El síndrome de burnout es omnipresente en el mundo médico. La mayor encuesta jamás realizada sobre el tema hace que uno se siente y tome nota: Dos tercios de todos los oncólogos jóvenes europeos muestran signos de agotamiento. ¿Y ahora qué?
Jóvenes oncólogos de Europa respondieron al Inventario de Burnout de Maslach (MBI) validado y a otras preguntas sobre el trabajo y la vida privada en el transcurso del estudio. Todo ello corrió a cargo de la ESMO, y el cuestionario en línea también estaba disponible en su página web.
El MBI examina las dimensiones de “agotamiento emocional”, “despersonalización” y “reducción del rendimiento personal”. Algunos ejemplos de preguntas se muestran en el resumen 1.
La “despersonalización” incluye cambios en la sensación habitual de la personalidad, por ejemplo, una experiencia corporal alterada en el sentido de “estar al lado de uno mismo” (ser un extraño para uno mismo) o un embotamiento emocional cuando se comunica un diagnóstico.
Dos tercios están afectados
Del total de 737 encuestas de 40 países europeos se desprende el siguiente panorama: Oncólogos menores de 40 años (n=595)
- mostraron signos de burnout en el 71% de los casos, incluyendo un 50% en el subdominio “despersonalización” (significativamente más común en los hombres), un 45% de “agotamiento emocional” y un 35% de “reducción del rendimiento” (más común en el grupo de edad de 26-30 años).
- querían apoyo psicosocial para el burnout durante la formación en el 22% de los casos, pero no encontraron ofertas correspondientes en el hospital activo en el 74%.
- eran centroeuropeos (Alemania, Austria, Suiza, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Rumanía, Bulgaria) en el 84% de los casos de burnout, el burnout era más raro en Europa del Norte (Escandinavia, Dinamarca, Gran Bretaña, Irlanda) con todavía un 52%. En medio se encontraban los países del Benelux y de Europa del Este y Francia. España, Italia y el sudeste de Europa también rozaron el límite superior. En general, las diferencias regionales fueron significativas.
La región, un equilibrio trabajo-vida personal desfavorable, la falta de acceso a servicios de apoyo, vivir sola y un tiempo de vacaciones inadecuado resultaron ser factores de riesgo independientes del burnout en el análisis multivariable (p<0,05).
¿Posibles soluciones? ¡Incorrecto!
Las consecuencias nocivas son claras: el enfermo de burnout no sólo se pone en peligro a sí mismo, sino también a los pacientes a los que trata [1]. El burnout afecta a la calidad del tratamiento, a la satisfacción personal con la profesión médica y al conjunto de la vida privada. Un primer paso indirecto sería proporcionar servicios de apoyo en las clínicas para quienes corren el riesgo de sufrir burnout, pero mucho más importante es un equilibrio adecuado entre la vida laboral y personal y el tiempo de vacaciones. Esto podría prevenir el desarrollo del agotamiento.
En última instancia, la cuestión paradójica sigue siendo cómo satisfacer en el futuro la inmensa demanda de atención médica -especialmente en el ámbito oncológico- con los limitados recursos humanos sin poner en peligro la salud de estos “recursos”. Además, hay aspectos económicos que están llevando cada vez más al sistema médico a sus límites. Sólo las soluciones y los modelos para la sociedad en su conjunto podrían proporcionar un remedio sostenible. Suiza no escapa a la cuestión, al contrario: es uno de los países con mayor número de médicos jóvenes afectados por el burnout.
No sólo Europa, sino también Estados Unidos están familiarizados con el problema, aunque de forma ligeramente debilitada (45% con burnout) [2]. Según una encuesta de la ASCO [3], sólo un tercio de los oncólogos están satisfechos con el equilibrio entre su vida laboral y personal, menos que en el resto de especialidades médicas. Otros tantos dijeron que querían reducir su carga de trabajo en los próximos doce meses o incluso dejar su empleo (por supuesto, aquí había una conexión con la insatisfacción con el equilibrio entre vida laboral y familiar). Algunos aspiraban a jubilarse antes de los 65 años.
Ahora bien, podría pensarse que el problema es un fenómeno del pasado reciente y que, por tanto, aún no ha llegado a la conciencia general de los empresarios y los políticos. No es así: las publicaciones llevan casi 30 años señalando [4] que los oncólogos en particular representan un grupo profesional vulnerable. Observando los resultados del nuevo estudio, parece que no ha ocurrido demasiado desde entonces. Sólo los grandes congresos de oncología ASCO y ESMO se toman en serio su responsabilidad y dedican más conferencias al tema año tras año. Mientras tanto, las tasas de burnout entre los profesionales médicos siguen aumentando (mientras que en otros lugares tienden a disminuir) [5].
En pocas palabras
- Más de dos tercios de los oncólogos jóvenes de Europa muestran signos de agotamiento.
- Esto no sólo les pone en peligro a ellos, sino también a los pacientes.
Fuente: Banerjee S, et al.: Professional burnout in European young oncologists: results of the European Society for Medical Oncology (ESMO) Young Oncologists Committee Burnout Survey. Ann Oncol 2017; 28(7): 1590-1596.
Literatura:
- Shanafelt TD, et al: Burnout y errores médicos entre los cirujanos estadounidenses. Ann Surg 2010 Jun; 251(6): 995-1000.
- Shanafelt TD, et al: Burnout y satisfacción profesional entre los oncólogos estadounidenses. J Clin Oncol 2014 mar 1; 32(7): 678-686.
- Shanafelt TD, et al: Satisfacción con el equilibrio entre la vida laboral y personal y los planes de carrera y jubilación de los oncólogos estadounidenses. J Clin Oncol 2014 abr 10; 32(11): 1127-1135.
- Whippen DA, Canellos GP: Síndrome de burnout en la práctica de la oncología: resultados de una encuesta aleatoria a 1.000 oncólogos. J Clin Oncol 1991 Oct; 9(10): 1916-1920.
- Shanafelt TD, et al: Cambios en el burnout y la satisfacción con el equilibrio trabajo-vida en los médicos y la población trabajadora general de EE.UU. entre 2011 y 2014. Mayo Clin Proc 2015 dic; 90(12): 1600-1613.
InFo ONCOLOGÍA Y HEMATOLOGÍA 2018; 6(3): 3-4