Sudar es vital. Sin embargo, si cada apretón de manos se convierte en una prueba de valor porque el sudor gotea de los dedos, la terapia puede suponer un alivio. Los participantes en el IV Taller de Hiperhidrosis de Muttenz pudieron aprender a abordar la hiperhidrosis palmar con iontoforesis o toxina botulínica.
Darse la mano es un ritual de saludo habitual en muchos países occidentales, cuyos orígenes se remontan a la antigüedad. El relieve de la tumba griega de Thraseas y Euandria (ca. 375-350 a.C.), por ejemplo, muestra a los dos cónyuges dándose la mano en lo que probablemente sea su última despedida. Para los pacientes con hiperhidrosis palmar, los gestos manuales de saludo y despedida pueden convertirse en un obstáculo casi insalvable. Después de todo, ¿a quién le gusta dar y recibir una mano empapada?
Manos constantemente húmedas
Según estimaciones recientes, entre el 2% y el 3% de la población suiza padece hiperhidrosis focal [1]. Después de la forma axilar, la hiperhidrosis palmar es la segunda forma más frecuente. A menudo ya aparece en adultos jóvenes, como acompañante constante (tipo continuo) o fásico (tipo discontinuo), por ejemplo en situaciones de estrés. Aparte del peligro de aislamiento social, las manos mojadas también dificultan el uso de herramientas, papel o instrumentos de escritura, por lo que en casos extremos puede cuestionarse incluso la elección de una profesión. Además, la hiperhidrosis de las manos suele provocar eccema dishidrótico o daños en las uñas. En conjunto, esto puede resultar muy estresante para los afectados, explicó el doctor Oliver Kreyden en el IV Taller de Hiperhidrosis de Muttenz.
Iontoforesis: una buena terapia
Para el tratamiento de la hiperhidrosis palmar se recomienda la iontoforesis o las inyecciones de toxina botulínica. En la iontoforesis, las manos se colocan en un baño por el que circula una corriente eléctrica débil (al menos 20 mV). Aunque el mecanismo de acción aún no está suficientemente claro, el tratamiento actual probablemente desencadena una alteración postsináptica del epitelio secretor. Inicialmente, se repite una sesión de media hora (2×15 min cada extremidad) durante diez días consecutivos. Se dice que la tasa de éxito de la iontoforesis con agua del grifo ronda el 80%. Según el Dr. Kreyden, esto la convierte en una “forma de terapia excepcionalmente buena”. Como el aumento de la sudoración suele volver a producirse al cabo de cierto tiempo, son necesarias de nuevo de dos a cuatro sesiones al cabo de dos a seis semanas. Para la iontoforesis en casa (por ejemplo, con un aparato prestado), la dermatóloga de Muttenz afirma que los audiolibros han demostrado ser una ayuda motivadora durante las sesiones.
Tratamiento botulínico con efecto duradero
No obstante, a algunos pacientes la iontoforesis regular les resulta molesta con el tiempo, por lo que desean un tratamiento con toxina botulínica (BTX). Para asegurarse de que toda la palma de la mano queda cubierta uniformemente con la medicación, debe dividirse el área en zonas regulares y circulares con un bolígrafo(Fig. 1).
Fig. 1: Para un éxito óptimo del tratamiento, la palma se divide en zonas regulares y circulares.
Dado que la anestesia del bloqueo completo de la mano puede asociarse a muchos inconvenientes (dolor, restricciones motoras, hematoma, mareo, etc.), un baño de iontoforesis de 30 minutos en solución de lidocaína al 2 por ciento ha demostrado ser eficaz para la anestesia superficial. Inmediatamente antes de la inyección, cada punto de inyección también se hiela brevemente mediante crioterapia(Fig. 2).
Fig. 2: La Dra. Kreyden realizando el tratamiento BTX por inyección y la kiroterapia simultánea con hielo.
Debe utilizarse la boquilla más pequeña del pulverizador, o una boquilla de 10 orificios, ya que de lo contrario existe el riesgo de congelación. Según el Dr. Kreyden, el dolor es fácil de soportar para los pacientes con este método.
Actualmente existen tres preparados botulínicos en Suiza: Botox®, Dysport® y Xeomin®. Botox® es el único preparado aprobado para el tratamiento de la hiperhidrosis axilar, mientras que la hiperhidrosis palmar se trata fuera de indicación. El botulinum bloquea la transmisión de impulsos en la placa motora final al detener la liberación de acetilcolina, bloqueando así las señales nerviosas a las glándulas sudoríparas. Dado que las terminaciones nerviosas pueden volver a brotar al cabo de tres a nueve meses, el tratamiento con BTX también debe repetirse a intervalos más largos.
En cualquier caso, la paciente presente en Muttenz se mostró muy satisfecha con el resultado de la terapia con botolín durante el taller, que duró aproximadamente media hora. No volverá hasta dentro de un año, y hasta entonces podrá estrechar muchas manos sin preocuparse por nada.
Dr. Klaus Duffner
Fuente: 20 de abril de 2013, 4º Curso para usuarios de botulina e hiperhidrosis en Muttenz.
Literatura:
- Kreyden O: En la lucha contra la sudoración. Consulta de dermatología. 2010; 4: 11-14.