Investigadores del Centro de Iluminación de Estado Sólido y Electrónica Energética de la Universidad de California están desarrollando unos LED ultravioletas que pueden utilizarse para descontaminar superficies que hayan estado en contacto con el virus Covid 19.
Mientras se buscan vacunas, terapias y curas en todo el mundo, la desinfección, la descontaminación y el aislamiento son las pocas armas ya disponibles en la lucha contra el coronavirus. Se han logrado resultados prometedores con la ayuda de la luz ultravioleta: La empresa Seoul Semiconductor, miembro de SSLEEC, informó a principios de abril de la “esterilización del 99,9% del coronavirus (COVID-19) en 30 segundos” con sus productos LED UV. Su tecnología se utiliza actualmente para aplicaciones de automoción en lámparas LED UV que esterilizan el interior de vehículos desocupados.
Como tecnología, la desinfección con luz ultravioleta existe desde hace tiempo. Incluso antes del estallido de la pandemia COVID-19, los científicos de materiales del SSLEEC ya estaban trabajando en el desarrollo ulterior de la tecnología LED UV-C. La desinfección portátil y rápida del agua era una de las principales aplicaciones que los investigadores tenían en mente cuando desarrollaron su tecnología LED UV-C. La durabilidad, la fiabilidad y el pequeño factor de forma de los diodos desempeñarían un papel crucial en las zonas menos desarrolladas del mundo, donde no se dispone de agua limpia. La aparición de la pandemia de COVID-19 ha añadido otra dimensión. Los rayos UV-A y UV-B -los tipos que recibimos habitualmente en la Tierra gracias al sol- tienen usos importantes, pero el poco común UV-C es la luz ultravioleta preferida para purificar el aire y el agua e inactivar los microbios. Sólo pueden generarse mediante procesos artificiales. “La luz UV-C en el rango de 260 a 285 nm, que es el más relevante para las tecnologías de desinfección actuales, también es perjudicial para la piel humana. Por ello, actualmente se utiliza sobre todo en aplicaciones en las que no hay nadie presente en el momento de la desinfección”, explicó Christian Zollner, estudiante de doctorado de la Universidad de California.
La Organización Mundial de la Salud advierte contra el uso de lámparas de desinfección UV para desinfectar las manos u otras zonas de la piel: incluso una breve exposición a la luz UV-C puede provocar quemaduras y daños oculares. Según Zollner, “se necesitan muchos avances tecnológicos para que el LED UV desarrolle todo su potencial en términos de eficacia, coste, fiabilidad y vida útil”. Además de la UV-C para el tratamiento del agua, la luz UV-C podría integrarse en sistemas que se enciendan cuando no haya nadie presente, dijo Zollner. “Sería una forma rentable, sin productos químicos y cómoda de limpiar espacios públicos, comerciales, personales y médicos”.
Fuente: Universidad de California, Santa Bárbara (EE.UU.), www.news.ucsb.edu
DERMATOLOGIE PRAXIS 2020; 30(2): 21 (publicado el 24.4.20, antes de impresión).