Cuanto antes y mejor se trate la esquizofrenia, mayores serán las posibilidades de un curso leve con sólo raras fases agudas. Por lo tanto, la terapia moderna se basa en los pilares de la farmacoterapia, la psicoterapia y la psicoeducación. Se pueden utilizar antipsicóticos modernos para tratar los síntomas de la forma más eficaz posible. Son especialmente eficaces para los cambios de percepción y los estados de agitación, mejoran la calidad de vida y favorecen la vuelta a una vida cotidiana normal.
La esquizofrenia es uno de los trastornos psiquiátricos más graves del mundo y es una forma específica de psicosis. En consecuencia, se modifica el pensamiento, la percepción, el sentimiento, la voluntad y el comportamiento de los afectados. Sin embargo, las manifestaciones pueden variar mucho de un paciente a otro. Según el enfoque, se distingue entre el tipo paranoide con ideas de alerta, trastornos de la conciencia del yo y alucinaciones, así como cambios afectivos y trastornos del pensamiento, y el tipo catatónico. Esta última se caracteriza por trastornos psicomotores con compulsiones físicas. Por regla general, la enfermedad se manifiesta entre la pubertad y los 35 años. En Suiza, aproximadamente una de cada cien personas padece esquizofrenia. Aún no se conoce con claridad qué desencadena la enfermedad. Se discute la influencia de diferentes factores como la predisposición genética, los trastornos del desarrollo cerebral y los acontecimientos vitales estresantes.
La esquizofrenia puede aparecer una sola vez o en episodios. En esa fase aguda predominan los llamados síntomas positivos. Incluyen trastornos del pensamiento, oír voces y delirios persecutorios. Cuando la recaída remite y entra en la fase crónica, el retraimiento social, la desgana y la apatía pasan a un primer plano. Dado que los cambios de personalidad se intensifican con cada recaída y el pronóstico se ve influido desfavorablemente, está indicada una terapia lo más precoz y eficaz posible.
Régimen terapéutico multimodal
El tratamiento debe adaptarse siempre individualmente a la situación y a las necesidades de la persona afectada. Los regímenes de tratamiento modernos se basan en una combinación de psicoeducación, psicoterapia y farmacoterapia. Otras medidas como la socioterapia, la terapia ocupacional, la terapia artística y/o musical pueden proporcionar un apoyo adicional a los afectados. El objetivo no es sólo aliviar los síntomas, sino también devolver a los pacientes a una vida cotidiana normal (recuadro) .
Las principales intervenciones farmacológicas disponibles son los antipsicóticos. Amortiguan la ansiedad, la agitación, la tensión y la agresividad y también pueden reducir los delirios, las alucinaciones y los trastornos del pensamiento. Los estudios han demostrado que la toma de un neuroléptico mejora los síntomas en aproximadamente el 50% de los pacientes (frente al 30% de placebo) en un plazo de seis semanas. La calidad de vida también mejoró y fue posible una vuelta más temprana a la vida cotidiana normal. Además, se pueden prevenir nuevas recaídas. Varios estudios muestran que en el plazo de un año, alrededor del 26% de los pacientes en tratamiento con antipsicóticos recayeron frente al 64% con placebo.
Los fármacos de primera generación se asocian a trastornos del movimiento. Por lo tanto, según las directrices, debe utilizarse un antipsicótico de segunda generación, especialmente en pacientes con un primer episodio. Los neurolépticos atípicos incluyen la amisulprida, la clozapina, la olanzapina, la risperidona y ahora también el brexpiprazol. Sus propiedades antipsicóticas se basan en el agonismo parcial en los receptores de serotonina 5-HT1A y dopamina D2 y el antagonismo en los receptores de serotonina 5-HT2A. En comparación con el aripiprazol, el brexpiprazol tiene una menor actividad intrínseca en el receptor D2 de la dopamina y una mayor afinidad de unión en los receptores 5-HT1A y 5-HT2A. De ello puede derivarse un perfil antipsicótico beneficioso sin provocar los efectos adversos asociados al antagonismo completo de los receptores D2.
Para saber más:
- www.vask.ch/de/Bewaeltigungshilfen/Situation-der-Betroffenen/Diagnosen-Verlauf-Therapien/Schizophrene-Stoerungen/Schizophrene-Stoerungen-Fortsetzung (último acceso 11.11.2020)
- www.klinikum.uni-muenchen.de/Klinik-und-Poliklinik-fuer-Psychiatrie-und-Psychotherapie/de/patient_besuch/krankheitsbilder/schizophrenie/index.html (último acceso 11.11.2020)
- www.gesundheit.bs.ch/gesundheitsfoerderung/psychische-gesundheit/krankheitsbilder/psychose/schizophrenie.html (último acceso 11.11.2020)
- Kaiser S, Berger G, Conus P, et al: Las recomendaciones de tratamiento del SGPP para la esquizofrenia. Foro Swiss Med. 2018;18(25): 532-539.
- Kishi T, Ikuta T, Matsuda Y, et al: Aripiprazol frente a brexpiprazol para la esquizofrenia aguda: revisión sistemática y metaanálisis en red. Psicofarmacología 2020; 237(5): 1459-1470.
InFo NEUROLOGíA Y PSIQUIATrÍA