Además de proporcionar dictámenes periciales en todos los ámbitos del derecho, a la psiquiatría forense se le confía el tratamiento de los enfermos mentales infractores de la ley. Esta tarea en la interfaz entre el derecho y la psiquiatría requiere conocimientos especiales. Los aspectos del derecho penal tratan de la evaluación de la culpabilidad y el tratamiento en el sistema penitenciario.
Además de proporcionar dictámenes periciales en todos los ámbitos del derecho, a la psiquiatría forense se le confía el tratamiento de los enfermos mentales infractores de la ley. Esta tarea en la interfaz entre el derecho y la psiquiatría requiere conocimientos especiales, por lo que existe el correspondiente título especializado con requisitos específicos de formación y perfeccionamiento. Este artículo trata exclusivamente de aspectos del derecho penal, concretamente de la evaluación de la culpabilidad y el tratamiento en instituciones penitenciarias.
Peritaje sobre la culpabilidad
La acusación de culpabilidad está vinculada a la capacidad de autodeterminación y a la libertad de voluntad del ser humano [1]. Si existen dudas al respecto, por ejemplo debido a la existencia de un trastorno mental, esto justifica la intervención de un experto en psiquiatría forense a efectos de una evaluación pericial. La base jurídica de la culpabilidad se establece en el art. 19 del CCE. (Tab. 1).
La existencia de un trastorno mental como requisito previo para la reducción de la culpabilidad no se menciona explícitamente en el texto de la ley, pero según la doctrina imperante es implícitamente la base de los pasos posteriores del examen [2]. En consecuencia, en la primera fase diagnóstico-normativa, la evaluación de la culpabilidad aborda la cuestión de si existe un trastorno mental grave. El factor decisivo aquí es el grado de deterioro funcional existente en el momento del delito [3].
En el segundo paso, hay que examinar si el cuadro de alteraciones psiquiátricas revela síntomas cercanos al momento del delito que hayan provocado alteraciones de la capacidad de ver y controlar. El término perspicacia se refiere al conocimiento de las normas jurídicas y su validez. Una capacidad de insight suspendida puede deberse, por ejemplo, a una inteligencia reducida o a trastornos psicóticos que suspenden la conexión con la realidad. La capacidad de control se refiere a la habilidad del individuo para dirigir sus acciones de acuerdo con la percepción que ha adquirido de la injusticia. Esto también requiere la capacidad de rechazar o inhibir los impulsos de actuar. No siempre es posible trazar una línea exacta entre la capacidad de perspicacia y la capacidad de control. Por ejemplo, si Si una persona que padece esquizofrenia comete un delito por motivos delirantes, la experiencia delirante también puede haber deformado el sistema de valores de la persona, lo que puede anular la capacidad de entrar en razón [4]. Sin embargo, un delirio también pone en peligro la capacidad de controlar la acción, porque un alto nivel de dinámica delirante puede provocar una pérdida de la capacidad de control. Por lo tanto, la suposición de que el control de las acciones preservadas puede derivarse de acciones que tienen un efecto planificador y ordenado no es correcta.
Estudio de caso Un hombre de 30 años que padece esquizofrenia se procura utensilios para construir una bomba incendiaria (cóctel molotov). Días después lanza el artefacto incendiario contra una comisaría cercana. Durante el interrogatorio, declaró que los policías de la comisaría llevaban meses vigilándole, escuchándole y acosándole. No pudo soportarlo más y quiso poner fin a “todo aquello”. En este caso, debido a los síntomas psicóticos, se puede suponer que la capacidad de control motivacional se ha suspendido. |
Evaluación del riesgo de reincidencia: el pronóstico criminal
El registro y la evaluación cuidadosos y deliberados de la personalidad del delincuente constituyen el centro de la evaluación pronóstica criminal [5]. Se formula una hipótesis de la delincuencia teniendo especialmente en cuenta la interacción de las conspicuidades psicopatológicas. Teniendo en cuenta los factores de riesgo estadísticos y dinámicos, se hacen declaraciones con respecto al riesgo futuro de delito de las personas afectadas. La Oficina Federal de Estadística proporciona información sobre la tasa base de reincidencia en relación con diferentes categorías de delitos [6]. Partiendo de esta tasa de referencia, el riesgo de recaída aumenta en presencia de factores de riesgo adicionales. Entre ellos se encuentran el sexo masculino, el bajo nivel socioeconómico, la falta de vivienda y el abuso de sustancias, pero también el empleo inestable y factores criminológicos como la violencia o el encarcelamiento previos [7]. Las enfermedades mentales, por ejemplo del grupo de los esquizofrénicos, también pueden tener un efecto negativo en el pronóstico de riesgo [8].
La previsión (estadística) del riesgo se complementa con los llamados Juicios Profesionales Estructurados (SPJ). A diferencia de los instrumentos de riesgo estadístico, no se asignan valores de puntos, sino que se determinan las necesidades con respecto a una gestión de riesgos requerida [9]. El HCR-20 es el instrumento de SPJ mejor estudiado, que capta 20 factores de riesgo de futuros comportamientos violentos en relación con tres dominios [10]: problemas pasados (“historia” [H]), variables clínicas (“clínica” [C]) y riesgos futuros (“riesgo” [R]). A partir de las áreas problemáticas evaluadas como relevantes, se diseñan escenarios de riesgo en distintas condiciones marco (despido, excedencia, etc.) para poder pronunciarse sobre la gestión de riesgos requerida. En este contexto, no sólo la influenciabilidad clínica de una sintomatología correspondiente, sino también la voluntad de cooperación de los afectados y el espacio de acogida social influyen en las perspectivas de éxito [19].
En cuanto al caso presentado, cabe señalar que el pronóstico de riesgo del afectado ya estaba precargado: padecía y padece esquizofrenia paranoide, es decir, una enfermedad mental subyacente grave. De la sintomatología del delirio existente se deduce una estrecha relación entre la experiencia relacionada con la enfermedad y el delito. En el momento del delito y meses antes, no recibía tratamiento psiquiátrico ni tomaba medicación alguna. El consumo regular de cannabis supone una carga adicional para su pronóstico de riesgo. Durante una hospitalización psiquiátrica general meses antes, atacó a un compañero por el que supuestamente se había sentido acosado, por lo que ya existe un historial de actos violentos. La persona afectada vive sola, no tiene una estructura diaria y afirma no recibir apoyo social de amigos o familiares – estos factores también tienen un efecto desfavorable en el pronóstico del riesgo. |
Medidas de tratamiento
Se ordenan tratamientos con medidas si el castigo no es suficiente para contrarrestar el riesgo de reincidencia. Así pues, las medidas de tratamiento psiquiátrico forense sirven principalmente para mejorar el pronóstico legal. A diferencia de Alemania, el menoscabo de la culpabilidad no es un requisito previo para ordenar una medida terapéutica en Suiza [11]. Además del riesgo de recaída, son relevantes las perspectivas de tratamiento, la voluntad de tratamiento y la viabilidad. En 2021, se ordenaron 200 medidas para pacientes hospitalizados y 279 para pacientes ambulatorios en Suiza [12]. A diferencia de la práctica psiquiátrica general, aquí no es el paciente quien formula el deseo de tratamiento, sino que éste se decreta legalmente. Es comprensible que esta constelación influya en la relación médico-paciente [13].
No siempre es necesario llevar a cabo la medida terapéutica en un entorno hospitalario; una medida también puede llevarse a cabo en un entorno ambulatorio. Si esto ocurre durante la ejecución de una pena privativa de libertad, la medida ambulatoria puede llevarse a cabo paralelamente a la ejecución de la pena. Las instalaciones adecuadas para la aplicación de medidas correccionales en régimen de internamiento son las clínicas psiquiátricas forenses, los departamentos especializados de las instituciones penitenciarias o los centros correccionales. Para los adultos jóvenes, existen instalaciones que abordan la independencia y la asunción de responsabilidades de los reclusos, donde hay una amplia gama de programas de formación para promover el desarrollo personal (Tabla 2).
La custodia conforme a El art. 64 StGB también pertenece a las medidas, pero no persigue un mandato terapéutico. Puede ordenarse, entre otras cosas, si se ha cometido un delito de los denominados de catálogo, por ejemplo, lesiones corporales graves o violación. El objetivo de la custodia no es la resocialización sino la protección del público.
El tratamiento en el marco de las medidas terapéuticas se orienta hacia el riesgo individual de reincidencia para cometer nuevos delitos y aborda los factores de riesgo correspondientes, así como la capacidad de respuesta del delincuente (el llamado Modelo Riesgo-Necesidad-Responsabilidad [14]). El objetivo es ayudarles a llevar una vida socialmente aceptable (Good Lives Model [15]).
En el caso descrito, la experiencia delirante y el riesgo asociado de nuevos delitos no pueden reducirse con una pena de prisión. El tratamiento psiquiátrico es necesario para hacer frente a esta constelación de riesgos. Tratamientos psiquiátricos previos del expl. muestran que sus síntomas de delirio, que son relevantes para los delitos, remiten bien bajo medicación antipsicótica, pero también mostraron que había problemas recurrentes con respecto a la capacidad del explante para cooperar. dio: En repetidas ocasiones dejó de tomar su medicación y no acudía a las citas. Actualmente tampoco estaba dispuesto a volver a tomar medicación, por lo que el tratamiento de medidas no parece prometedor en régimen ambulatorio, sino sólo en régimen de hospitalización. |
Los datos procedentes de Alemania demuestran de forma impresionante que el tratamiento en una prisión de medidas o de reglas masivas se asocia a tasas de reincidencia más bajas que tras la puesta en libertad: dentro de un largo periodo de catamnesis (una media de 16,5 años), aproximadamente un tercio de los pacientes forenses puestos en libertad (35,2%) cometieron nuevos delitos, el 12,8% cometieron delitos violentos o sexuales graves y sólo uno de cada seis pacientes (15,6%) volvió a ingresar en prisión. [16]. Por el contrario, las personas tras cumplir una pena de prisión sin libertad condicional mostraron una tasa general de reincidencia del 47% y el 28% respectivamente en relación con los delitos sexuales en un periodo de observación significativamente más corto (6 años) [17].
Mensajes para llevarse a casa
- El trabajo psiquiátrico forense requiere conocimientos especializados.
- Las preguntas de evaluación abordan los efectos jurídicamente relevantes de los trastornos mentales.
- Los tratamientos de intervención sirven para reducir el riesgo de recaída, y este objetivo se consigue para una gran parte de los afectados.
Literatura:
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- Habermeyer E, Mokros A, Briken P: “La relevancia de un proceso coherente de evaluación y tratamiento forense”: ¿gran apuesta o vino viejo en una manguera agujereada? Psiquiatría forense, psicología, criminología. 2020;14(2): 212-219.
- Rosenau H: Capítulo 8 – Fundamentos jurídicos de la evaluación psiquiátrica. En: Foerster V, Habermeyer D, Dreßing H, Habermeyer E, Bork S, Briken P, et al., editores. Evaluación psiquiátrica (Séptima edición). Múnich: Urban & Fischer; 2020: 85-150.
- Lau S, Kröber H-L: Das Schuldfähigkeitsgutachten. En: Kröber H-L, Dölling D, Leygraf N, Sass H, editores. Manual de psiquiatría forense: Fundamentos psicopatológicos y práctica de la psiquiatría forense en el derecho penal. Heidelberg: Steinkopff; 2011: 213-560.
- Habermeyer E: Psiquiatría forense. El Neurólogo 2009; 80(1): 79-92.
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- Whiting D, Fazel S: Epidemiología y factores de riesgo de la violencia en personas con trastornos mentales. En: Carpiniello B, Vita A, Mencacci C, editores. Violencia y trastornos mentales. Cham: Springer International Publishing; 2020: 49-62.
- Whiting D, Lichtenstein P, Fazel S: Violencia y trastornos mentales: una revisión estructurada de las asociaciones por diagnósticos individuales, factores de riesgo y evaluación del riesgo. The Lancet Psychiatry 2021; 8(2): 150-161.
- Hart S, Douglas K, Guy L: El enfoque de juicio profesional estructurado para la evaluación del riesgo de violencia: Orígenes, naturaleza y avances. 2016: 643-666.
- Douglas KS, Hart SD, Webster CD, et al: Historical-Clinical-Risk Management-20, Version 3 (HCR-20V3): Desarrollo y visión general. Revista Internacional de Salud Mental Forense. 2014;13(2): 93-108.
- Habermeyer E, Dreßing H, Seifert D, et al: Praxishandbuch Therapie in der Forensischen Psychiatrie und Psychologie: Elsevier Health Sciences; 2021.
- Ejecución de medidas: Admisiones por tipo de medida [Internet]. 2021. Disponible en: www.bfs.admin.ch/bfs/de/home/statistiken/kriminalitaet-strafrecht/justizvollzug.assetdetail.19744601.html.
- Meyer M, Hachtel H, Graf M: Características especiales de la relación terapéutica en pacientes psiquiátricos forenses. Psiquiatría forense, psicología, criminología. 2019;13(4): 362-370.
- Bonta J, Andrews DA: Modelo de riesgo-necesidad-respuesta para la evaluación y rehabilitación del delincuente. Rehabilitación. 2007;6(1): 1-22.
- Franqué Fv, Briken P: El Modelo de las Buenas Vidas (MLV). Psiquiatría forense, psicología, criminología. 2013; 7(1): 22-27.
- Seifert D, Klink M, Landwehr S: Datos de reincidencia de pacientes tratados en una institución penitenciaria según el § 63 StGB. Psiquiatría forense, psicología, criminología. 2018; 12(2): 136-148.
- Jehle JM, Albrecht HJ, Hohmann-Fricke S, Tetal C: La libertad condicional legal tras las sanciones penales: un estudio de reincidencia a escala nacional de 2010 a 2013 y de 2004 a 2013. 2016: Forum Verlag Godesberg GmbH.
InFo NEUROLOGíA Y PSIQUIATRÍA 2022; 20(4): 8-10.