Pregunta : ¿Se benefician los pacientes de ictus del tratamiento en una unidad de ictus monitorizada en comparación con los cuidados iniciales en una unidad de cuidados intensivos con atención por parte de un equipo móvil de ictus?
Antecedentes: Es indiscutible que los pacientes con ictus se benefician del tratamiento en una unidad de ictus (con o sin monitorización). No se ha definido con precisión por qué las unidades de carrera son superiores. En muchos casos, los pacientes también son atendidos principalmente en una unidad de cuidados intensivos si no hay otras camas de monitorización disponibles en un hospital. A continuación se llama a un equipo móvil de ictus con carácter consultivo. Hasta ahora faltan datos comparativos entre las unidades de ictus monitorizadas (“unidad de ictus de tipo semiintensivo” [SI-SU]) y las unidades de cuidados intensivos con un equipo móvil de ictus (“equipo móvil de ictus y unidad de cuidados intensivos” [MST-ICU]). Los autores abordan la cuestión de si el tratamiento SI-SU es superior.
Pacientes y metodología: Se trata de un estudio monocéntrico realizado como comparación “antes y después” en el Ospedale Regionale di Lugano. De 2010 a 2012, se incluyeron pacientes consecutivos con ictus que fueron tratados en la SI-SU, equipada con 6 camas de monitorización. Sus datos se compararon con un grupo de control histórico inscrito entre 2008 y 2010 según el concepto MST-ICU. El punto de comparación primario fue el resultado desfavorable a los 3 meses, definido como muerte o dependencia (puntuación de Rankin modificada, mRS 3-6), los puntos de comparación secundarios la mortalidad y el resultado clínico excelente (mRS 0-1).
Resultados: Durante los periodos mencionados, se incluyeron 458 pacientes tratados según el concepto SI-SU y 370 según el concepto MST-ICU. El riesgo de muerte o dependencia tras el tratamiento con SI-SU fue significativamente menor en comparación con los pacientes tratados con MST-ICU (p<0,001; aOR -0,45; IC 95%: 0,31-0,65). El resultado siguió siendo significativo incluso tras el ajuste por posibles factores influyentes como la edad, el sexo, la NIHSS al ingreso, la presencia de hemorragia cerebral o la diabetes mellitus. La mortalidad en el grupo SI-SU fue inferior, del 4,4% frente al 8,1% en el grupo MST-ICU, y la proporción de pacientes con un resultado excelente fue del 59,4% frente al 44,9%, aunque la diferencia no siguió siendo significativa tras el ajuste por los factores anteriores.
Conclusiones de los autores del estudio: La evolución de la atención al ictus desde un equipo móvil de ictus en una unidad de cuidados intensivos a una unidad de ictus geográficamente definida con camas de monitorización, conlleva una disminución significativa de los pacientes con discapacidad o muerte al cabo de 3 meses. Dado que el alcance de la monitorización cardiovascular es el mismo en ambos conceptos de tratamiento, la razón de esta mejora va más allá de la monitorización por sí sola. Los factores que intervienen en este caso son la gestión del caso por parte de especialistas neurovasculares y la participación de un equipo de tratamiento multidisciplinar competente.
Comentario: Este estudio demuestra que se puede dar otro salto de calidad si los pacientes no sólo son atendidos por un equipo de ictus en una unidad de cuidados intensivos, sino en una unidad de ictus definida geográficamente. El estudio trabaja necesariamente con un grupo de control histórico, pero refleja así la evolución que afortunadamente puede observarse en muchos hospitales de Suiza. Gracias a las especificaciones y criterios de certificación de la SFCNS (“Federación Suiza de Neurociencias Clínicas”), los pacientes con ictus son tratados cada vez más en centros de ictus o unidades regionales de ictus definidos espacial y organizativamente. Esto se refleja en una concentración de este grupo de pacientes en dichos centros, pero también en un aumento de la proporción que puede ser tratada con trombólisis o tratamiento endovascular. El aumento de la experiencia de un equipo de ictus en un entorno de este tipo es también uno de los factores blandos que se incluyen en el resultado del estudio y que individualmente no tienen un nivel de evidencia suficientemente alto.
La vigilancia cardiovascular sigue siendo un factor importante para la calidad del tratamiento. Además, sin embargo, la gestión del caso por parte del especialista en ictus, así como la integración de un equipo multidisciplinar competente, desempeñan obviamente un papel importante. Por lo tanto, los pacientes deben tener acceso al tratamiento en un centro/unidad de ictus que cumpla estos criterios. A pesar de la monitorización cardiovascular, el tratamiento en una unidad de cuidados intensivos ya no es un sustituto adecuado en el futuro.
InFo NEUROLOGÍA Y PSIQUIATRÍA 2016; 14(6): 43