Un taller en la Gran Puesta al Día de la SGIM en Interlaken trató el tema de las “Urgencias en niños”. En concreto, se trataba de agudizar el ojo clínico para las inminentes urgencias de medicina interna. Además, se ofreció una visión concisa de los enfoques terapéuticos actuales más importantes para diversas afecciones pediátricas.
El PD Dr. med. Daniel Trachsel, del Hospital Infantil Universitario de Basilea, subrayó en primer lugar la importancia de reconocer correctamente una emergencia: esto incluye las alteraciones de las funciones orgánicas esenciales que suponen una amenaza aguda para la vida. Los problemas con la función cerebral pueden observarse en el estado de alerta y la actividad espontánea. Las dificultades respiratorias se presentan a veces en forma de gemidos, por lo que deben investigarse la función y la frecuencia respiratorias. Las alteraciones de la circulación pueden medirse por el pulso y la temperatura acral de la piel.
Emergencias del SNC
Los principales síntomas de las urgencias pediátricas del SNC son: disminución del estado de alerta, pérdida de conciencia y convulsiones, rara vez dolor de cabeza y vómitos. Las causas pueden ser una falta de oxígeno, epilepsia o convulsiones febriles o sepsis. Otras causas posibles son la hipoglucemia, los traumatismos, las infecciones, el shock, las hemorragias y los accidentes cerebrovasculares, el envenenamiento o factores psicológicos como la histeria o la hiperventilación.
Las medidas posibles son incluso antes de la hospitalización:
Deficiencia de oxígeno: abrir las vías respiratorias, medir la FiO2, ventilación con bolsa
Epilepsia o convulsiones febriles: despejar las vías respiratorias, fármacos antiepilépticos
Hipoglucemia: Medición de la glucosa en sangre
Sepsis: Dé volumen.
Dificultades respiratorias
“La mayoría de las veces, la insuficiencia respiratoria en los niños se basa en la fatiga”, afirma el Dr. Trachsel. “Los cinco principales signos de disnea en los lactantes son: Taquipnea, retracción, gemidos, cianosis y dilatación de las fosas nasales”.
Cuerpos extraños inhalados: Las causas de la dificultad respiratoria pueden ser la inhalación de cuerpos extraños (Tab. 1), especialmente las salchichas pegajosas (Wienerli) que corren el riesgo de obstruir las vías respiratorias en los lactantes menores de tres años porque todavía son muy pequeños.
“Una madre trae a su niña de dos años a su consulta, sospecha de una aspiración de cuerpo extraño. Cuando llega a su oficina, la chica queda inconsciente. ¿Qué haría usted? La respuesta correcta es: compruebe brevemente la cavidad oral en busca de cuerpos extraños visibles e inicie inmediatamente la reanimación. Las llamadas “palmadas en la espalda” o la maniobra de Heimlich no son adecuadas como medidas inmediatas en caso de pérdida de conocimiento. Sólo deben realizarse cuando el paciente está plenamente consciente”, explicó el Dr. Trachsel.
Krupp: Con Krupp, el primer paso es llevar la calma al sistema padre-hijo. Hay que interrumpir el círculo vicioso autopropulsado (Fig. 1). Después, deben tomarse medidas de hidratación y administrarse corticosteroides. El tercer paso en casos graves es la inhalación con adrenalina (posiblemente hospitalización), el cuarto paso es la intubación. El efecto antiflogístico de los antiinflamatorios no esteroideos no tiene ningún efecto demostrado en el curso del crup.
Inflamación respiratoria febril: “Le traen a la consulta a un niño de dos años que padece una infección respiratoria febril desde hace tres días. Poco antes, perdió el conocimiento. Ahora ya no muestra ningún movimiento espontáneo. ¿A qué se dedica? En primer lugar, compruebe el pulso. Si no hay pulso, debe iniciarse inmediatamente un masaje cardiaco con mascarilla de ventilación durante dos minutos”, explicó el Dr. Trachsel. Por lo general, la parada cardiaca va precedida de defectos respiratorios (la excepción más importante son las cardiopatías congénitas [Arrythmien]).
Shock séptico
En el tratamiento del shock séptico, la palabra clave es “terapia dirigida precoz”: la saturación venosa central de oxígeno (SzvO2) debe ser ≥70% y el índice cardiaco entre 3,3 y 6,0 l/min/m2. Debe aspirarse a una circulación periférica adecuada. Ensayos aleatorios controlados han demostrado que la terapia guiada por SzvO2 puede reducir la mortalidad a los 28 días del 39,2% al 11,8% [1].
“El reconocimiento precoz y la reanimación por parte de un médico de atención primaria son muy importantes porque cada hora adicional que persiste el shock se asocia a un aumento del doble de la mortalidad [2]”, concluye el Dr. Trachsel.
Fuente: “Emergencias en niños”, Seminario en la SGIM Gran Actualización, 14-15 de noviembre de 2013, Interlaken
Literatura:
- de Oliveira CF, et al: Directrices de apoyo hemodinámico ACCM/PALS para el shock séptico pediátrico: una comparación de resultados con y sin monitorización de la saturación venosa central de oxígeno. Intensive Care Med 2008 Jun; 34(6): 1065-1075. doi: 10.1007/s00134-008-1085-9. epub 2008 mar 28.
- Han YY, et al: La Reversión Precoz del Shock Séptico Pediátrico-Neonatal por Médicos de la Comunidad Se Asocia a un Mejor Resultado. Pediatría 2003; 112(4): 793-799.
PRÁCTICA GP 2014; 9(1): 57-58