Los cambios fisiológicos del envejecimiento de la piel están bastante bien descritos. El hecho más importante parece ser que casi todas las personas mayores de 60 años sufren de piel seca. Esta sequedad cutánea, que aumenta con la edad, siempre va acompañada de picor, lo que puede suponer una importante reducción de la calidad de vida. El cuidado de la piel envejecida se orienta hacia estos cambios fisiológicos. Incluye una limpieza adecuada, una selección de productos para el cuidado de la piel que actúen bien con el vehículo apropiado, una protección solar temprana y suplementos nutricionales que acompañen a la terapia tópica.
En primer lugar, debe preguntarse qué se entiende exactamente por envejecimiento cutáneo. El envejecimiento es difícil de definir. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como anciano a toda persona que haya cumplido 65 años. En Alemania y también en Estados Unidos, sólo se habla de “paciente geriátrico” a partir de los 70 años. Sin embargo, términos como “más viejo” o “más joven” tienen el efecto de mostrar que los procesos biológicos de envejecimiento no están claramente definidos y, por lo tanto, no pueden describirse sin ambigüedades. En última instancia, el envejecimiento es un proceso muy individual.
Sin embargo, los procesos de envejecimiento de la piel están relativamente bien descritos (véase el artículo del Prof. Surber en este número y [1]). Se distingue entre el envejecimiento interno, determinado genéticamente, y el externo, determinado por el medio ambiente. Esto último está en nuestras propias manos: la exposición al sol, los centros de bronceado, dormir poco, una mala alimentación, el tabaco, el alcohol y el estrés provocan el llamado envejecimiento prematuro de la piel. Para el profano, las imágenes de una piel genéticamente envejecida y de una piel prematuramente envejecida apenas difieren. Ambos muestran arrugas más o menos profundas, una superficie cutánea seca y un número creciente de lesiones parcialmente pigmentadas. Los cambios en el tejido conjuntivo provocan una disminución de la firmeza, la piel se vuelve flácida y pierde tensión.
El cuidado de la piel en la vejez está orientado a estos cambios fisiológicos. Aunque los signos del envejecimiento no pueden eliminarse sólo con cuidados específicos, las desagradables afecciones que los acompañan, como el picor, pueden prevenirse o al menos reducirse.
Limpieza
El cuidado de la piel incluye en primer lugar una limpieza correcta y adaptada. Una limpieza incorrecta o el uso de productos de limpieza inadecuados, pero también la realización incorrecta de la limpieza de la piel pueden aumentar la sequedad de la piel y, por tanto, provocar enrojecimiento, irritación y picor.
En principio, los syndets (detergentes sintéticos líquidos o sólidos) provocan menos efectos secundarios, como irritación cutánea y picores, que los jabones. Por ello, son más adecuados los productos sin jabón, sin álcalis y sin alquilsulfatos, con un pH comprendido entre 5,5 y 5,9, preferiblemente sin perfume ni conservantes. Es beneficioso tratar la piel seca en la vejez con productos de limpieza hidratantes que contengan, por ejemplo, aceites vegetales. Aunque “reengrasar” la piel (sea lo que sea lo que esto signifique) es un concepto controvertido, los productos reengrasantes suelen contener más lípidos y a menudo son percibidos subjetivamente como agradables y preferidos por los consumidores con piel seca. Debe tenerse en cuenta, no obstante, que el uso de un limpiador hidratante no sustituye a la crema para la piel.
Los productos de limpieza deben utilizarse con moderación y lavarse a fondo. Las duchas o baños no deben ser demasiado frecuentes, ni demasiado largos y con agua tibia. A las personas mayores en particular les gusta bañarse, de ahí la recomendación de no hacerlo más de dos veces por semana, mantener la temperatura del agua entre 32 y 35 °C y utilizar baños de aceite, más adecuados para la piel seca que los baños de burbujas.
Cuidados para la piel seca y con picores de las personas mayores
El objetivo de unos cuidados adecuados debe ser normalizar el equilibrio lipídico de la capa córnea, además del suministro de agua. Pueden distinguirse tres mecanismos de acción, que se combinan en algunos productos:
- Adición de componentes aglutinantes del agua, como glicerina, urea, etc.
- Tras la evaporación del agua de la formulación, queda una película lipídica más o menos cerrada en la superficie de la piel. La oclusión resultante refuerza la función de barrera de la piel, reduce la pérdida transepidérmica de agua y ayuda así a retener el agua en la capa córnea.
- Estimulación de la síntesis propia de la piel de componentes que fijan el agua, como la urea, o de importantes componentes lipídicos de la capa córnea. Estas nuevas vías son objeto de investigación en la actualidad y dan esperanzas de que dispondremos de mejores tratamientos para la piel seca en un futuro próximo. Muchos de estos activadores han demostrado sus efectos en sistemas in vitro, como cultivos celulares o piel reconstruida. Es difícil responder si estos efectos también se producen tras la aplicación externa.
Al igual que en la limpieza, hay que tener cuidado y elegir bien los productos adecuados. No todas las cremas nutritivas o hidratantes son adecuadas para el tratamiento de la piel seca.
La elección del vehículo es extremadamente importante. En principio, deben evitarse los productos fuertemente hidrófilos y preferirse las emulsiones O/W o W/O ricas en lípidos. Las microemulsiones deberían evitarse más bien debido al contenido normalmente mayor de tensioactivos.
Los componentes “activos” son principalmente la urea (en concentración suficiente) y la glicerina. También son adecuados el dexpantenol, el gel de aloe vera, el ácido hialurónico y el extracto de avena. Aunque regulan la descamación e hidratan, deben evitarse los alfahidroxiácidos, como el ácido láctico, ya que pueden provocar fácilmente irritaciones en la piel envejecida.
A los componentes lipídicos como el aceite de almendras, el aceite de jojoba (especialmente en combinación con la glicerina) y la manteca de karité se les atribuyen importantes propiedades hidratantes y de cuidado de la piel.
El picor suele acompañar a la piel seca y supone un reto particular [2]. Se percibe de molesto a agonizante y puede provocar insomnio y agotamiento físico y mental. El discutido cuidado regular de la piel con tópicos hidratantes y reengrasantes puede aliviar el picor. Además de este cuidado esmerado de la piel, pueden aplicarse lociones y cremas refrescantes o compresas frías y húmedas. Se recomienda llevar ropa ligera, preferiblemente de algodón.
Si el picor reduce significativamente la calidad de vida, el dermatólogo debe intervenir. Tiene a su disposición toda una gama de opciones de tratamiento local y sistémico, que escapan al ámbito de esta publicación. Sólo se cita el tratamiento con una pomada ligera de corticosteroides, que puede comprarse sin receta, es una solución temporal y no debe utilizarse durante mucho tiempo.
Arrugas, elasticidad de la piel
El adelgazamiento de la dermis es consecuencia de la creciente reducción de la síntesis de colágeno en la piel envejecida y del aumento de las metaloproteinasas de la matriz. Esto también explica la tendencia de la piel envejecida a cicatrizar mal y ulcerarse. Las arrugas mayores y menores son una importante consecuencia visible de la pérdida de elasticidad y la reducción del colágeno en la dermis.
El derivado de la vitamina A “ácido todo-trans-retinoico” o tretinoína es conocido desde hace tiempo por su efecto positivo sobre el envejecimiento de la piel, especialmente la piel dañada por el medio ambiente y envejecida prematuramente. Debido a su fuerte potencial teratogénico y a sus efectos secundarios, especialmente la irritación grave de la piel, la tretinoína está prohibida en los productos cosméticos y sólo puede ser recetada por dermatólogos.
La vitamina A pura (retinol) se utiliza en numerosos productos cosméticos para el cuidado de la piel envejecida. La vitamina A penetra en la piel y se oxida a retinaldehído, que a su vez se oxida a tretinoína. La tretinoína es, por tanto, la forma biológicamente activa de la vitamina A. Esta transformación tiene como efecto la normalización de la síntesis de colágeno, la inhibición de las metaloproteinasas de la matriz y otros efectos positivos, como el aumento de la síntesis de glicosaminoglicano.
Existen muchos datos que apoyan estos efectos positivos de la vitamina A en la piel envejecida [3–5]. Se centra en mejorar las líneas finas y las arrugas. Con un uso prolongado, se observan otros efectos como una disminución de la pigmentación irregular y un aumento de la firmeza de la piel. Cabe señalar que la vitamina A aplicada tópicamente se tolera mucho mejor que la tretinoína y no causa ninguna irritación cutánea significativa.
La pérdida de elasticidad de la piel también va acompañada de una disminución del contenido de ácido hialurónico en la matriz. Últimamente se utilizan cada vez más los llamados “rellenos”, que hacen desaparecer las arrugas de la piel aumentando el volumen. En este sentido, suelen utilizarse diversos preparados de ácido hialurónico. Sin embargo, estos productos también se utilizan para una mejora sostenible de la elasticidad de la piel [6]. Aquí, sin embargo, dejamos la enfermería para entrar en el terreno de la medicina estética (“los rellenos” son implantes, aunque predominantemente reabsorbibles).
En las mujeres, el problema de la menopausia también se produce con el aumento de la edad. La falta de estrógenos aumenta los problemas de envejecimiento de la piel. Debido a la disminución de la secreción de estrógenos durante la menopausia, el contenido de agua y grasa de la piel disminuye y se reduce la síntesis de colágeno y elastina. La piel se vuelve más fina, flácida y seca. A más tardar con la llegada de la menopausia, las mujeres deben recurrir específicamente a productos de cuidado que mantengan el estado de su piel e influyan positivamente en las arrugas. Especialmente eficaces son las fitohormonas como las isoflavonas de la soja, que, a diferencia de los estrógenos como el estrógeno y la progesterona, pueden utilizarse en cosméticos. Las isoflavonas se unen a los receptores de estrógenos de la piel y pueden combatir así las influencias negativas de la menopausia sobre la piel.
Manchas pigmentarias
Con el paso de los años, la piel también muestra cada vez más lunares y una pigmentación irregular, lo que puede resultar molesto. Estas pigmentaciones típicas, irregulares y manchadas se denominan “manchas de la edad” (lentigo senilis, lentigo solaris).
Las manchas de la edad están causadas por la acumulación de productos de oxidación de los ácidos grasos insaturados de las membranas celulares que ya no pueden descomponerse (“residuos” celulares: la llamada lipofuscina) y también por un aumento de los melanocitos productores de melanina, predominantemente en las zonas expuestas al sol como el dorso de las manos, los antebrazos y la piel del rostro.
Las manchas pigmentarias puras sin elevación sobre la superficie de la piel son completamente inofensivas, pero indican claramente la edad de la piel. Existe una relación demostrada entre la exposición crónica al sol y el desarrollo de manchas de la edad, en proporción directa a la duración y la intensidad de la exposición solar. Las manchas de la edad pueden volverse peligrosas si se inflaman y se convierten en melanoma. Por lo tanto, las manchas pigmentarias que crecen con fuerza o están inflamadas deben mostrarse siempre a un dermatólogo.
Las manchas de pigmentación presentes en la vejez no pueden eliminarse con los cuidados normales de la piel. Pueden cubrirse con un maquillaje corrector, sobre todo en la cara (camuflaje). Las llamadas “cremas blanqueadoras”, que suelen contener combinaciones de antioxidantes e inhibidores de la tirosinasa para frenar la síntesis de melanina, son ineficaces contra la acumulación de lipofuscina. Sin embargo, estas cremas no están exentas de efectos secundarios y pueden causar irritación cutánea y también aclarar las zonas sanas de la piel.
Las manchas de la edad pueden prevenirse mediante el uso constante de productos de protección solar. Nunca es demasiado tarde: incluso en la vejez, esto previene el desarrollo de nuevas manchas de la edad.
Si hay que eliminar las manchas de la edad, esto queda fuera del ámbito del cuidado normal de la piel. La exfoliación, por ejemplo con ácido de frutas, o el tratamiento con láser pueden eliminar la pigmentación. Este procedimiento, que no está exento de riesgos, pertenece a la medicina estética y debe ser realizado por especialistas.
Complementos alimenticios y otras medidas de atención
Se pueden encontrar otras medidas sensatas para el cuidado de la piel envejecida en combinación con los cosméticos clásicos o incluso fuera de ellos.
El estado nutricional desempeña un papel importante en el mantenimiento de una piel sana. Además de la ingesta normal de hidratos de carbono, proteínas y lípidos, debe administrarse diariamente una cantidad suficiente de antioxidantes, vitaminas y minerales (los llamados complementos alimenticios) para mantener el estado y, sobre todo, la función de barrera de la piel. De hecho, los cambios en el estado de la piel se asociaban a una nutrición inadecuada mucho antes de que se descubriera una base bioquímica para ello. Por ejemplo, se sabe desde hace mucho tiempo que el escorbuto o la pelagra pueden curarse mediante cambios dietéticos apropiados o la ingesta de vitaminas.
Los efectos de los suplementos dietéticos sobre el estado de la piel (los llamados “nutricosméticos”) es una línea de investigación relativamente nueva, y poco a poco se van conociendo los vínculos entre la dieta y el estado de la piel [7]. Sin embargo, al suplementar con complementos alimenticios, debe prestarse atención a la recomendación de dosis diaria para no sobrepasar las dosis seguras de vitaminas y minerales respetando la ingesta normal a través de la dieta diaria.
Los complementos alimenticios no compensan una dieta poco saludable. Resultados recientes han demostrado que un suministro limitado en el tiempo de las sustancias adecuadas puede aumentar la propia fotoprotección del organismo o mejorar significativamente la calidad de la piel envejecida.
Humidificador
La piel vieja y seca puede convertirse en un grave problema en invierno. La capa córnea también puede absorber la humedad del exterior. Las habitaciones con calefacción tienen poca humedad, por lo que un humidificador puede ser útil en este caso. La humedad de la habitación debe oscilar entre el 50 y el 70%.
Beber
Definitivamente, la humedad también debe suministrarse desde el interior. Para evitar que la piel se reseque, también es importante una hidratación adecuada. Debe beberse al menos un litro de líquido al día, mejor dos.
Observación final
Las sustancias activas y otros componentes y productos mencionados en este artículo no pretenden ser exhaustivos. Una buena fuente de documentación para la limpieza y el cuidado de la piel en la vejez, así como de la piel seca en general, son las directrices y la guía de la Gesellschaft für Dermopharmazie, disponibles en Internet: www.gd-online.de.
Conclusión para la práctica
- Limpieza suave y considerada con productos de limpieza adecuados
- Seleccione productos de cuidado con un vehículo adecuado.
- Los ingredientes activos adecuados pueden aliviar la piel seca y el picor, pero también combatir la pérdida de elasticidad y las arrugas. Las combinaciones de ingredientes activos que combaten simultáneamente las distintas deficiencias de la piel envejecida han demostrado ser más eficaces [8–10].
- Prevenga los trastornos de la pigmentación aplicándose a tiempo un protector solar. En caso de cambios en una mancha de la edad, asegúrese de consultar a un dermatólogo.
- Por último, los suplementos nutricionales pueden ser un complemento útil a los cuidados tópicos clásicos, y también debe procurarse que haya suficiente humedad en la habitación y una ingesta diaria adecuada de líquidos.
Literatura:
- Raab W, Kindl U: Cosméticos de cuidado. Una guía. Wissenschaftliche Verlagsgesellschaft mbH Stuttgart, 5ª edición 2012. ISBN 978-3-8047-2761-8.
- Wassilew SW: Prurito: un quid diagnóstico y terapéutico. Dtsch Arztebl 2002; 99: A-1096 / B-930 / C-874. www.aerzteblatt.de/archiv/31283/Juckreiz-Eine-diagnostische-und-therapeutische-Crux (consultado en diciembre de 2013).
- Kafi R, et al: Mejora de la piel naturalmente envejecida con vitamina A (retinol). Arch Dermatol 2007; 143: 606-612.
- Bellemère G, et al: Acción antienvejecimiento del retinol: de lo molecular a lo clínico. Skin Pharmacol Physiol 2009; 22: 200-209.
- Mukherjee S, et al: Retinoides en el tratamiento del envejecimiento cutáneo: una visión general de la eficacia clínica y la seguridad. Intervenciones clínicas en el envejecimiento 2006; 1: 327-348.
- Imhof M, Kühne U: Tratamiento de la piel senil elastótica con Hyal ACP®. Medicina Cosmética 2013; 3: 122-124.
- Heinrich U: Ensayos clínicos de complementos alimenticios. Medicina Cosmética 2013; 5: 192-195.
- Aksamitova H, Holcová S, Hladicová M: Efecto antienvejecimiento y tolerabilidad cutánea de una combinación multivalente de principios activos en una emulsión W/O. Medicina Cosmética 2013; 4: 172-177.
- Grether-Beck S, et al: Urea más ceramidas y vitaminas: Estudios sobre la mejora de un externum que contiene urea mediante la adición de ceramidas y vitaminas. Dermatologist 2008; 59: 717-723.
- Draelos ZD: Los últimos enfoques cosmecéuticos para el antienvejecimiento. J Cosmet Dermatol 2007; 6: 2-6.
Práctica dermatológica 2014; 24(1): 10-14