Un estudio realizado en Escocia muestra que los futbolistas profesionales tienen un riesgo 3,5 veces mayor de desarrollar una enfermedad neurodegenerativa en la edad adulta en comparación con la población general. Los jugadores en posiciones defensivas llegaron a quintuplicar el riesgo. Se cree que la causa son las contusiones repetitivas en la cabeza, que de forma acumulativa pueden provocar una encefalopatía traumática crónica. Como consecuencias derivadas de los datos, podrían debatirse en el futuro medidas especiales de protección, por ejemplo en la formación, ya que la exposición era especialmente elevada en este caso.
Hace dos años, un estudio de cohortes realizado en Escocia [3] demostró que los futbolistas profesionales presentan tasas de mortalidad significativamente más elevadas por enfermedades neurogenerativas (enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer y otras demencias) y enfermedades motoneuronales como la ELA que los grupos de comparación de la población general. En general, los futbolistas profesionales tenían tres veces más probabilidades de presentar diagnósticos neurodegenerativos principales en su certificado de defunción (1,7% frente a 0,5%). En aquel momento, sin embargo, varias preguntas habían quedado sin respuesta. Por lo tanto, esta cohorte retrospectiva (formada por 7.676 ex futbolistas profesionales y más de 23.000 sujetos de control de la población general emparejados por edad, sexo y estatus social) se analizó ahora más a fondo [1]. Por primera vez, se identificaron posibles asociaciones del riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas en relación con la posición en el campo de los futbolistas, la duración de su carrera profesional y las cohortes de nacimiento. El tiempo total de seguimiento fue de 1.812.722 personas-año. Además de las estadísticas de defunción (certificados de defunción), el diagnóstico se estableció vinculando los datos individuales de salud mental, hospitalización y prescripción de medicamentos del registro sanitario de Escocia.
Como resultado, se identificó una enfermedad neurodegenerativa en 386 de 7.676 ex futbolistas profesionales (5%) y 366 de 23.028 controles emparejados (1,6%) (HR 3,66; p<0,001). Los jugadores en posiciones defensivas fueron los más afectados, por un factor de 5 (HR 4,98). Los porteros no presentaron un riesgo significativamente mayor en comparación con la población general (HR 1,83; p=0,08). La duración de la carrera profesional también fue decisiva: el riesgo era mayor con una carrera profesional de más de 15 años (HR 5,2; p<0,001). En cuanto a las cohortes de nacimiento, el riesgo era similar para todos los jugadores nacidos entre 1910 y 1969.
Los autores consideran que los resultados confirman la hipótesis de que los traumatismos craneoencefálicos repetidos, aunque no hayan sido traumas craneoencefálicos graves, pueden aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas o la llamada encefalopatía traumática crónica (ETC), ya que los jugadores en posiciones defensivas tenían un riesgo significativamente mayor que otros jugadores de campo. La correlación con la duración de la carrera sugiere la importancia de la exposición acumulativa.
Los autores subrayan que la época de juego no influyó en los resultados, aunque el material del balón se modificó en el transcurso del siglo XX: Con idéntico peso en seco, la cubierta de cuero de los balones fue sustituida por una cubierta sintética que ya no puede absorber el agua. Sin embargo, los datos actuales no nos permiten afirmar si esta ventaja material ha tenido un impacto en el riesgo de ETC, ya que se pudieron incluir en el estudio muy pocos jugadores que hubieran jugado exclusivamente en la era de los balones sintéticos.
Además, otro estudio, pero sobre fútbol americano [2], demostró lo elevado que es en realidad el número de contusiones craneales por jugador y temporada: ¡se trata de una mediana de 415 (IQR 190-727) impactos! Curiosamente, la exposición fue mayor en el entrenamiento que en la competición, incluso en el deporte amateur. Los autores ven claras implicaciones para la prevención y el desarrollo de estrategias de protección de la cabeza. “La encefalopatía traumática crónica (ETC) causada por traumatismos craneoencefálicos leves repetidos en deportes como el boxeo, el fútbol americano, el rugby o el hockey sobre hielo es siempre objeto de debate”, explica el Dr. Hans-Christoph Diener, responsable de prensa de la DGN. “Por lo tanto, las medidas de protección pueden tener mucho sentido y ya se han establecido en muchos deportes de alto riesgo. A la vista de los datos, la protección de la cabeza debe considerarse ahora también en el fútbol. Podría tratarse de cascos amortiguadores u otros desarrollos novedosos, como un dispositivo especial de protección contra impactos aprobado por la FDA este año [4]. ” roman
Literatura
[1] Russell ER, Mackay DF, Stewart K et al. Asociación de la posición en el campo y la duración de la carrera con el riesgo de enfermedad neurodegenerativa en ex futbolistas profesionales masculinos. JAMA Neurol 2021; 78 (9): 1057-1063 doi: 10.1001/jamaneurol.2021.2403.
[2] McCrea MA,Shah A,Duma S et al. Oportunidades para la prevención de la conmoción cerebral y la exposición a impactos repetitivos en la cabeza en jugadores de fútbol universitario: un estudio del Consorcio de Evaluación, Investigación y Educación sobre la Conmoción Cerebral (CARE). JAMA Neurol 2021 Mar 1; 78(3): 346-350 doi: 10.1001/jamaneurol.2020.5193.
[3] Mackay DF, Russell E, Stewart K et al. Mortalidad por enfermedades neurogenerativas entre ex futbolistas profesionales. NEJM 2019; 381 (19): 1801-1808 doi:10.1056/NEJMoa1908483
[4] COMUNICADO DE PRENSA DE LA FDA: La FDA autoriza la comercialización de un novedoso dispositivo que ayuda a proteger el cerebro de los atletas durante los impactos en la cabeza. 26 de febrero de 2021. https://www.fda.gov/news-events/press-announcements/fda-authorizes-marketing-nov…