La medicina complementaria es deseada y utilizada por muchísimas pacientes de cáncer de mama. Para el médico tratante, su manejo competente es una oportunidad de mejorar la terapia oncológica y aumentar el cumplimiento.
Aproximadamente el 40% de todas las pacientes oncológicas y hasta el 80% de las que padecen carcinoma de mama recurren a terapias complementarias [1]. Detrás de esto suele estar la necesidad de volverse activo uno mismo y de tener un efecto positivo en la recuperación o de apoyar al cuerpo tanto como sea posible. “¿Qué puedo hacer yo mismo?” es una pregunta muy común. Mientras tanto, la ciencia en torno a las medidas complementarias se ha desarrollado masivamente y ya podemos probar que algunos métodos y medidas son inocuos en cuanto a su efecto y eficaces en cuanto a aliviar diversos efectos secundarios de la terapia convencional. Para los médicos tratantes, un manejo competente de los métodos complementarios con base científica significa una oportunidad de mejorar la terapia oncológica y aumentar el cumplimiento del paciente.
Terapia integrativa
El concepto integrador de ayuda se basa en el principio salutogenético, el cambio de estilo de vida y la activación de los propios recursos. Además de los aspectos psicológicos y las medidas médicas complementarias de autoayuda (como las compresas o la acupresión), los pilares esenciales son el ejercicio, la nutrición y la relajación.
Mucha gente conoce los principios de una dieta sana con muchas verduras, fruta, productos frescos y fibra, y poca proteína animal. Pero es precisamente nuestra “dieta de la civilización” la que se caracteriza por un exceso de carbohidratos simples, azúcar y grasas y no sólo fomenta la obesidad, sino también de forma subliminal la inflamación crónica, que a su vez está implicada en el desarrollo del carcinoma. En este sentido, es importante concienciar y motivar a los pacientes para que cambien su dieta. Los estudios han demostrado que la reducción de peso por sí sola reduce el riesgo de recidiva del cáncer de mama hasta en un 24% (WINS, Women Intervention Study). En un metaanálisis realizado en 2014 [2], Chan y sus colegas pudieron demostrar que la mortalidad específica por cáncer de mama también aumenta con el incremento del peso corporal.
Pero no sólo la dieta, sino también el ejercicio regular muestran influencias positivas constantes, y no sólo en el control del peso. En 2015, Irwin et al. [3] muestran que con 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, las artralgias eran hasta un 30% menores tras un año de tratamiento con inhibidores de la aromatasa. La prevención a través del deporte está ahora bien documentada y pertenece al asesoramiento complementario. No se trata de convertir a un “teleadicto” en un atleta de élite, sino de concienciar sobre los efectos positivos, por un lado, e integrar las preferencias y posibilidades individuales en un programa adaptado, por otro, para introducir más ejercicio en la vida de forma sostenible.
En el marco de la medicina mente-cuerpo, ahora tenemos muchos conocimientos sobre los efectos positivos, por un lado, en síntomas psicológicos como la depresión y la ansiedad, pero también en dolencias físicas de la terapia antihormonal, la calidad del sueño y la fatiga. Por ejemplo, el Grupo de Trabajo Alemán de Oncología Ginecológica (AGO) recomienda la “reducción del estrés basada en la atención plena” (MBSR) para reducir los síntomas depresivos y mejorar la calidad de vida. En este programa de 8 semanas, los pacientes aprenden a incorporar y poner en práctica aspectos basados en la atención plena en su vida diaria. Zainal et al. [4] pudieron demostrar en un metaanálisis de nueve estudios que la práctica de MBSR tenía un efecto de moderado a grande en la salud mental de las mujeres con cáncer de mama. Mientras tanto, estudios más recientes confirman un efecto positivo adicional sobre la fatiga relacionada con el cáncer. Asimismo, el yoga muestra un buen efecto sobre los efectos secundarios de la terapia. En el metaanálisis de 2012, Harder y sus colegas [5] hallaron un beneficio positivo de la práctica del yoga en los 18 estudios incluidos, y el mayor efecto mostró una mejora de la calidad de vida. El uso de la acupuntura para las náuseas y los vómitos inducidos por la quimioterapia, por ejemplo, cuenta ahora con un alto nivel de recomendación, y también merece la pena probar su uso para la fatiga y los efectos secundarios de la terapia antihormonal. En el trabajo de Witt y Cardoso [6] se puede encontrar una visión general muy agradable con recomendaciones prácticas basadas en pruebas.
Complementos alimenticios
Los complementos alimenticios son uno de los métodos complementarios más utilizados por los pacientes de carcinoma.
La vitamina D ha recibido una atención especial en los últimos años: ahora forma parte de la práctica oncológica diaria. Ahora sabemos que un nivel deficiente de vitamina D puede tener un efecto desfavorable en la evolución de la enfermedad. Dos metaanálisis publicados en 2014 mostraron que las concentraciones séricas bajas de vitamina D se asociaban a un aumento significativo de la mortalidad [7,8]. Por lo tanto, la vitamina D debe controlarse en todos los pacientes y suplementarse si es necesario (objetivo: 40-60 ng/ml o 100-150 mmol/l).
Pero la base científica de otras vitaminas y oligoelementos también ha mejorado notablemente. Por ejemplo, la administración adicional de selenio (selenito de sodio) puede reducir los efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia. El selenio es un oligoelemento esencial y despliega numerosos efectos pleiotrópicos como componente de las selenoproteínas. En este contexto, el selenio tiene efectos antiinflamatorios, antioxidantes y citoprotectores. En un estudio aleatorizado, Kasseroller 2000 [9] descubrió en pacientes con linfedema y antecedentes de erisipela frecuente que la adición de selenito sódico a la fisioterapia reducía la incidencia de erisipela.
En un estudio alemán con 1561 mujeres, Beuth et al. 2016 [10] muestran que las artralgias bajo terapia antihormonal habían mejorado en un 63% estadísticamente significativo tras sólo cuatro semanas de administración de una mezcla de selenio, extracto de lenteja y enzimas.
La situación de los datos para otras vitaminas como la vitamina A o la E sigue siendo contradictoria, por lo que no se puede seguir ninguna recomendación práctica al respecto. La vitamina C, especialmente la vitamina C en dosis altas (hasta 60 g por infusión y más) se considera controvertida. A esta dosis elevada, el ácido ascórbico actúa farmacológicamente como peróxido oxidante (H2O2) en el tejido y, por tanto, se dice que ejerce un efecto citotóxico selectivo sobre las células tumorales. Sin embargo, se necesitan buenos ensayos clínicos para demostrar su eficacia y seguridad. Existe un estudio retrospectivo de 7,5 g/semana para la quimioterapia en curso, que podría demostrar un efecto positivo sobre el síndrome de fatiga y la calidad de vida. Una sustancia interesante es la cúrcuma, que ahora se estudia cada vez más y muestra efectos positivos. En combinación con la pimienta y probablemente en una dosis de al menos 1 g/d, parece reducir los efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia. Se esperan más estudios al respecto.
En principio, la terapia con micronutrientes como complemento de la quimioterapia no debe desaconsejarse siempre que no sea en dosis elevadas. Puede compensar los déficits que puedan haber surgido durante la terapia. Al mismo tiempo, una determinación de la línea de base antes de la suplementación es útil para descubrir cualquier déficit que luego pueda compensarse específicamente.
Terapia del muérdago
Un gran número de pacientes están interesadas en la terapia con muérdago y se calcula que aproximadamente el 16% de todas las pacientes con cáncer de mama en fase inicial utilizan la terapia con muérdago. Ninguna terapia es tan controvertida como la del muérdago. Es probablemente la terapia complementaria mejor estudiada y no atenúa la quimioterapia ni in vivo ni in vitro. Además, ahora tenemos pruebas fehacientes de que el uso adicional de un extracto de muérdago a la terapia oncológica conlleva una mejor calidad de vida, menos fatiga y una mayor tolerabilidad. No hay pruebas de una activación de las células tumorales, como se ha discutido una y otra vez, ni preclínica ni clínicamente en los más de 100 estudios clínicos realizados hoy en día.
Conclusión
Witt y sus colegas pudieron demostrar una mejora de la calidad de vida mediante el uso de medicina complementaria individualizada y compleja en 2015 [11] en un estudio aleatorizado de 275 pacientes con cáncer de mama. En comparación con un seguimiento estándar habitual, las mujeres que fueron acompañadas por la medicina complementaria mostraron valores mejorados de forma estadísticamente significativa al cabo de seis meses.
En resumen, puede decirse que existe una gran demanda de métodos complementarios entre las mujeres con cáncer de mama debido a la necesidad de volverse activas por sí mismas y de apoyar el proceso de recuperación de forma autoeficaz. El aumento de los datos científicos permite hoy en día utilizar con seguridad y eficacia diversas terapias complementarias como complemento de la terapia convencional e influir así favorablemente en el curso de la terapia. El enfoque integrador es una combinación de medicina convencional y complementaria y añade un principio salutogenético al espectro terapéutico. Esto refuerza y promueve la actividad y los recursos propios del individuo en el proceso de curación.
Mensajes para llevarse a casa
- La medicina complementaria para el cáncer de mama es deseada y utilizada por muchísimas mujeres.
- Los pilares esenciales de la terapia integradora son la nutrición, el ejercicio y la relajación (medicina mente-cuerpo).
- El concepto se complementa con la suplementación con micronutrientes, en la que ciertas vitaminas y oligoelementos son de especial importancia.
- La terapia complementaria con muérdago reduce los efectos secundarios y la fatiga y aumenta la calidad de vida.
- El uso competente de métodos complementarios con base científica es una oportunidad para mejorar la terapia oncológica y aumentar el cumplimiento del paciente.
Literatura:
- Horneber M, et al.: Cuántos pacientes con cáncer recurren a la medicina complementaria y alternativa: una revisión sistemática y metaanálisis. Integr Cancer Ther 2012; 11(3): 187-203.
- Chan DS, et al: Índice de masa corporal y supervivencia en mujeres con cáncer de mama: revisión bibliográfica sistemática y metaanálisis de 82 estudios de seguimiento. Ann Oncol 2014; 25(10): 1901-1914.
- Irwin ML, et al: Ensayo aleatorizado de ejercicios para la artralgia inducida por inhibidores de la aromatasa en supervivientes de cáncer de mama. J Clin Oncol 2015; 33(10): 1104-1111.
- Zainal NZ, et al: La eficacia de la reducción del estrés basada en la atención plena en la salud mental de las pacientes con cáncer de mama: un metaanálisis. Psicooncología 2013; 22(7): 1457-1465.
- Harder H, et al: Ensayos controlados aleatorios de intervenciones de yoga para mujeres con cáncer de mama: una revisión bibliográfica sistemática. Support Care Cancer 2012; 20(12): 3055-3064.
- Witt CM, Cardoso MJ: Medicina complementaria e integrativa para pacientes con cáncer de mama – Recomendaciones prácticas basadas en la evidencia. Mama 2016; 28: 37-44.
- Mohr SB, et al.: Metaanálisis de la suficiencia de vitamina D para mejorar la supervivencia de las pacientes con cáncer de mama. Anticancer Res 2014; 34(3): 1163-1166.
- Schöttker B, et al.: Vitamina D y mortalidad: Metaanálisis de los datos de participantes individuales de un gran consorcio de estudios de cohortes de Europa y Estados Unidos: BMJ 2014; 348: g3656.
- Kasseroller RG, Schrauzer GN: Tratamiento del linfedema secundario del brazo con terapia física descongestiva y selenito sódico: una revisión. Am J Ther 2000; 7(4): 273-279.
- Beuth J, et al: Encuesta a gran escala sobre el impacto de la medicina complementaria en los efectos secundarios de la terapia hormonal adyuvante en pacientes con cáncer de mama. In Vivo 2016; 30(1): 73-75.
- Witt CM, et al: Eficacia de un tratamiento adicional individualizado de medicina complementaria multicomponente sobre la calidad de vida relacionada con la salud en pacientes con cáncer de mama: un ensayo pragmático aleatorizado. Breast Cancer Res Treat 2015; 149(2): 449-460.
Para saber más:
- Beuth J, et al: Medicina complementaria sobre los efectos secundarios de la terapia hormonal adyuvante en pacientes con cáncer de mama. In Vivo 2013; 27(6): 869-871.
- Greenlee H, et al: Directrices de práctica clínica sobre el uso de terapias integradoras como cuidados de apoyo en pacientes tratadas por cáncer de mama. J Natl Cancer Inst Monogr 2014; 2014(50): 346-358.
- Johns SA, et al: Ensayo piloto controlado aleatorizado de reducción del estrés basada en la atención plena comparado con apoyo psicoeducativo para supervivientes de cáncer de mama y colorrectal con fatiga persistente. Support Care Cancer 2016; 24(10): 4085-4096.
- Vollbracht C: La administración intravenosa de vitamina C mejora la calidad de vida de las pacientes con cáncer de mama durante la quimio/radioterapia y el postratamiento: resultados de un estudio retrospectivo, multicéntrico y epidemiológico de cohortes en Alemania. In Vivo 2011; 25(6): 983-990.
InFo ONCOLOGÍA Y HEMATOLOGÍA 2017; 5(4): 14-16