Los sistemas AID (Automated Insulin Delivery) se utilizan cada vez más para la dosificación automatizada o semiautomatizada de insulina en el tratamiento de la diabetes tipo 1. Mediante la tecnología de bombas y sensores vinculada a algoritmos de control, los sistemas AID pueden ayudar a conseguir un estado metabólico estable y normoglucémico, reducir el riesgo de descarrilamientos metabólicos graves agudos y mejorar significativamente el control de la glucosa en la diabetes tipo 1.
Un buen ejemplo de sistema de ayuda semiautomatizado lo ofrece el proyecto de investigación “KidsApp” para niños de hasta siete años. Al mismo tiempo, llena un vacío en el tratamiento. Las bombas automáticas que regulan la administración de insulina en la diabetes tipo 1 han estado disponibles hasta ahora principalmente para niños mayores y adolescentes. En este proyecto han colaborado varios centros de estudio europeos, entre ellos la Universidad de Cambridge y las Universidades de Medicina de Innsbruck, Graz y Viena (A). El sistema de bucle cerrado (AID), que se probó en 74 niños de entre 1 y 7 años, funciona a través de CamAPS FX, una aplicación desarrollada en la Universidad de Cambridge, conectada a un sensor de glucosa para la medición continua de la glucosa y a una bomba de insulina a modo de páncreas artificial. En función de los valores de glucosa registrados y previstos, la cantidad de insulina administrada se ajusta automáticamente. Los niños pequeños con diabetes de tipo 1 suelen tener marcadas fluctuaciones de glucosa en sangre y, por lo tanto, corren un alto riesgo de sufrir niveles peligrosamente bajos de glucosa en sangre (hipoglucemia), que pueden provocar pérdida de consciencia y convulsiones, así como niveles peligrosamente altos de glucosa en sangre (hiperglucemia), que aumentan el riesgo de descarrilamientos metabólicos agudos graves y el desarrollo de cetoacidosis diabética. La glucemia de los niños debe medirse varias veces a lo largo del día. Para garantizar que las necesidades de glucosa e insulina se ajustan de forma segura y sin lagunas, los cuidadores administran la insulina a los niños durante las comidas. El resto del tiempo, el algoritmo garantiza que se alcance el valor objetivo de glucosa programado (normalmente 100 mg/dl) y que se mantenga estable. Esto supondrá un alivio importante para las familias.
Para comprobar la seguridad y eficacia del sistema híbrido de AID, se comparó en un estudio con la terapia de bomba de insulina asistida por sensor. Los niños participantes utilizaron primero el sistema controlado por app durante 16 semanas y después la terapia convencional con bomba de insulina asistida por sensor durante 16 semanas. El análisis de los datos mostró que el tiempo en el intervalo objetivo de glucosa (70-180 mg/dl) podía incrementarse significativamente con el sistema semiautomatizado AID. Los niveles de glucosa de los niños se mantuvieron en el intervalo objetivo durante 125 minutos más al día. El resultado fue una reducción del valor de HbA1c del 0,7% en los pacientes jóvenes que ya estaban bien controlados. Además, el tiempo con niveles elevados de glucosa en sangre se redujo en 9 puntos porcentuales. La mejora del control de la glucosa se produjo sin un aumento de la hipoglucemia.
Los sistemas AID se encaminan hacia la terapia estándar
Se calcula que en algo menos de 9 años el 50% de los pacientes con diabetes tipo 1 utilizarán un sistema de DAI, y en unos 17 años hasta el 90%, explicó el Dr. Jens Kröger, diabetólogo de Hamburgo y presidente de diabetesDE – Deutsche Diabeteshilfe. Incluso los niños muy pequeños, menores de siete años, pueden beneficiarse de sistemas como CamAPS FX. Sin embargo, las pruebas son mayores para los adultos y los niños y adolescentes mayores de siete años.
En principio, los sistemas de AID deberían ofrecerse a todos los pacientes con diabetes tipo 1, pero especialmente a las personas con un control de la glucosa subóptimo, hipoglucemia problemática y/o una variabilidad significativa de la glucosa y una calidad de vida reducida (Tabla 1 ). Los sistemas también eran adecuados para personas con niveles de hipoglucemia grave de moderados a altos y con desconocimiento de la hipoglucemia (Tabla 2).
Los sistemas individuales difieren en cuanto a su vida útil por sensor y el tipo de algoritmo. No todos tienen una salida de bolo de corrección. Los sistemas AID pueden tener un impacto favorable en el pronóstico porque funcionan para la mayoría de las personas con diabetes tipo 1, aunque todavía no pueden predecir su eficacia. Además, no existen diferencias claras entre los individuos con un control glucémico óptimo/subóptimo en cuanto al efecto. Sin embargo, una menor duración de la diabetes y un mayor nivel educativo son ventajosos para el pronóstico. Además, el éxito depende de la configuración individualizada y también de la atención al paciente.
Sistemas de ayuda no exentos de formación
Por parte de los proveedores de asistencia sanitaria, según Kröger, deben reconocerse y superarse los posibles prejuicios sociales y/o raciales existentes con respecto a las características individuales, familiares y psicológicas necesarias para un uso eficaz de los sistemas de ayuda. Sólo así se podrá garantizar un acceso justo y equitativo a los sistemas de ayuda. Los pacientes necesitan formación previa en autocontrol general de la diabetes, conocimientos básicos sobre la bomba de insulina y la terapia rtCGM, una introducción técnica individualizada al sistema y cuidados de seguimiento. Esto es importante, entre otras cosas, porque las dificultades para tratar con el sistema de ayuda suelen estar detrás de la interrupción de la terapia. Entre ellas se incluyen, por nombrar algunas, problemas para calibrar el sensor, demasiadas alarmas, que el sistema interfiera por la noche o que se invierta demasiado tiempo. Las ideas sobre el éxito de la terapia también son diferentes. El predicado “exitoso” podría referirse a un TIR >70%, al valor de HbA1c, a la evitación de episodios hipoglucémicos graves o también a un funcionamiento psicosocial positivo. Según Kröger, en este caso el éxito no debe definirse únicamente por los parámetros clínicos.
Congreso: DDG 2022
CARDIOVASC 2022; 21(3): 28-29