Por primera vez, un ensayo aleatorio compara un procedimiento basado en catéteres con la terapia estándar para la embolia pulmonar. La opción de tratamiento parece prometedora, como demuestran los datos del ensayo ULTIMA presentados en la Reunión Anual del ACC en San Francisco.
Desde hace dos años, en Berna se utiliza un catéter de ultrasonidos para el tratamiento de la embolia pulmonar, que combina el uso local de trombolíticos con un procedimiento de trombolisis mecánica. Con éxito, como demuestran los resultados del estudio ULTIMA anunciados en Cardiology Update y presentados en la reunión anual del Colegio Americano de Cardiología (ACC) en San Francisco.
El estudio ULTIMA (Ultrasound Accelerated Thrombolysis in Pulmonary Embolism) comparó la trombólisis asistida por ultrasonidos con la terapia de heparina i.v. sola en pacientes con embolia pulmonar sintomática. De los 363 pacientes hospitalizados por embolia pulmonar entre noviembre de 2010 y enero de 2013, 59 cumplían los requisitos para participar en el estudio de fase II. Esto incluía una embolia pulmonar paracentral o central hemodinámicamente estable en gran medida, confirmada radiológicamente, y un ventrículo derecho dilatado con una relación VD/VD >1.
Tras la aleatorización, 29 pacientes recibieron el tratamiento estándar previo con heparina i.v. A los 30 sujetos restantes se les administró adicionalmente 10 mg de rtPA por catéter ecográfico durante 15 horas. El criterio de valoración primario del estudio fue la disminución del cociente VD/VI.
Los resultados mostraron que 24 horas después del inicio del tratamiento, la relación VD/VD había disminuido de 1,28 a 0,99 con la trombólisis asistida por ultrasonidos, en comparación con una reducción de 1,20 a 1,17 con el tratamiento estándar (Fig. 1).
Después de 90 días, la relación VR/VL era similar en los dos grupos. Sin embargo, la diferencia con el valor inicial seguía siendo significativamente mayor en el grupo de intervención (0,38 frente a 0,22). Aunque más sujetos del grupo de intervención sufrieron inicialmente una disfunción ventricular derecha grave, se recuperaron más rápidamente que los del grupo de heparina. En cuanto a la seguridad de las estrategias terapéuticas comparadas, no se observaron hemorragias graves ni en el grupo de intervención ni en el de control. Curiosamente, a pesar del riesgo de hemorragia relativamente bajo, la reducción del cociente VD/VI con la trombólisis asistida por ecografía fue comparable a la reducción observada con la lisis sistémica a dosis altas.
Fuente: Reunión anual del ACC en San Francisco, del 9 al 11 de marzo de 2013.