Cada vez se sabe más sobre la importancia de la disminución del volumen cerebral en pacientes con esclerosis múltiple. Y no es para menos gracias a los constantes avances en las técnicas de imagen y a la disponibilidad de programas de evaluación automatizados. Los datos actuales también sugieren que la atrofia cerebral puede verse influida por el tratamiento. Esto significa que posiblemente podría utilizarse como parámetro de seguimiento de la terapia en el futuro.
La disminución del volumen cerebral en la esclerosis múltiple se ha convertido recientemente en un tema central. “Hace cinco años, apenas hablábamos de la atrofia cerebral en la EM”, afirmó el Prof. Ernst Wilhelm Radü, MD, Basilea, al inicio del taller. “Mientras tanto, sin embargo, prácticamente todas las publicaciones abordan esta cuestión”. La tasa media de atrofia en los pacientes con EM es de aproximadamente 0,5 – 1,3% al año, mientras que en las personas sanas es de aproximadamente 0,1 y 0,4% al año [1–3]. Los cambios en el volumen cerebral de los pacientes con EM se producen al principio del curso de la enfermedad, en el primer año tras un “síndrome clínicamente aislado” (SCA) [4]. Además, la pérdida de volumen cerebral también se considera uno de los mejores indicadores pronósticos de la progresión de la discapacidad a largo plazo en la EM [5 – 7].
Hoy en día se dispone de varias opciones técnicas para registrar los cambios atróficos del cerebro en el contexto de la EM, como el programa de Evaluación de Imágenes Estructurales mediante la Normalización de la Atrofia (SIENA). Se evalúan automáticamente dos imágenes de resonancia magnética de un paciente tomadas en momentos diferentes y se calcula el desarrollo individual de la atrofia (cambio porcentual del volumen cerebral) en un periodo de tiempo definido.
La medicación puede influir en la disminución del volumen cerebral
La detección fiable de los cambios en el volumen cerebral posiblemente también ayude a evaluar con mayor precisión la eficacia de una terapia para la esclerosis múltiple en el futuro. En un trabajo presentado recientemente, por ejemplo, se investigó la influencia del tratamiento con fingolimod en la atrofia cerebral [8]. El objetivo era averiguar, utilizando los datos del estudio FREEDOMS y su fase de ampliación, si existe una correlación entre la atrofia cerebral y el estado libre de enfermedad (es decir, sin progresión de la discapacidad, sin recaídas y sin nuevas lesiones inflamatorias en la resonancia magnética) observado durante un periodo de observación de cero a cuatro años. En comparación con los pacientes a los que se les cambió a fingolimod tras dos años de tratamiento con placebo, se observó una disminución del volumen cerebral de un tercio en los pacientes con tratamiento continuo con fingolimod durante cuatro años (0,5 mg/día). Es decir, el retraso en el inicio del tratamiento con fingolimod se asoció a una mayor pérdida de volumen cerebral. El fingolimod mostró beneficios en este trabajo en pacientes con y sin actividad de la enfermedad. Sin embargo, se demostraron tasas sistemáticamente inferiores de pérdida de volumen cerebral en pacientes libres de enfermedad que en pacientes que presentaban actividad y progresión de la enfermedad [9]. Tales resultados sugieren que una medición de la atrofia cerebral posiblemente no sólo debería utilizarse en el contexto de estudios clínicos en el futuro, sino que también podría representar un instrumento útil para el seguimiento terapéutico en la práctica diaria.
Fuente: “Conozca al experto: Atrofia cerebral en la EM – Llevar la investigación a la práctica”, 15 de octubre de 2013, Zúrich
Literatura:
- Barkhof F, et al: Resultados por imagen de la neuroprotección y la reparación en ensayos de esclerosis múltiple. Nat Rev Neurol 2009; 5: 256-266.
- Simon JH: Atrofia cerebral en la esclerosis múltiple: lo que sabemos y nos gustaría saber. Mult Scler 2006; 12: 679-687.
- Fotenos AF, et al: Disminución del volumen cerebral en el envejecimiento: pruebas de una relación entre el estatus socioeconómico, la enfermedad de Alzheimer preclínica y la reserva. Arch Neurol 2008; 65: 113-120.
- Pérez-Miralles F, et al: Impacto clínico de la atrofia cerebral precoz en los síndromes clínicamente aislados. Mult Scler 2013 mayo 7. [Epub ahead of print].
- Popescu V, et al: La atrofia cerebral y la carga lesional predicen la discapacidad a largo plazo en la esclerosis múltiple. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2013; 84: 1082-1091.
- Prinster A, et al: A voxel-based morphometry study of disease severity correlates in relapsing-remitting multiple sclerosis. Mult Scler 2010; 16: 45-54.
- Zivadinov R, Bakshi R: Atrofia del sistema nervioso central y estado clínico en la esclerosis múltiple. J Neuroimaging 2004; 14(3 Suppl): 27S-35S.
- Radue EW, et al: Atrofia cerebral: una medida in vivo de la actividad de la enfermedad en la esclerosis múltiple. Swiss Med Wkly 2013; 143: w13887.
- Radü EW, et al: Atrofia cerebral y estado libre de enfermedad durante 4 años: análisis de los datos del ensayo central y de extensión de FREEDOMS. Póster 1043 presentado en ECTRIMS 2013.
InFo Neurología y Psiquiatría 2014; 12(1): 46