: Gassner M, et al: La fiebre del heno como regalo de Navidad. N Engl J Med 2013; 368: 393-394.