Una y otra vez, diversas sustancias son alabadas como “agentes anticancerígenos”, tanto en los círculos científicos como en la prensa profana. Un simposio en el congreso de la ASCO de este año en Chicago estuvo dedicado a este tema. ¿Existen pruebas científicas para tomar aspirina, vitamina D o metformina para prevenir el cáncer?
(ee) Existe un gran interés por utilizar sustancias ya existentes como “agentes anticancerígenos”. Las sustancias que se han estado utilizando durante mucho tiempo tienen importantes ventajas, como perfiles de seguridad y toxicidad conocidos y costes más bajos en comparación con las sustancias de nuevo desarrollo.
La metfomina, el ácido acetilsalicílico, los betabloqueantes, el ácido fólico y la vitamina D, entre otros, están siendo estudiados por sus efectos anticancerígenos. Este tipo de análisis suelen estar motivados por estudios observacionales o epidemiológicos que demuestran que las personas que toman la sustancia activa respectiva o que no conocen la sustancia activa en cuestión tienen más probabilidades de tomarla. Se reduce el riesgo de cáncer o de mortalidad por cáncer. A menudo, sin embargo, estas observaciones no pueden verificarse debido a fallos metodológicos en los estudios originales. La doctora Pamela Jean Goodwin, de Toronto (Canadá), y John Baron, de la Universidad de Carolina del Norte (EE UU), presentaron los datos actuales sobre diversas sustancias.
Metformina
La metformina es una sustancia de administración oral para el tratamiento de la diabetes de tipo 2 que mejora el metabolismo de la glucosa. Hubo un verdadero bombo publicitario sobre la metformina como agente anticancerígeno, basado principalmente en datos de estudios observacionales. En principio, la metformina podría tener un efecto anticancerígeno directo (independiente de la insulina) o indirecto (al reducir los niveles de glucosa e insulina) [1]. En varios metaanálisis, el uso de metformina se asoció a un menor riesgo de cáncer colorrectal, cáncer de mama, cáncer de páncreas y carcinoma hepatocelular. Otros estudios demostraron que los diabéticos tratados con metformina presentaban una mortalidad específica por cáncer y global más baja que los diabéticos que no tomaban metformina. Sin embargo, el tiempo de seguimiento fue muy corto en la mayoría de los estudios, sólo en cinco superó los 2,5 años.
La mejor prueba es la asociación con el cáncer de mama [2]. Chlebowsi et al. encontró una menor incidencia de cáncer de mama en las mujeres diabéticas que habían recibido metformina que en las mujeres no diabéticas y las diabéticas que habían sido tratadas sin metformina. Además, existen pruebas de que las mujeres que han tomado metfomin y que ya padecen cáncer de mama tienen una mayor tasa de respuesta a la terapia neoadyuvante contra el cáncer que otras mujeres. La hipótesis de que la metformina puede mejorar los resultados del cáncer de mama se está probando actualmente en un ensayo de fase III: Alrededor de 3700 pacientes con cáncer de mama en fase inicial están recibiendo metformina o placebo durante cinco años, además de la terapia estándar. Se esperan resultados en tres años.
Aunque existen algunos estudios que relacionan la metformina con un menor riesgo de cáncer, las deficiencias formales de los estudios correspondientes son grandes. Por el momento, la metformina no puede recomendarse como agente anticancerígeno, ni para la prevención ni para el tratamiento del cáncer. El posible efecto anticancerígeno de la metformina se está investigando actualmente en otros dos estudios de fase III, además del estudio sobre el cáncer de mama ya mencionado. En el primero, los pacientes con cáncer de próstata en fase inicial recibirán metformina o placebo, siendo el criterio de valoración el tiempo transcurrido hasta la progresión de la enfermedad. En el segundo, se investiga el efecto quimiopreventivo de la metformina con respecto al carcinoma de endometrio. Se reclutan mujeres con sobrepeso o altos niveles de insulina.
Vitamina D
La vitamina D se absorbe en el intestino y también se produce en la piel bajo la influencia de la luz solar. El interés por la vitamina D como agente anticancerígeno se debe principalmente a estudios medioambientales que demostraron que la incidencia del cáncer era mayor en los países con baja exposición al sol que en los países cercanos al ecuador. Además de la escasa exposición al sol, la ingesta insuficiente de vitamina D y los bajos niveles de vitamina D en sangre también se han asociado a un mayor riesgo de cáncer. Hace dos años, el Instituto de Medicina revisó la literatura existente y postuló que no existe ninguna conexión entre la vitamina D y el riesgo de cáncer [3].
La mayoría de los estudios existentes que examinan los niveles sanguíneos de vitamina D y el riesgo de cáncer se centran en tipos de cáncer individuales. Se detectó un mayor riesgo de cáncer con niveles bajos de vitamina D en los casos de cáncer de páncreas, cáncer colorrectal y cáncer de mama. Pocos estudios han investigado el efecto de los suplementos de vitamina D sobre el riesgo de cáncer; los resultados son contradictorios. También es controvertido si la administración de vitamina D puede influir positivamente en el pronóstico de un cáncer ya existente.
Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos
Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) inhiben la proliferación y aumentan la apoptosis in vitro. Varios estudios observacionales y de casos y controles demostraron que el uso regular de ácido acetilsalicílico reduce el riesgo de cáncer colorrectal. Sin embargo, esto requiere que la sustancia activa se tome de forma continuada durante un periodo de tiempo más largo. No son necesarias dosis elevadas, pero es posible que dosis más altas también produzcan una mayor reducción del riesgo. Se necesitan de cinco a diez años (periodo de latencia) antes de que se produzca una reducción demostrable del riesgo. Queda por saber si el riesgo de cáncer disminuye por igual en todas las personas o si el efecto es mayor en determinadas poblaciones de alto riesgo. Sin embargo, no hay que olvidar los efectos secundarios tóxicos del ácido acetilsalicílico. Actualmente no se recomienda como medio de prevención del cáncer.
Fuente: 50ª Reunión Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), del 30 de mayo al 3 de junio de 2014, Chicago
Literatura:
- Dowling RJ, et al: Metformina en el cáncer: retos traslacionales. J Mol Endocrinol 2012; 48(3): R31-43. doi: 10.1530/JME-12-0007. imprimir 2012 jun. Revisión.
- Chlebowski RT, et al: Diabetes, metformina y cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas. J Clin Oncol 2012; 30(23): 2844-2852. doi: 10.1200/JCO.2011.39. 7505. epub 2012 Jun 11.
- Rosen CJ, et al: Los miembros del comité del IOM responden a la directriz de la Sociedad Endocrina sobre la vitamina D. J Clin Endocrinol Metab 2012; 97(4): 1146-1152. doi: 10.1210/jc. 2011-2218. epub 2012 Mar 22.