El doctor Jochen Rosenfeld, jefe del departamento de audición, habla y medicina vocal de la Clínica de Otorrinolaringología del Hospital Cantonal de San Gall, responde a preguntas sobre la disfagia en una entrevista con HAUSARZT PRAXIS. ¿Con qué frecuencia y, sobre todo, cuándo se producen? ¿Qué grupos de edad se ven especialmente afectados y cuál es el proceso de diagnóstico y terapia?
Dr. Rosenfeld, ¿con qué frecuencia son los trastornos neurológicos los responsables de la disfagia y cuáles son los cuadros clínicos más significativos a tener en cuenta en este contexto?
Dr. Rosenfeld:
Las enfermedades neurológicas se encuentran entre las causas más comunes de disfagia. La causa neurogénica más común es el ictus, que se asocia a disfagia en más del 50% de los casos en la fase aguda. La disfagia puede ser uno de los síntomas de una lesión cerebral traumática y de muchas enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis múltiple, la esclerosis lateral amiotrófica o la enfermedad de Parkinson. La demencia, que ha aumentado significativamente en los últimos años, también está asociada a trastornos de la deglución.
¿Qué grupos de edad se ven más afectados por los trastornos de la deglución en términos numéricos?
La disfagia es principalmente una enfermedad de la vejez y es relativamente frecuente en general. En los recién nacidos, malformaciones poco frecuentes o trastornos neurológicos en el contexto de diversas discapacidades pueden provocar disfagia. Sin embargo, son mucho más raros en recién nacidos y lactantes en general.
¿Son frecuentes los trastornos de la deglución tras operaciones tumorales y radiación en la zona del tracto de la deglución (boca, garganta/faringe, laringe, esófago)?
La disfagia debida a la terapia tumoral es la disfagia más frecuente después de la debida a causas neurológicas. La gravedad de la disfagia depende, entre otras cosas, de la localización del tumor, la extensión de la intervención quirúrgica, el método quirúrgico y las posibles medidas reconstructivas. Una de las principales causas de disfagia en estos pacientes son las consecuencias de la radiación y la quimioterapia.
¿Las afecciones psicológicas como la depresión también están asociadas a la disfagia?
La sensación de cuerpo extraño en la garganta en el sentido del llamado globo faríngeo es relativamente frecuente, pero no va acompañada de un trastorno real de la deglución. La disfagia psicógena es bastante rara y se produce sobre todo en el contexto de trastornos alimentarios. Muchos medicamentos antidepresivos tienen como efecto secundario la sequedad de boca, que a su vez puede provocar disfagia.
¿Qué complicaciones en relación directa con la disfagia debe tener en cuenta (por ejemplo, la neumonía por aspiración)?
La aspiración es la complicación más amenazadora de la disfagia, en la que el líquido o los alimentos pasan a través de las cuerdas vocales a las vías respiratorias profundas. Esto puede provocar alteraciones bronquiales o pulmonares e incluso una neumonía potencialmente mortal. Después del ictus, por ejemplo, la neumonía relacionada con la aspiración es la causa más frecuente de muerte. En general, sin embargo, especialmente la disfagia que se desarrolla de forma insidiosa puede conducir a la malnutrición o a la desnutrición con una pérdida significativa de peso y fuerza. Un bolo mayor de comida ingerido directamente en las vías respiratorias profundas puede provocar dificultad respiratoria y asfixia, sobre todo en los niños.
Debido a las enfermedades concomitantes y a la variedad de posibles causas, debe adoptarse un enfoque multidisciplinar en el diagnóstico. ¿Qué especialistas suelen colaborar en el diagnóstico?
Un equipo multidisciplinar de disfagia está formado como mínimo por otorrinolaringólogos, neurólogos, gastroenterólogos, radiólogos, logopedas y dietistas.
¿Qué papel desempeñan en el diagnóstico los métodos aparativos como la evaluación endoscópica funcional de la deglución (FEES) o la videofluoroscopia?
La Evaluación Endoscópica Funcional de la Deglución (FEES) se ha establecido como un método estándar para el diagnóstico y la evaluación terapéutica. Hoy en día, forma parte del examen básico de todo paciente con sospecha de disfagia. La fluoroscopia por vídeo complementa el diagnóstico de la deglución con el conducto alimentario inferior (esófago), pero no está disponible en todas partes, es técnicamente compleja e implica exposición a la radiación.
Terapia: ¿De qué terapia conductual, medidas quirúrgicas y medicinales se dispone actualmente, especialmente en relación con las diversas causas y manifestaciones de la disfagia?
La terapia de disfagia funcional (FDT) es el método de tratamiento preferido para la disfagia. Su aplicación es principalmente responsabilidad de los profesionales de la logopedia y la terapia del lenguaje. Las medidas quirúrgicas se utilizan, por ejemplo, en el tratamiento de la enfermedad subyacente, en caso de alteraciones estructurales (por ejemplo, tumores o divertículos en la zona del esófago) o para asegurar la respiración y la nutrición mediante traqueotomía y colocación de tubos percutáneos (PEG). Los medicamentos suelen utilizarse para tratar las enfermedades neurológicas a menudo subyacentes y, por tanto, tienen un efecto positivo sobre la deglución.
¿Qué hay de las pruebas científicas de las medidas de tratamiento individuales?
El FDT se orienta hacia un enfoque centrado en las funciones y los problemas. Se basa en gran medida en métodos cuya eficacia está demostrada o al menos es probable según consideraciones fisiopatológicas. La eficacia de los medicamentos debe probarse primero en ensayos clínicos antes de que puedan aprobarse o financiarse en el mercado libre.
Entrevista: Andreas Grossmann
PRÁCTICA GP 2014; 9(6): 8