El objetivo de un nuevo estudio era averiguar con qué frecuencia y de qué manera se presentan acontecimientos tromboembólicos recurrentes tras un ictus isquémico agudo. Sólo se trataba de pacientes con ictus que padecían cáncer al mismo tiempo.
De forma retrospectiva, se creó una muestra de 263 participantes (de 2005 a 2009) formada por pacientes adultos con cáncer sistémico y diagnóstico de ictus isquémico agudo. El resultado compuesto de ictus isquémico recurrente, infarto de miocardio, embolia sistémica, accidente isquémico transitorio (AIT) o tromboembolia venosa fue determinado de forma independiente por dos neurólogos utilizando todos los registros electrónicos disponibles de los pacientes.
Los episodios tromboembólicos recurrentes son frecuentes
La documentación completa hasta la muerte fue accesible en 230 pacientes (87%). Más de la mitad de las pacientes (60%) tenían adenocarcinoma y dos tercios presentaban metástasis sistémicas. A pesar de una supervivencia media de 84 días, 90 pacientes, es decir, el 34% de la muestra, sufrieron un total de 117 episodios tromboembólicos recurrentes, una tasa elevada dado el corto periodo de supervivencia. La tromboembolia venosa (57 casos) fue la más común, seguida del ictus isquémico recurrente (36), el infarto de miocardio (13), la embolia sistémica (10) y el AIT (1).
Las tasas Kaplan-Meier de tromboembolismo recurrente fueron del 21% al mes, del 31% a los tres meses y del 37% a los seis meses. Para el ictus isquémico recurrente, las tasas acumuladas fueron del 7, 13 y 16%. Estos valores superan casi tres veces los de los pacientes con ictus sin cáncer.
El diagnóstico de adenocarcinoma también se asoció de forma independiente con el tromboembolismo recurrente.
Previsión negativa
Especialmente en los pacientes con adenocarcinoma, pero también con otros tipos de cáncer, debe tenerse en cuenta que tras un ictus agudo existe un alto riesgo a corto plazo de que se produzcan nuevos acontecimientos tromboembólicos y un nuevo ictus, concluyeron los autores. Y ello a pesar de que, de todos modos, la esperanza de vida de estos pacientes suele ser corta. La cuestión del mecanismo patológico subyacente exacto sigue en gran medida abierta.
Si los resultados se confirman en estudios prospectivos, esto podría tener consecuencias para el tratamiento preventivo de los pacientes con cáncer tras un ictus.
Fuente: Navi BB, et al: Eventos tromboembólicos recurrentes tras un ictus isquémico en pacientes con cáncer. Neurología 2014 jul 1; 83(1): 26-33.