Prof. Dr. med. Michael Dickenmann, Subdirector del Departamento. Jefe de Nefrología e Inmunología de Trasplantes de Basilea, analiza en una entrevista las consecuencias nefrológicas de la hipertensión y su tratamiento eficaz. También menciona las ventajas de la donación de riñón en vida y analiza aspectos de la nefropatía diabética y la nefropatía asociada a la arteriosclerosis.
Prof. Dickenmann, la hipertensión es una enfermedad muy extendida, pero al mismo tiempo muchas personas pueden no notarla durante años. ¿Hasta qué punto es peligrosa esta afección para los riñones y cómo puede prevenirse?
Prof. Michael Dickenmann, MD: La hipertensión arterial, junto con los demás factores de riesgo cardiovascular, es responsable de aproximadamente una quinta parte de las insuficiencias renales crónicas en Suiza. Esto demuestra su peligrosidad. A menudo no es la hipertensión por sí sola sino, como en todos los vasos, una combinación de todos los factores de riesgo cardiovascular lo que conduce a la nefropatía crónica. La detección y el tratamiento precoces, preferiblemente con un inhibidor de la ECA o un antagonista de la angiotensina, son esenciales para prevenir o retrasar la progresión de la nefropatía crónica.
El diagnóstico de la hipertensión es fácil de hacer, pero hay diferentes maneras de tratarla. ¿En qué casos aconseja a los pacientes que cambien su estilo de vida (reducción del estrés, reducción de peso), en qué casos utiliza terapia farmacológica?
Según mi experiencia personal, el cambio de estilo de vida puede apoyar el tratamiento de la hipertensión arterial, pero no es suficiente por sí solo. Tanto en la prevención como en el tratamiento de la hipertensión arterial, la restricción de sal es una medida muy eficaz. Sin embargo, esta terapia no suele tolerarse debido a la reducción de la calidad de vida.
El daño renal también puede causar hipertensión secundaria. ¿Crea esto un círculo vicioso (aumento de la tensión arterial, daño a los riñones, nuevo aumento de la tensión arterial)?
¡Exacto! Desde el punto de vista terapéutico, es importante romper este círculo vicioso, cuanto antes mejor. La combinación de un antihipertensivo con un diurético es una consecuencia lógica. El diurético trata la hipertensión secundaria de volumen (=sal).
En caso de insuficiencia renal: El número de donaciones de órganos de personas fallecidas es relativamente bajo en Suiza, los candidatos a un trasplante suelen estar en lista de espera durante años. Por otro lado, las donaciones de riñón en vida van en aumento. ¿Cuáles son las ventajas de este tipo de trasplante?
La donación de riñón en vida es el procedimiento de sustitución renal más antiguo y con más éxito. Se realizó con éxito por primera vez en 1954, casi diez años antes de que el tratamiento de hemodiálisis pasara a formar parte de la práctica clínica diaria. Los riñones donados vivos funcionan durante más tiempo que los órganos de pacientes fallecidos, y la supervivencia de los pacientes es significativamente mejor que el tratamiento de diálisis a largo plazo en todos los grupos de edad. Un trasplante exitoso permite llevar una vida normal con una buena calidad de vida. Por último, la donación de riñón en vida también tiene sentido desde el punto de vista económico, ya que el coste del trasplante y los gastos a largo plazo son mucho menores que con el tratamiento de diálisis crónica. La tasa de donantes vivos en Suiza es una de las más altas del mundo. Hasta el 50% de todos los trasplantes de riñón de nuestro país se realizan con donantes vivos.
¿Cuáles son los riesgos y las consecuencias a largo plazo de la donación en vida para el donante?
Básicamente, se vive el mismo tiempo e igual de bien con un riñón que con dos, si se está sano y se tiene una función renal normal en el momento de la donación. En Suiza, ningún donante vivo de riñón ha fallecido como consecuencia directa de la extracción de un órgano. A nivel mundial, existe un riesgo de mortalidad del 0,03%. La operación en sí conlleva todos los riesgos de un procedimiento electivo en las vías urinarias. A largo plazo, deben controlarse periódicamente la tensión arterial, la función renal y la excreción de proteínas en la orina. No está claro el significado de la fatiga crónica descrita tras la donación de riñón.
Aproximadamente un tercio de los diabéticos desarrollan nefropatía diabética al cabo de 15 a 20 años. La detección precoz es importante en este caso para evitar la diálisis. ¿Cuáles son los síntomas para el diagnóstico?
Por desgracia, no existen síntomas clínicos que indiquen el desarrollo de una nefropatía diabética. Un análisis regular de proteínas en la orina puede detectar la nefropatía diabética. Pero cuidado: ¡no todos los diabéticos padecen nefropatía diabética! Por lo tanto, en caso de duda, una biopsia renal es útil para evitar pasar por alto otras causas potencialmente tratables.
¿Qué medidas son cruciales para frenar la progresión de la enfermedad renal diabética?
El control constante de la presión arterial y la reducción de la proteinuria en al menos un 50% son cruciales. Los inhibidores de la ECA o los antagonistas de la angiotensina son la primera opción.
¿Hasta qué punto está asociado el daño renal con la aterosclerosis?
¡Con frecuencia! Y en ambas direcciones, es decir, la arteriosclerosis favorece la nefropatía crónica y la nefropatía crónica favorece el desarrollo de la arteriosclerosis.
Entrevista: Andreas Grossmann
CARDIOVASC 2013; 12(6): 27-28