Informe de un caso: Un paciente varón de 44 años se presentó con una fuerte cefalea cervical y occipital, aumento de la flexión/rotación y dolor progresivo en el cuello y la deglución. En el laboratorio se detectó leucocitosis (13.000× 109/l) y elevación de la PCR (52,2 mg/l). Sin embargo, en el caso de sospecha primaria de meningitis, el análisis del LCR no mostró ninguna anomalía. Con dolor de cuello y cefalea casi refractarios (a pesar de la terapia adaptada para el dolor), siguió una resonancia magnética del cráneo con hallazgos intracraneales apropiados para la edad, pero evidencia de un proceso hiperintenso en T2 parcialmente registrado retrofaríngeamente.
La faringo-laringoscopia no reveló indicios de infección local, pero los reflejos de deglución estaban ausentes a la provocación del dolor en la pared faríngea posterior. La posterior RMN del cuello demostró un marcado cambio de señal del músculo longus colli con una larga formación hiperintensa en T2w en forma de huso entre el músculo longus colli y la pared faríngea posterior (Fig. 1A) sin restricción de difusión y con una captación de contraste moderada y marginal. También había edema de la pared faríngea posterior, incluida la mucosa (flecha en la fig. 1B), y cambios de señal bastante leves en los tejidos blandos adyacentes. No había linfadenopatías conspicuas. Estos hallazgos tendían a hablar en contra de un absceso retrofaríngeo, que también podía excluirse mediante punción local (poco líquido seroso sin evidencia de gérmenes). Con una señal regular de los cuerpos vertebrales cervicales, también era improbable que la espondilodiscitis fuera la causa de una colección retrofaríngea.
En T1w y T2w, se encontraron estructuras de baja señal en la inserción tendinosa del músculo longus colli en la tuberosidad anterior del atlas (flecha en Fig. 1C), Esto condujo a la sospecha diagnóstica de una rara tendinitis aguda calcificante del músculo longus colli, que se confirmó en el curso del examen mediante un TAC de cuello.
Las calcificaciones amorfas en el tendón del longus colli (Fig. 1C-E ) son patognomónicas de este cuadro clínico. Tras varios días de corticoterapia y posterior terapia antiinflamatoria, la tendinitis desapareció claramente, al igual que las molestias de la paciente.
Cuadro clínico: El cuadro clínico se describió por primera vez en 1964 [1]. Mientras tanto, existen varios informes de casos. De forma similar al ejemplo anterior, los pacientes afectados se quejan a menudo de cefalea occipital de aparición subaguda y dolor de cuello, rigidez de nuca, dolor de garganta y fiebre [2]. Estos síntomas sugieren inicialmente una meningitis, una hemorragia subaracnoidea, una espondilodiscitis o un absceso retrofaríngeo. Los parámetros de laboratorio son en su mayoría inespecíficos, ocasionalmente signos de inflamación de leve a moderadamente elevados. Las dificultades para tragar siguen en el transcurso de los días. La edad típica de los pacientes es de la tercera a la sexta década de la vida; mujeres y hombres se ven afectados con la misma frecuencia.
Una posible causa de la tendinitis calcificante del músculo longus colli es la enfermedad por depósito de pirofosfato cálcico dihidratado (CPPD), que se caracteriza por el depósito de fosfatos cálcicos en los tejidos periarticulares (predominantemente en los tendones) y afecta principalmente a las articulaciones del hombro, la cadera, la mano y el tobillo. Se desconoce la etiología exacta de la CPPD, pero se habla de patomecanismos postraumáticos (o traumatismos repetidos), necróticos, isquémicos y metabólicos [3]. En raras ocasiones, la CPPD puede afectar al músculo longus colli.
La M. El longus colli consta de tres partes, la pars obliqua superior, la pars recta y la pars obliqua inferior(Fig. 1F). En la tendinitis calcificante, normalmente las fibras de la pars obliqua superior (flecha en Fig. 1F) con fijación al tuberculum anterius atlantis afectado con calcificaciones típicas que conducen al diagnóstico. En el caso mostrado, hay un derrame retrofaríngeo pronunciado, pero éste también puede ser mucho más estrecho y manifestarse sólo como una huella de líquido retrofaríngeo de unos pocos milímetros de ancho. Común a todos los casos son las calcificaciones patognomónicas de la inserción del tendón.
Discusión: La tendinitis calcificante del longus colli es un diagnóstico diferencial raro pero importante del absceso retrofaríngeo en el dolor de cuello con derrame retrofaríngeo. Sobre todo, las calcificaciones patognomónicas en la inserción del tendón en la tuberosidad anterior del atlantis, así como la ausencia de reacciones acompañantes (flemón, linfadenopatía) ayudan a establecer el diagnóstico y a evitar intervenciones invasivas mayores. La tendinitis calcificante aguda del músculo longus colli se trata de forma conservadora con AINE y se cura al cabo de unas semanas.
Literatura:
- Hartley J: Dolor cervical agudo asociado a un depósito retrofaríngeo de calcio. Informe de un caso. The Journal of Bone and Joint Surgery 1964; 46(A): 1753-1754.
- Offiah CE, Hall E: Tendinitis calcificante aguda del músculo longus colli: espectro de las apariencias en TC y correlación anatómica. The British Journal of Radiology 2009; 82(978): e117-121, doi:10.1259/bjr/19797697.
- Hayes CW, Conway WF: Enfermedad por depósito de hidroxiapatita cálcica. Radiographics: A Review Publication of the Radiological Society of North America 1990; 10(6): 1031-1048, doi:10.1148/radiographics.10.6.2175444.
Para saber más:
- Eastwood JD, Hudgins PA, Malone D: Derrame retrofaríngeo en la tendinitis prevertebral calcificada aguda: diagnóstico con TC y RM. AJNR Am J Neuroradiol 1999; 19(9): 1789-1792.
- Chung T, Rebello R, Gooden EA: Tendinitis calcificada retrofaríngea: informe de un caso y revisión de la literatura.
- Emerg Radiol 2005; 11(6): 375-380.
- Hviid C, et al: La tendinitis retrofaríngea puede ser más común de lo que pensamos: un informe sobre 45 casos atendidos en clínicas quiroprácticas danesas. J Manipulative Physiol Ther 2009; 32(4): 315-320.
- Ellika SK, et al: Tendinitis calcificada aguda del longus colli: un diagnóstico por imagen. Dentomaxillofac Radiol 2008; 37(2): 121-124.
InFo NEUROLOGÍA Y PSIQUIATRÍA 2016; 14(1): 36-37