En conversación con la Dra. med. Barbara Hochstrasser y el Prof. Dr. iur. Ueli Kieser se ocupa del significado del burnout desde un punto de vista médico y jurídico. Además, se discuten las consecuencias asociadas para el médico en ejercicio.
Desde una perspectiva médica y jurídica, ¿cómo percibe el debate actual sobre el burnout en comparación con el de hace cinco años; se reconoce el burnout como una enfermedad o todavía se percibe a menudo como una “construcción de moda”?
Dr. Hochstrasser: El debate sobre el burnout se ha vuelto más objetivo en los últimos años, ya que los expertos y especialmente los medios de comunicación sitúan cada vez más el tema en el contexto de la depresión y otros trastornos mentales. De hecho, el burnout es reconocido como un problema por la medicina y cada vez más también por los empresarios. El debate actual se centra en la clasificación del burnout. En la clasificación oficial, el burnout todavía no se clasifica como un trastorno mental específico, sino más correctamente como un síndrome que incluye varios componentes sintomáticos y que puede dar lugar a enfermedades secundarias, por ejemplo, la depresión.
Prof. Kieser: Desde una perspectiva puramente de derecho de seguros, el burnout todavía no está reconocido como una enfermedad. A este respecto, desde un punto de vista jurídico, nada ha cambiado en los últimos años.
El diagnóstico de burnout se asocia a diversas consecuencias para el paciente en los distintos ámbitos de su vida (trabajo, familia, finanzas, etc.). ¿Cuáles son las tareas centrales del médico adjunto en la atención a los pacientes con burnout?
Dr. Hochstrasser: Aunque el burnout no representa un diagnóstico de enfermedad específico clasificado en la CIE-10, sino que se entiende como un síndrome, el estado asociado a él sí tiene valor de enfermedad. Es decir, la persona afectada sufre, se ve limitada en sus funciones cotidianas y necesita un tratamiento profesional adecuado. Además de la atención puramente médica del paciente con burnout para que recupere la salud, una tarea importante del médico tratante es considerar sistémicamente las causas y consecuencias del burnout en las áreas afectadas de la vida, como la situación profesional, familiar y financiera. El objetivo último del tratamiento es capacitar al paciente con burnout para que pueda hacer frente a las consecuencias y desarrollar una forma de vida diferente en los distintos ámbitos. Lo ideal es que el médico adjunto asuma el papel de coordinador en el marco de la atención interdisciplinar al paciente.
El agotamiento por enfermedad suele repercutir en la situación laboral del paciente, lo que da lugar a problemas de derecho laboral para el paciente y el empleador. ¿En general, el burnout representa un nuevo problema jurídico o sus efectos están claramente regulados por el derecho laboral?
Prof. Kieser: El burnout no representa un nuevo problema jurídico porque los casos de burnout siempre se han asignado a una indicación médica, por ejemplo, a la depresión u otras dolencias psicológicas. Sin embargo, existe cierto temor entre las compañías de seguros de que el síndrome de burnout pueda ser el próximo “gran” diagnóstico, lo que podría dar lugar a una reclamación de prestaciones al seguro y, por tanto, a un riesgo de abuso.
¿Cuáles son los principales requisitos para que el seguro cubra las limitaciones psicológicas, por ejemplo en forma de burnout?
Prof. Kieser: Eso es fácil de decir: debe haber un deterioro de la salud en el origen debido a una enfermedad o un accidente. Y el deterioro de la salud debe conllevar una restricción de la capacidad para trabajar. El problema del agotamiento es que no se acepta como tal como una limitación de la salud. Es decir, ya no existe el punto de partida para las prestaciones del seguro. Esto es diferente, por ejemplo, en el caso de una depresión o un trastorno de ansiedad: naturalmente, se considera una deficiencia de salud y, por tanto, las compañías de seguros la reconocen cuando se trata de prestaciones por incapacidad laboral (por ejemplo, subsidios diarios).
¿Qué debe tenerse en cuenta en general a la hora de informar sobre una enfermedad y regular la relación laboral del paciente? ¿Cuál es el papel del médico adjunto?
Dr. Hochstrasser: Ante todo, el médico tratante tiene la tarea de definir la capacidad de resistencia junto con el paciente, teniendo en cuenta su estado de salud. Es conveniente que el paciente esté acompañado por el médico antes y durante las conversaciones con el empresario. En el marco de este seguimiento, el médico debe hacer recomendaciones sobre el posible rendimiento laboral, el tipo de trabajo y las posibles fuentes de peligro para el paciente.
¿Qué áreas problemáticas existen y qué consejos puede dar a los médicos que atienden a pacientes con burnout en relación con la cooperación con las aseguradoras?
Dr. Hochstrasser: Hay que tener en cuenta básicamente dos aspectos. En primer lugar, hay que aclarar la cuestión de la cobertura de los costes por parte de la aseguradora, especialmente para las estancias hospitalarias. La aseguradora sólo cubre los gastos si existe un diagnóstico médico claro. Dado que el burnout no corresponde a un diagnóstico de enfermedad, debe existir y diagnosticarse una comorbilidad psiquiátrica para que la aseguradora cubra los gastos. La mayoría de los casos graves de burnout presentan una comorbilidad psiquiátrica en forma de depresión, trastorno de ansiedad o neuroastenia (fatiga crónica).
El segundo aspecto se refiere a la preparación de informes de seguro por parte del médico tratante, por ejemplo en forma de créditos de costes o de ampliación de los mismos. Es crucial que, además de los síntomas, el médico ofrezca una descripción lo más detallada y concreta posible de la actuación del paciente. Además, se recomienda buscar la comunicación directa y personal con los gestores de casos responsables de las cajas de enfermedad o aseguradoras de subsidios diarios o funcionarios de IV.
Prof. Kieser: Lo importante es: el médico debe redactar los informes y peritajes a la atención de la compañía de seguros de la forma más comprensible posible, para que un lego en medicina pueda entenderlos. El problema básico es que gran parte de lo que hay que evaluar jurídicamente está escrito en un lenguaje que los abogados no entienden. El médico siempre debe ser consciente de que un abogado está leyendo el dictamen pericial o el certificado del médico. De lo contrario, se corre el riesgo de que el diagnóstico no pueda clasificarse legalmente con las correspondientes consecuencias para el caso, es decir, que pueda denegarse una aprobación de costes. Además, la palabra “burnout” no debe utilizarse en los informes, ya que el burnout no está reconocido como una enfermedad; por lo tanto, desde un punto de vista médico, siempre se trata de hacer un diagnóstico médico (si se dispone de él).
¿Qué debe tenerse en cuenta desde el punto de vista médico y jurídico cuando un paciente con burnout vuelve al trabajo?
Dr. Hochstrasser: La vuelta al trabajo de un paciente no debe ser demasiado temprana, debe ser gradual y depender siempre de la capacidad de recuperación del paciente. El médico tratante tiene la importante tarea de informar y sensibilizar claramente al empresario a este respecto. La experiencia demuestra que el paciente necesita al menos el mismo tiempo que estuvo incapacitado para el trabajo para recuperar su plena capacidad.
Prof. Kieser: Por parte del paciente, al empezar un nuevo trabajo, suele haber un cuestionario de salud que deben rellenar las compañías de seguros, que en cualquier caso debe rellenarse correctamente: esa es la recomendación más importante en este contexto. Desde el punto de vista de la ley de seguros, el principal problema suele ser que la nueva compañía de seguros pueda hacer una reserva. Otro problema puede ser que, después de empezar a trabajar, vuelva a surgir un problema de salud relacionado con la enfermedad anterior, de modo que el fondo de pensiones del nuevo empleador pueda argumentar que el empleado venía con una enfermedad preexistente que no está cubierta por este fondo de pensiones.
Dos profesiones (abogados y médicos) trabajan juntas de forma transversal y toman decisiones sobre el paciente aunque tengan poco conocimiento de la otra profesión. ¿Cómo puede hacer justicia al paciente?
Prof. Kieser: El problema es que los médicos y los abogados aplican normas diferentes, por lo que las perspectivas médica y jurídica suelen divergir en cuestiones importantes. Hoy en día, las leyes están diseñadas de tal manera que las obligaciones a cumplir son limitadas en muchos casos. Un médico trata y está convencido desde el punto de vista médico de que el tratamiento es correcto y adecuado. Sin embargo, la compañía de seguros toma nota de la determinación del médico y determina la obligación de pagar las prestaciones únicamente sobre la base de la normativa legal. Sería tarea del legislador considerar si la opinión médica debe tener más peso que la jurídica en cuestiones de deber de socorro. Por eso es importante que médicos y abogados mantengan el diálogo y aprendan unos de otros.
¿Qué información y recursos puede recomendar a los médicos que quieran saber más sobre el burnout y la legislación laboral?
Dr. Hochstrasser: Existen numerosas plataformas de información en Internet, tanto para los profesionales médicos como para los pacientes. Por ejemplo, las plataformas www.swissburnout.ch para profanos, se recomiendan www.burnoutexperts.ch.
para profesionales médicos y www.stress-no-stress.ch sobre el tema de la gestión del estrés. Además, el 14 de noviembre de 2013 se celebrará en Berna una gran conferencia de expertos para profesionales. Encontrará información sobre el evento en www.burnoutexperts.ch.
Prof. Kieser: Desgraciadamente, en la actualidad no existe ningún manual jurídico para médicos sobre el tema que aborde los problemas y las posibles soluciones en torno al burnout. Los médicos pueden encontrar útiles los libros jurídicos del Observador www.beobachter.ch, ya que explican las cuestiones legales de forma sencilla.