El carcinoma de vejiga urinaria es una enfermedad maligna frecuente. Mientras que el pronóstico de los pacientes con tumores superficiales suele ser favorable, la situación es mucho peor con el carcinoma urotelial de infiltración muscular y de extensión a órganos. Los resultados de estudios recientes abren ahora la esperanza de un tratamiento inmunoterapéutico eficaz.
Las neoplasias malignas de la vejiga urinaria afectan a los hombres con una frecuencia dos veces mayor que a las mujeres, sobre todo en edades avanzadas. En el examen inicial, alrededor de tres cuartas partes de los pacientes presentan un tumor superficial, no músculo-invasivo. En este caso, la terapia primaria es la electrorresección transuretral del tumor, posiblemente seguida de quimioterapia intravesical o inmunoterapia. La tasa media de supervivencia a cinco años es muy buena, del 80-100%. Sin embargo, la situación es diferente en el caso de los carcinomas uroteliales en los que el tumor ya ha crecido hacia los músculos o se ha extendido a otros órganos. A pesar del tratamiento intensivo, menos del 30% sobrevive los cinco años siguientes.
Por ello, 700 pacientes con carcinoma urotelial localmente avanzado o metastásico que no podían ser tratados quirúrgicamente fueron incluidos ahora en un ensayo clínico aleatorizado de fase III. En las afectadas, el cáncer se había detenido tras entre 4 y 6 ciclos de quimioterapia a base de platino. El estudio incluyó pacientes con tumores PD-L1 positivos (51%) y PD-L1 negativos. Aleatorizados en una proporción de 1:1, un grupo recibió avelumab como terapia de mantenimiento con los mejores cuidados de apoyo (BSC) y la otra mitad recibió sólo BSC. Los cuidados paliativos están diseñados para optimizar la calidad de vida y las funciones de una persona con cáncer mediante el tratamiento activo de los síntomas y efectos secundarios relacionados con el cáncer sin un tratamiento específico. La mediana del periodo de observación fue de algo más de 19 meses.
La terapia de apoyo por sí sola no es suficiente
El estudio demostró que la adición de avelumab condujo a una mayor supervivencia de 7 meses en todos los pacientes, independientemente de si el tumor era PD-L1 positivo o no. Para todos los pacientes, la mediana de supervivencia global (SG) fue de 21,4 meses en el grupo de avelumab y de 14,3 meses en los pacientes que sólo recibieron tratamiento de apoyo. La mediana de la supervivencia global de los enfermos con un tumor PD-L1-positivo que sólo recibieron los mejores cuidados de apoyo fue de unos 17 meses. En los pacientes con tumores PD-L1-positivos que fueron tratados adicionalmente con inmunoterapia, la mediana del tiempo de supervivencia global aún no se había alcanzado al final del periodo de observación. Esto significa que más de la mitad de los pacientes seguían vivos en el momento del seguimiento.
En cuanto a los efectos secundarios graves, se produjeron en cerca del 47% de los pacientes que recibieron avelumab, frente a cerca del 25% en el grupo BSC. Los efectos secundarios más comunes fueron infecciones del tracto urinario, anemia, sangre en la orina, fatiga y dolor de espalda. En definitiva, el perfil de seguridad fue coherente con los estudios previos de monoterapia.
Por ello, los autores del estudio están seguros de que la terapia de mantenimiento con la inmunoterapia, además de la terapia de apoyo, puede ayudar a las personas con cáncer de vejiga avanzado a vivir más tiempo.
Fuente: Powles T, et al.: Mantenimiento de avelumab + mejores cuidados de apoyo (BSC) frente a BSC solo tras quimioterapia de primera línea (1L) basada en platino en carcinoma urotelial (CU) avanzado: JAVELIN Vejiga 100 análisis provisional de fase III. J Clin Oncol 38: 2020 (suppl; abstr LBA1). DOI: 10.1200/JCO.2020.38.18_suppl.LBA1
ASCO20 Virtual
InFo ONCOLOGY & HEMATOLOGY 2020; 8(3): 26 (publicado el 20.6.20, antes de impresión).