n bioquímico capaz de explicar de forma generalmente comprensible, sin un manuscrito ni una presentación en PowerPoint, lo único que es cada ser humano, bien puede calificarse de particularmente dotado. En el congreso de la SGIM en Basilea, el Prof. em. El doctor Gottfried Schatz no sólo cautiva al público, sino que le transmite una sensación de singularidad.
Los seres humanos no son meras máquinas bioquímicas preprogramadas sujetas únicamente a los dictados de la composición genética, sino que tienen en sus manos la posibilidad de provocar cambios para sus vidas y también para sus descendientes, según el mensaje central del antiguo director del Biozentrum de Basilea. “Cada ser humano es un individuo molecular distintivo”, porque el principio supremo de la naturaleza es producir tantos fenotipos como sea posible.
Como explica el Prof. em. Dr. Gottfried Schatz, ¿esta visión optimista? En la riqueza de información de nuestro genoma, no sólo se fija una expresión en cada caso, sino que son posibles multitud de procesos complejos: si se lee el genoma, con qué frecuencia tiene lugar y en qué momento – estas variantes por sí solas son una expresión de esta diversidad. Nuestro genoma está almacenado en el núcleo de cada célula y tiene 3,2 billones de letras, más del 95% de las cuales son genes que aún no podemos reconocer. Gracias a las variantes maternas y paternas, teóricamente podríamos formar más de 50.000 proteínas diferentes. De hecho, la diversidad es mucho mayor a través de procesos posteriores a la lectura, por lo que se pueden crear hasta 70.000 proteínas a partir de un gen a través de la diversidad, según se lea y se modifique químicamente posteriormente.
Además, el entorno puede cambiar los genes: Las mutaciones son reordenamientos de la secuencia de letras como la pérdida o la duplicación. Los cambios epigenéticos son cambios en las propias letras, siendo los más comunes las metilaciones. Nuestro estilo de vida, la dieta, las enfermedades, las drogas e incluso las interacciones sociales dejan huellas de metilación.
“La riqueza de nuestro patrimonio genético no sólo reside en su tamaño, sino también en el virtuosismo con el que hacemos uso de él”, afirmó el Prof. Schatz. Nuestras células cerebrales, por ejemplo, son capaces de cambiar químicamente las proteínas en respuesta a estímulos ambientales. También es interesante observar el fenómeno de que los gemelos idénticos desarrollan cada vez más “peculiaridades” individuales en el transcurso de sus vidas. Esto es un claro indicio de que el medio ambiente puede muy bien influir en la “máquina bioquímica”. Utilizando otros ejemplos de la investigación genética, el Prof. Schatz mostró lo flexibles que son el proyecto y el contenido informativo del genoma de cada especie. El Homo sapiens se encuentra en la cima de la jerarquía. “Los seres humanos, como materia altamente compleja, son un milagro en un universo químicamente primordial. Interpretamos los genes, cada uno de nosotros es un sueño de nuestros genes”.
Fuente: 81ª Reunión Anual de la SGIM, 29-31 de mayo de 2013, Basilea.
Literatura:
- Schatz, G: Más allá de los genes. Ensayos sobre nuestro ser, nuestro mundo y nuestros sueños. 2012; Verlag Neue Zürcher Zeitung, Zúrich.