Una cosa es cierta: El pronóstico de supervivencia del cáncer de próstata resistente a la castración metastásico (CPRCm) ha mejorado, pasando de una media buena (antes del año 2000) a casi tres años [1]. Sin embargo, los enfoques terapéuticos actuales, ya sean hormonales o quimioterapéuticos, acaban provocando resistencias, por lo que es aún más importante comprender mejor el microentorno del tumor. Esto podría explicar la evolución de la resistencia y definir nuevas dianas terapéuticas.
(ag) El microentorno del cáncer de próstata impulsa el crecimiento y la propagación de las células cancerosas mediante la supresión de la respuesta inmunitaria. En la actualidad, ya se conocen algunos componentes celulares y moleculares de este proceso, como las células supresoras derivadas de mieloides (MDSC), los macrófagos asociados a tumores (TAM), los receptores tipo Toll (TLR) y la proteína proinflamatoria S100A9.
Entre los agentes que han demostrado regular el microambiente de las células tumorales se encuentran el ipilimumab (anti-CTLA4) o el sipuleucel T (inoculación de células autólogas). Este último agente es la única inmunoterapia que ha demostrado una mejora de la supervivencia global en el CPRCm [2]. Los resultados sobre el ipilimumab son menos prometedores a este respecto y deben considerarse más bien como un impulso para seguir investigando [3]. El tasquinimod también fue capaz de potenciar la respuesta inmunitaria antitumoral e influir en la acumulación y la función de las MDSC en modelos preclínicos, y lo hizo uniéndose al S100A9. Por tanto, la sustancia activa ha alcanzado ya la fase III de desarrollo.
Los huesos también son relevantes
El microentorno óseo también puede utilizarse con fines terapéuticos. Esto es especialmente relevante porque muchos pacientes con cáncer de próstata sufren metástasis óseas. El denosumab, un inhibidor del RANKL, ha demostrado en ensayos clínicos que retrasa el tiempo hasta el primer acontecimiento asociado al esqueleto (por ejemplo, fracturas, cirugía ósea, radioterapia) [4]. Sin embargo, aún no se ha podido demostrar un beneficio para la supervivencia global. El radio-223, un emisor alfa con gran afinidad ósea, retrasa la aparición de metástasis óseas y mejora significativamente la supervivencia global.
Literatura:
- Rathkopf DE, et al: Análisis provisional actualizado de la eficacia y la seguridad a largo plazo del acetato de abiraterona en pacientes con cáncer de próstata metastásico resistente a la castración sin quimioterapia previa (COU-AA-302). Eur Urol 2014 Mar 6. pii: S0302-2838(14)00185-7. [Epub ahead of print].
- Kantoff PW, et al: N Engl J Med 2010 Jul 29; 363(5): 411-422.
- Kwon ED, et al: Lancet Oncol 2014 Jun; 15(7): 700-712.
- Fizazi K, et al: Lancet 2011 Mar 5; 377(9768): 813-822.
Para saber más:
– Bellmunt J, et al: Oncología y Hematología Europea 2014; 10(1): 51-57.
InFo ONCOLOGÍA Y HEMATOLOGÍA 2015; 3(1): 2