Probablemente, la depresión no es más común en las personas mayores que en las jóvenes. Sin embargo, existen diferencias en los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento de la depresión. A menudo, los síntomas depresivos se consideran erróneamente síntomas acompañantes normales en la vejez y, por lo tanto, suelen permanecer sin tratar. La depresión en las personas mayores es una afección que puede tratarse con éxito con la ayuda de psicofármacos y psicoterapia.
Junto con la demencia, los trastornos depresivos se encuentran entre las enfermedades mentales más comunes entre las personas mayores. Los factores de estrés propios de la edad avanzada, como la disminución del rendimiento, la pérdida de funciones y competencias sociales, así como la pérdida de la pareja, suelen ser el punto de partida de las enfermedades depresivas en las personas mayores. Es característico de la depresión en la vejez que se acumulen varios factores predisponentes y desencadenantes y que, al mismo tiempo, haya una falta de oportunidades compensatorias como el trabajo y las actividades de ocio.
Síntomas de la depresión de la vejez
Los principales síntomas de la depresión según la CIE-10 (estado de ánimo deprimido, pérdida de interés y placer, disminución del impulso/fatiga) se dan tanto en personas mayores como en jóvenes, independientemente de la clasificación etiológica. Sin embargo, las condiciones psicológicas, físicas y sociales de la persona que envejece suelen dar lugar a una presentación clínica diferente de la depresión en comparación con los pacientes deprimidos más jóvenes (Tab. 1).
La atención no se centra necesariamente en un estado de ánimo depresivo o en el abatimiento, sino en la queja de síntomas relacionados con el cuerpo, que a menudo también se malinterpretan, la trivialización de los propios sentimientos, la ansiedad, la aparición de alcoholismo tardío o la ideación suicida. La sintomatología de la depresión de la vejez conduce a una situación difícil desde el punto de vista diagnóstico, ya que los síntomas suelen ser clasificados por el entorno del paciente como “normales” y correspondientes a la edad.
Depresión en la vejez frente a demencia
Especialmente en la fase inicial de la demencia, a menudo pueden observarse estados de ánimo depresivos en el paciente, ya que éste percibe la aparición gradual de la enfermedad y las limitaciones asociadas, cada vez mayores. Esta conciencia de demencia incipiente puede desencadenar un episodio depresivo reactivo con riesgo suicida en el paciente. Por lo tanto, es importante descartar la depresión cuando se sospecha una demencia. Por el contrario, los pacientes deprimidos pueden experimentar alteraciones cognitivas como olvidos y deterioro de la memoria. La tabla 2 muestra una comparación de los hallazgos seleccionados para diferenciar las dos enfermedades parcialmente solapadas.
Terapia de la depresión de la vejez
Para el tratamiento de la depresión de la vejez, se recomienda una terapia combinada, que tenga en cuenta un tratamiento farmacoterapéutico (antidepresivo) así como procedimientos psicoterapéuticos (por ejemplo, terapia cognitivo-conductual y psicoterapia interpersonal). En este sentido, el tratamiento de la depresión de la vejez no difiere fundamentalmente del tratamiento de los trastornos depresivos en pacientes más jóvenes. Sin embargo, el tratamiento farmacoterapéutico plantea mayores exigencias al médico tratante en comparación con los pacientes más jóvenes, ya que deben tenerse en cuenta las comorbilidades, el deterioro de las funciones orgánicas y las posibles interacciones con otros medicamentos a la hora de elegir el agente terapéutico.
¿Cómo encontrar el antidepresivo adecuado?
Esta pregunta es muy importante porque no todos los pacientes responden y reaccionan igual de bien a todos los antidepresivos. Las tasas de éxito con respecto a la primera medicación prescrita son de aproximadamente dos tercios para la depresión leve a moderada y son significativamente más bajas para la depresión grave, en torno al 50%. Hasta la fecha, no es posible realizar una selección realmente precisa de un antidepresivo para un paciente concreto. Los siguientes criterios han demostrado ser los mejores:
- Síntomas psicopatológicos
- Historial del tratamiento
- Efectos secundarios razonables.
La tabla 3 ofrece una visión general de los antidepresivos utilizados habitualmente en psiquiatría geriátrica y los posibles efectos secundarios subyacentes.
Cuando se administra un antidepresivo para tratar la depresión, la regla básica a seguir es: “empiece despacio – vaya despacio”, y por regla general con la mitad de la dosis inicial habitual. La duración del tratamiento en la fase aguda es de cuatro a seis semanas a la dosis recomendada, por lo que el efecto del antidepresivo suele comenzar raramente en los primeros días de tratamiento. El paciente debe ser informado de ello por el médico que le atiende para evitar la interrupción de la terapia en caso de supuesta ineficacia. Es posible que no se produzca ningún efecto terapéutico relevante tras un periodo de tiempo adecuado y en dosis suficientes:
- Se prescribe un antidepresivo del mismo grupo farmacológico o de otro diferente.
- En caso de resistencia a la terapia, debe considerarse un tratamiento combinado de dos antidepresivos de clases diferentes.
- Considere un tratamiento de aumento (antidepresivo con litio, antidepresivo con antipsicóticos atípicos, antidepresivo con valproato o lamotrigina).
- Deben considerarse las intervenciones no farmacológicas (privación del sueño, terapia electroconvulsiva, fototerapia).
El objetivo de la terapia es la remisión completa, que suele conseguirse en un periodo de tiempo más largo (entre 6 meses y 1,5 años).
Dr. Harald Gregor
Prof. Dr. med. Armin von Gunten
Literatura:
- Basado en Clément JP: La dépression de l’âge avancé. Dans: Giannakopoulos et Gaillard. Abrégé de psychiatrie de l’âge avancé. Médecins et Hygiène 2010; 171-183.
- Wolfersdorf M, Schüler M: Depresión en la vejez. Verlag W. Kohlhammer 2005 Stuttgart.
- Schwärzler F, Wormstall H: La depresión del anciano. Dossier Ars Medici 2009; IX.
- Hatzinger M: Trastornos afectivos en la vejez. Archivos Suizos de Neurología y Psiquiatría 2011; 162(5): 179-189.
- La encuesta fue realizada por Vifor Pharma AG y Fluentis GmbH en el contexto de los eventos de formación de 2013.
- Organización Mundial de la Salud (OMS) Departamento de Salud Mental: Declaraciones de Consenso Técnico de Lausana sobre Psiquiatría de la Tercera Edad. 1999 Ginebra.
InFo Neurología y Psiquiatría 2014; 12(1): 25-29
PRÁCTICA GP 2014; 1(9): 39-43