El agente fitoterapéutico mentacarina se utiliza desde hace décadas para tratar los trastornos gastrointestinales funcionales. El efecto se basa, entre otras cosas, en una inhibición de la hipersensibilidad visceral. Según los conocimientos actuales, la hipersensibilidad visceral es multifactorial, y los canales iónicos TRP desempeñan un papel central. En un estudio con animales, se demostró que la regulación de la transducción de señales de calcio intracelular por la mentacarina está controlada, entre otras cosas, por el TRP-.canales iónicos.
Los canales iónicos TRP (potencial receptor transitorio) son altamente permeables a los iones de calcio divalentes y dianas para el tratamiento de la hipersensibilidad visceral [1]. A partir de los cambios en el equilibrio del calcio, se pueden extraer conclusiones sobre las complejas interrelaciones de la nocicepción visceral como base para las intervenciones farmacoterapéuticas. En este contexto, Zhang et al. 2021, se investigó en un modelo de ratón el efecto de la mentacarina sobre la afluencia de calcio en las neuronas ganglionares de la raíz dorsal (neuronas DRG), los macrófagos peritoneales y los organoides de colon [1]. Para ello, superfundieron neuronas DRG lumbosacras recién aisladas, macrófagos peritoneales y organoides de colon cultivados durante 7 días a partir de ratones de tipo salvaje (WT/C57BL/6) con mentacarina a diferentes concentraciones (600, 1200 y 1800 µg/ml). Las señales de calcio y el flujo de calcio intracelular se midieron mediante el método de imagen del calcio.
Los investigadores pudieron demostrar que la mentacarina en diversas concentraciones induce la afluencia de iones de calcio en las neuronas sensoriales del ganglio dela raíz dorsal (GDR), los macrófagos peritoneales y los organoides de colon [1]. La (+)-carvona, un componente esencial del aceite de alcaravea, actúa como agonista específico de los canales quimiosensoriales TRPA1 [2]. Los canales iónicos TRP son altamente permeables a los iones de calcio divalentes. |
Nocicepción visceral en los TFGI El dolor visceral es una característica común de los trastornos gastrointestinales funcionales (TGIF). Los nociceptores del tracto gastrointestinal tienen terminaciones nerviosas en todas las capas del tracto gastrointestinal (mucosa, submucosa, muscular); sus cuerpos celulares están situados en las neuronas ganglionares espinales (neuronas DRG) [9]. La señal nociceptiva se conecta a través de la raíz posterior de la médula espinal y las vías ascendentes predominantemente en el tracto espinotalámico contralateral. Esta señal se conduce a través del sistema talamocortical hasta la corteza cerebral, donde tiene lugar la evaluación de la percepción del dolor. La hiperalgesia visceral es característica de los pacientes con TFGI. Se ha demostrado que la combinación de ingredientes activos mentacarina (Carmenthin®), una mezcla en altas dosis de aceite de menta y alcaravea, contrarresta la hipersensibilidad visceral [6,10]. |
La desensibilización de los canales TRP como importante mecanismo de acción
Se observó que la mentacarina induce transitorios de calcio intracelular en las neuronas del DRG (ganglio de la raíz dorsal) (Fig. 1), los macrófagos peritoneales y los organoides de colon. En este contexto, la (+)-carvona, componente esencial del aceite de alcaravea, actúa como agonista específico de los canales quimiosensoriales TRPA1 [2]. Además, los organoides de colon y, en menor medida, las neuronas sensoriales DRG mostraron una respuesta decreciente (taquifilaxia) de los transitorios de calcio con aplicaciones repetidas de mentacarina. Estudios previos en modelos de ratón demuestran que la desensibilización/taquifilaxis de los canales TRP es un tratamiento potencial para el dolor y la inflamación [3,4]. Este mecanismo también podría explicar los efectos analgésicos de la mentacarina en el ámbito clínico [5–8]. Sorprendentemente, los estudios de baño de órganos en tejido intestinal humano mostraron una inhibición independiente del nervio de la contractilidad del músculo liso por la mentacarina, como lo demuestra la relajación muscular sostenida y la disminución de la contractilidad fásica. La disminución de la contractilidad estaba mediada, al menos en parte, por la inhibición de los canales de calcio de tipo L [7].
Literatura:
- Zhang Z, et al: Life Sci 2021; 264: 118682.
- Kang Q, et al: Biophys Res Commun 2015; 459 (3): 498-503.
- Kistner K, et al: Sci Rep 2016; 6: 28621, https://doi.org/10.1038/srep28621.
- Khalil M, et al: Life Sci 2020; 257, 118112, https://doi.org/10.1016/j.lfs.2020.118112.
- Botschuijver S, et al: Motil 2018; 30 (6) , e13299, https://doi.org/10.1111/nmo.13299
- Adam B, et al: Revista Escandinava de Gastroenterología 2006; 41: 155-160.
- Krueger D, et al: Motil 2020; 32 (2), e13748, https://doi.org/10.1111/nmo.13748.
- Jacquot L, et al: Rinología 2005; 43 (2): 93-98.
- Moloney RD, et al: CNS Neurosci Ther 2016; 22(2): 102-117.
- Información sobre medicamentos, www.swissmedicinfo.ch, (último acceso 05.07.2022)
PRÁCTICA GP 2022; 17(7): 27